Drogadicción y Adolescentes: Desarrollo del Self (Sí-Mismo)

Drogadicción y Adolescentes: Desarrollo del Self (Si-Mismo)

Desarrollo del Self: (Sí-Mismo) El niño nace dotado de un equipo psicológico (Self) que le permite realizar su primera acomodación a la estructura de su ambiente.

Su forma y su estilo de adaptación dependerán del interjuego que se de entre sus recursos constitucionales, psíquicos y biológicos, y los
vínculos con los objetos que el medio externo aporta (la familia mas próxima) y entre estos dos, los sucesos infantiles. En este punto, es de fundamental importancia el vínculo que se mantenga entre la madre y el niño. La capacidad de la madre para soportar la angustia, calmar y dar consuelo, hacen que
el niño se sienta bueno, querido y aceptado tal cual es. Esto estimula la relación afectiva y el contacto con la realidad.

El sujeto (bebé) necesita encontrar un objeto (madre) que le aporte gratificaciones que dirija, modele y contenga sus impulsos, que alivie y regule sus tensiones y que lo haga sentir grande e importante. Cuando la madre no puede responder a los deseos y necesidades del bebé, el self de este, se conforma desvitalizado, depresivo y con importantes sentimientos de vacío. Esta situación es el germen que en el futuro generará las ansias de dependencia patológica (estructura adictiva). También, podemos observar que son familias, en general con mala alianza marital, donde muchas veces el precario vínculo que mantiene la relación es un hijo dependiente e inmaduro que canjea su independencia por la enfermedad. De esta manera, la drogadicción pasa a ser el precio que se paga para no crecer. Son familias que suelen tener un pasado con situaciones ocultas, secretos familiares, pasados difíciles, que viven como vergonzosos, con contradicciones y mentiras. Puede suceder que el padre, una figura ausente de afecto y preocupación por el hijo, que suele tener una apariencia de fortaleza, utiliza la prepotencia para desvalorizar a la madre, acentuando su predominancia, logrando de este modo el desamparo del hijo por ambos, ya que una madre no respaldada por el padre del niño no puede cumplir su rol con tranquilidad.

Es común también, que se trate de padres dedicados de manera exagerada al trabajo, con poco contacto familiar, desinteresados de la educación y aspectos afectivos de sus vidas. Las características recién descriptas se constituyen en sustratos cargados de hostilidad que estarán en la base de la patología del superyó. Sobreviene entonces una alteración del sistema de valores y una incapacidad de asumir normas de autocrítica, capacidad de culpa y preocupaciones frente a sí mismo y hacia los demás, que devienen en conductas delictivas. Esta generación de estructuras vulnerables produce un daño más grave en estas primeras épocas, por ser las que encierran el germen
del basamento de la personalidad, extendiéndose a etapas posteriores de la educación, que no es otra cosa que la formación del carácter y del sistema de valores a los cuales la persona se ajustará y tomará como guía en la vida.