Adolescencia y violencia -sociedad posmoderna y los rituales de iniciación

Adolescencia y violencia- Sociedad posmoderna y los rituales de iniciación

Las presiones ocasionadas por la vida cotidiana en la sociedad posmoderna contribuyen a aumentar la incidencia del estrés. Cada uno que se la arregle como pueda es el lema que destruye al sentido común. Es lo que se puede ver en relación a los poderes económicos que corrompen y el rating pérfido, que en su afán de ganar no mide las consecuencias de sus actos. No respetan los códigos éticos, niegan el impacto psicosocial sobre la formación de la
juventud y permanecen riéndose en la impunidad (Editorial “Degradación en la TV”, Folha
de São Paulo, 29/10/97).
Muchos hechos de vandalismo, desorden, violencia, uso de drogas, todos ellos practicados por los adolescentes, hacen parte de los rituales iniciativos de la posmodernidad. Las dificultades para encontrar un trabajo digno y las pruebas de ingreso a la facultad son ejemplos que completan este ritual, en una sociedad cuya escala de valores que tiene en primer lugar la ganancia, el individualismo, la liberalización, el cinismo en detrimento de los valores humanos que deberían hacer parte del espíritu de colectividad y solidaridad.
Hoy la capacidad reproductiva está amenazada por el SIDA, las drogas y las actividades
sexuales con compañías ocasionales. El concepto de familia ya no es el mismo. Casarse y
separarse es, para muchos jóvenes, un acto común como cambiarse de ropa. La emoción se vive a “máxima velocidad”. Se vive concretamente para la realización de lo imaginario. Continúa la busca simbólica del héroe, el mito del joven guerrero.
Los rituales de iniciación de la adolescencia actual son personalizados en una sociedad pobre de censo colectivo, aunque exista la globalización. En su esencia, los mitos de la
adolescencia son los mismos en relación a los de las culturas primitivas. Se caracterizan por
el desafío, coraje, descubrimiento de las propias potencialidades físicas y psíquicas.
Antiguamente el joven estaba sometido a las leyes y ritos tanto impuestos como aceptados
por el grupo social. Los casos de rebeldía eran vividos en el frente de batalla, en la infantería
compuesta por jóvenes intrépidos, a menudo imberbes, sacrificados por los adultos y que
morían con orgullo en nombre de la amada patria.
Hoy, se matan en el asfalto y se embriagan con el perfume de la droga que corre libremente
por sus venas, siendo patrocinados por los adultos que los seducen para que vayan al frente
de batalla de algún lugar donde se pasa crack, como una villa de emergencia, o para que se
queden estáticos frente a la tele o a los videojuegos.
Los adolescentes de hoy viven su rebeldía como miembros activos y transformadores de la sociedad. Sin embargo, son altamente sugestionables por la fuerza de los medios formadores de opinión pública. Los grandes representantes son los medios de comunicación social, la media, sostenida por intereses económicos del mercado donde las minorías poderosas
buscan, a menudo, satisfacer solamente sus propios intereses, llevando al joven al núcleo de
la conquista, del placer inmediato y de un estado aparente de plenitud e independencia. Las
emisoras de TV comercial, en nuestro medio, son un ejemplo del desvío de la calidad, del
material que transmiten, revelando una total falta de compromiso en cuanto a los impactos
sociales que pueden acarrear. Mientras tanto, la sociedad complaciente la mira, todos los
días, cómodamente sentada en su asiento.

FUENTE: ¨ADOLESCENCIA Y VIOLENCIA: EL PSICOANÁLISIS EN LA PRÁCTICA
SOCIAL¨, David Léo Levisky.