Diccionario de psicología social, letra P, Psicología social

Diccionario de psicología social, letra P, Psicología social

PSICOLOGÍA SOCIAL
Ciencia de las interacciones orientadas hacia un cambio social planificado. En esta perspectiva de Pichon Rivière, la psicología social indaga la interacción en sus dos aspectos, intersubjetivo (grupo externo) e intrasubjetivo (grupo interno) y se orienta hacia una praxis -de donde surge su carácter instrumental- que se realimenta dialécticamente con la teoría. En última instancia, esta disciplina apunta al pleno desarrollo de la existencia humana.

Objeto de estudio y finalidad.- «La psicología social que postulamos tiene como objeto de estudio el desarrollo y transformación de una relación dialéctica, la que se da entre estructura social y fantasía inconsciente del sujeto, asentada sobre sus relaciones de necesidad. Dicho de otra manera, la relación entre estructura social y configuración del mundo interno del sujeto, relación que es abordada a través de la noción de vínculo».
«Para nosotros el ser humano es un ser de necesidades, que sólo se satisfacen socialmente en relaciones que lo determinan. El sujeto no es sólo un sujeto relacionado, es un sujeto ‘producido’ en una praxis. No hay nada en él que no sea la resultante de la interacción entre individuo, grupos y clases».
«Si esa relación es el objeto de la psicología social, su campo operacional privilegiado es el grupo, que permite la indagación del interjuego entre lo psicosocial (grupo interno) y lo sociodinámico (grupo externo), a través de la observación de las formas de interacción, los mecanismos de adjudicación y asunción de roles. El análisis de las formas de interacción nos permite establecer hipótesis acerca de sus procesos determinantes».
La psicología social a la que apunta Pichón Rivière «se inscribe en una crítica de la vida cotidiana. Abordamos al sujeto inmerso en sus relaciones cotidianas. Nuestra conciencia de estas relaciones pierde su trivialidad en la medida en que el instrumento teórico y su metodología nos permiten indagar la génesis de los hechos sociales. Coincidimos con la línea abierta por H. Lefèvre, para quien las ciencias sociales encuentran su realidad en ‘la profundidad sin misterios de la vida cotidiana'».
La psicología social es la ciencia de las interacciones orientada hacia un cambio social planificado. «De no ser así no tiene sentido y todos sus esfuerzos concluirán en un sentimiento de impotentización como resultante de las contradicciones acerca de su aspecto operacional. Es una artesanía en el más amplio sentido de la palabra, que tanto forma los elementos del cambio como prepara el campo en el que se va a actuar».
«De allí van a surgir dos direcciones: una llamada psicología social académica, que preocupada solamente por las problemáticas de las técnicas o de los tipos posibles de cambio, se siente paralizada frente a su responsabilidad de realizar una síntesis de teoría y práctica».
En efecto, si la psicología social no supera la simple tarea de estudiar vínculos interpersonales y otras formas de interacción, haciéndola direccional y significativa, tenderá a estancarse y perder su sentido. De aquí la necesidad de construir una psicología social en una nueva línea que incorpore el compromiso social y la praxis.
Esta segunda línea, la praxis, «de donde surge el carácter instrumental y operacional en su sentido más real, se resuelve no en un círculo cerrado, sino en una continua realimentación de la teoría, a través de su confrontación en la práctica y viceversa (tesis, antítesis, síntesis). La experiencia de la práctica conceptualizada por una crítica y una autocrítica realimenta y corrige la teoría mediante mecanismos de rectificación y ratificación, logrando una objetividad creciente. Se configura una marcha en espiral sintetizadora para elaborar una logística y construir una estrategia, que a través de la táctica y la técnica dé carácter operativo a planificaciones de distinto tipo para que pueda realizarse en cambio aspirado, que consiste en el desarrollo pleno de la existencia humana a través de la modificación mutua del hombre y la naturaleza. ¿Por qué nuestra valoración de la praxis? Porque sólo ella introduce la inteligibilidad dialéctica en las relaciones sociales y restablece la coincidencia entre representaciones y realidad».
La tarea del psicólogo social, entonces, «puede definirse como el intento de descubrir, entre otras cosas, cierto tipo de interacciones que entorpecen el desarrollo pleno de la existencia humana. Pero esto representa sólo un aspecto de los propósitos, pues toma también como objeto de indagación el descubrimiento de los factores que favorecen aquel desarrollo aludido». Pichón Rivière propone una psicología social que «apunte a una visión integradora del «hombre en situación», objeto de una ciencia única o interciencia, ubicada en una determinada circunstancia históprica y social».

Campo de acción.- Indica Pichón Rivière que la psicología social, «como disciplina y herramienta técnica, instrumenta [esquemas] para el abordaje, indagación, diagnóstico, planificación y operación en los distintos ámbitos en los que se cumplen procesos de interacción. Estos ámbitos, caracterizados como ámbito grupal, institucional y comunitario, pueden ser abordados desde un esquema conceptual común, aunque presentan variables específicas que requieren manejo técnico diferenciado».
En efecto, la psicología social se caracteriza por ser operativa e instrumental, «con las caracrerísticas de una interciencia cuyo campo es abordado por una multiplicidad interdisciplinaria (epistemología convergente), de la cual deriva la multiplicidad de las técnicas».

Psicología social y psicoanálisis.- Pichon Rivière distingue una psicología individual, que estudia lo endopsíquico, una psicología social, que trata de las interrelaciones intragrupales (endogrupo), y la sociología, que trata de las interrelaciones intergrupales (exogrupo). Pichon Rivière ubica al psicoanálisis fundamentalmente como una psicología individual, pero, sin embargo, le reconoce a Freud haber vislumbrado la enorme importancia de la interacción social en la constitución del psiquismo y la determinación de la conducta. Pichon Rivière emprendió precisamente, esta tarea que no completó Freud: la de desarrollar -y no simplemente vislumbrar- una psicología social a partir del psicoanálisis.
La idea de estructura vincular, instancia que relaciona la estructura de la personalidad con la estructura social, fue lo que permitió a Pichón Rivière pasar del psicoanálisis a la psicología social. Ello no significó renegar de los aportes de la teoría psicoanalítica pues es a partir de ellos, de la teoría marxista y de otros intentos de totalización, como resulta posible fundamentar y construír una psicología social.
De hecho, Pichón Rivière reconoce a Freud el haber comprendido que la psicología individual es, desde el principio, una psicología social, puesto que, como indica el creador del psicoanálisis en «Psicología de las masas y análisis del Yo», «la psicología individual se concreta, ciertamente, al hombre aislado e investiga los caminos por los que el mismo intenta alcanzar la satisfacción de sus instintos, pero sólo muy pocas veces y bajo determinadas condiciones excepcionales, le es dado prescindir de las relaciones del individuo con sus semejantes. En la vida anímica individual aparece integrado siempre, efectivamente, ‘el otro’ como modelo, objeto, auxiliar o adversario».
«Esta concepción del mundo interno, y la sustitución de la noción de instinto por la de estructura vincular, entendiendo al vínculo como un protoaprendizaje, como el vehículo de las primeras experiencias sociales, constitutivas del sujeto como tal, con una negación del narcisismo primario, conducían necesariamente a la definición de la psicología, en un sentido estricto, como psicología social«.