Adolescencia y sentimiento de identidad: los tres vinculos necesarios para su formación

Para la adquisición del sentimiento de identidad es necesario la integración de tres vínculos: el vínculo de integración espacial, el de integración temporal y el vínculo de integración social.
Dichos vínculos son definidos por Grinberg de la siguiente manera: “el vinculo de integración espacial comprende la relación entre las distintas partes del self entre si, incluyendo el self corporal, manteniendo su cohesión y permitiendo la comparación y contraste con los objetos; tiende a la diferenciación del self-no self; individuación. El vínculo de integración temporal comprende las relaciones entre las distintas representaciones del self en el tiempo, estableciendo una continuidad entre ellas y otorgando la base del sentimiento de mismidad. El tercero o vinculo de integración social es el que se refiere a la connotación social de la identidad y esta dado por la relación entre aspectos del self y aspectos de los objetos mediante los mecanismos de identificación proyectiva e introyectiva”.
A partir de esto se puede decir que el vínculo de integración espacial permite la integración con el propio cuerpo, posibilitando la diferenciación del cuerpo (como objeto) diferente a los otros y permitiendo igualmente todo lo referente al desarrollo de la identidad sexual, la cual es directamente relacionada con el cuerpo del sujeto. El segundo vínculo se refiere a todas aquellas representaciones que tiene a lo largo de la vida el sujeto de si mismo, y el como estas al integrarse dan la base de la imagen de si, tanto física, como psíquica y otorgan la experiencia del denominado sentimiento de mismidad, es a partir de este vínculo que se posibilitan todos los procesos de aprendizaje de si mismo: proceso este último el cual es arduo para el sujeto adolescente que pugna por conocerse a si mismo en cada momento de su paso por ese periodo.
Por último el vínculo de integración social se refiere a todos aquellos aspectos del self del sujeto que se relacionan con los otros, a las proyecciones e identificaciones y al como el sujeto integra estas. Igualmente se puede integrar a este vínculo todo lo relacionado con la ideología o ideologías que adopta el sujeto, el cómo estas se ven influidas por el medio y el adolescente las selecciona o el medio se las impone.
El primer vínculo, el de integración espacial, comprende además de la diferenciación self-no self, todo lo referido al cuerpo del sujeto, su integración y cohesión con este, es decir, la unión somato-psíquica. En el adolescente esta unión se da a partir de las experiencias que este ha acumulado a lo largo de su vida, al igual que se presenta la renuncia a la fantasía de bisexualidad infantil, esta entendida como la renuncia que tiene que efectuar el hombre a la idea de fecundar en su propio cuerpo y la mujer a la fantasía de autofecundación, igualmente al acaecer esta dimisión el sujeto asumirá un rol especifico en su sociedad, y el adolescente se adaptara a las circunstancias que le exigen el comportarse como hombre o mujer en su medio social.
En relación a esto cabe recordar que Freud señaló en su momento que el yo ante todo es un yo corporal, y por tanto es a partir de este cuerpo que el sujeto entabla y establece sus relaciones con el mundo. El cuerpo como modo de expresión y movimiento en el mundo a partir del propio self y a su vez de la identidad da cuenta del como se relaciona el sujeto y por medio de que lo desea hacer. De esta manera el cuerpo seria tomado como una proyección del la identidad y por tanto seria parte fundamental de su construcción, “Un cuerpo es siempre la expresión de un yo y de una personalidad, y esta dentro de un mundo”.

Vínculo de integración espacial: Constitución de la imagen corporal, abandono de la bisexualidad infantil

Vinculo de integración temporal, la diferenciación entre self-no self

Vínculo de integración social, identificación proyectiva e introyectiva