Diccionario de psicología, letra V, Viscosidad de la libido

Viscosidad de la libido
Al.: Klebrigkeit der Libido.
Fr.: viscosité de la libido.
Ing.: adhesiveness of the libido.
It.: vischiositá della libido.
Por.: viscosidade da libido.

Cualidad postulada por Freud para explicar la mayor o menor capacidad de la libido para fijarse a
un objeto o a una fase y su mayor o menor dificultad en cambiar sus catexis una vez éstas se
han producido. La viscosidad variaría según los individuos.
En los textos de Freud se encontrarán varios términos afines para designar esta cualidad de la
libido: Haftbarkeit (adherencia) o Fähigkeit zur Fixierung (fijabilidad o capacidad de fijación),
Zähigkeit (tenacidad), Klebrigkeit (viscosidad), Trägheit (inercia).
Estos dos últimos términos son los que Freud utiliza de preferencia. Observemos que el término
«viscosidad» evoca la representación freudiana de la libido como una corriente líquida. Cuando
Freud, en los Tres ensayos sobre la teoría (Drei Abhandlungen zur Sexualtheorie, 1905),
introduce el concepto de fijación de la libido, supone la existencia de un factor que, junto con lo
vivido accidental, explicaría la intensidad de la fijación (véase: Serie complementaria): «[…] factor
psíquico de origen desconocido […] una adherencia o una fijabilidad elevada de estos
acontecimientos de la vida sexual».
Esta concepción la mantedrá Freud a todo lo largo de su obra. Insiste en ella especialmente en
dos contextos:
a) A nivel teórico, cuando trata de reconstruir la evolución de la sexualidad infantil y sus
fijaciones, especialmente en Historia de una neurosis infantil (Aus der Geschichte einer
infantilen Neurose, 1918): «[El paciente] defendía cada posición libidinosa, una vez alcanzada,
por la angustia de salir perdiendo al abandonarla, y por temor a no encontrar, en la posición
siguiente, un substitutivo plenamente satisfactorio. Se trata de una particularidad psicológica
importante y fundamental, que describí en los Tres ensayos sobre la teoría sexual,
designándola como capacidad de fijación».
b) En la teoría de la cura, para indicar uno de los límites de la acción terapéutica. En algunos
individuos, «[…] los procesos provocados por la cura se desarrollan mucho más lentamente que
en otros, porque, según parece [estos pacientes] no pueden decidirse a desprender de un
objeto las catexis libidinales y a desplazarlas hacia un nuevo objeto, aun cuando no podamos
descubrir la razón específica de tal fidelidad de catexis».
Por lo demás, Freud hace observar que una movilidad excesiva de la libido puede constituir un
obstáculo inverso, ya que los resultados del análisis son entonces extremadamente frágiles.
¿Cómo concibe Freud, en último análisis, esta viscosidad, esta fijabilidad, que puede constituir un
gran obstáculo terapéutico? Ve en ella algo de irreductible, «un número primo», elemento no
analizable e imposible de modificar, que define, la mayoría de las veces, como un factor
constitucional que se acentúa con el envejecimiento.
La viscosidad de la libido parece testimoniar una especie de inercia psíquica comparable a la
entropía en un sistema físico: en las transformaciones de energía psíquica, jamás habría medio
de movilizar toda la cantidad de energía que se ha fijado en un determinado momento. En este
sentido Freud utiliza a veces la expresión junguiana inercia psíquica, a pesar de las reservas
que formula en contra del valor explicativo, demasiado amplio, que Jung concede a esta noción
en la etiología de las neurosis.