Estilos parentales y trastornos de conducta en la infancia: Un enfoque basado en los efectos sobre los hijos

(¨Estudio sobre los estilos educativos parentales y su relación con los
trastornos de conducta en la infancia¨ AUTOR: ANTONIO FÉLIX RAYA TRENAS)

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL CONCEPTO DE ESTILO PARENTAL

6. Un enfoque basado en los efectos sobre los hijos.
Baumrind había informado sobre asociaciones entre prácticas parentales
específicas y determinados resultados en los niños y adolescentes (Baumrind y Black,
1967; Baumrind, 1991a). No obstante, su conceptualización pone más énfasis en el
análisis de los efectos parentales centrado en las características de la persona que en el análisis centrado en las variables (Baumrind, 1966, 1971, 1991a). Esta autora afirmaba
que llegar a una visión acertada del modo global en que naturalmente tienen lugar los
tipos de prácticas parentales requiere observación sostenida, considerando las
interacciones familiares en varios medios y entornos sociales. Definido por un perfil de
puntuaciones en variables específicas de afecto y exigencia, su planteamiento implica
una relación multiplicativa, no aditiva, entre las prácticas que constituyen cada tipología
(Baumrind, 2005).
Como se ha comentado anteriormente, los tres estilos parentales: autoritativo,
autoritario y permisivo surgieron de un estudio piloto como descripción empírica de los
padres de niños etiquetados respectivamente como maduros, desarraigados o disfóricos
e inmaduros (Baumrind, 1967). Los padres autoritativos (de niños maduros) y los
padres autoritarios (de niños desarraigados) se diferenciaban en las variables de afecto,
mientras que los padres autoritativos y los permisivos (de niños inmaduros) se
diferenciaban en las variables de exigencia (Baumrind, 1966). Cada una de las tres
configuraciones es un prototipo que ejemplifica los rasgos distintivos de cada grupo así
como también describe los comportamientos que definen a cada miembro del grupo. En
estudios posteriores, como se ha mencionado anteriormente, fue identificada una
categoría de padres que no eran ni afectuosos ni exigentes: los padres negligentes.
Cuando los niños de su estudio longitudinal tenían aproximadamente quince
años, Baumrind (1991b) diferenció entre los cuatro tipos de padres, basándose en el
grado de desequilibrio en su afecto y control. Así, se crearon una serie de categorías:
– Autoritario-directivo: son padres directivos que se mostraban poco afectuosos,
altamente intrusivos y muy exigentes.
– No autoritario-directivo: son padres muy exigentes pero moderadamente
afectuosos y moderadamente o poco intrusivos.
– Permisivo: son padres poco exigentes y muy afectuosos.
– Democrático: son padres moderados en sus exigencias y con alto nivel de afecto.
– Rechazante: son padres que presentan un bajo nivel de afecto y exigencias, que a
su vez son hostiles e intrusivos.
– Negligente: también presentan bajo nivel de afecto y exigencias pero se
muestran indiferentes hacia el hijo.
– Suficiente: son padres moderadamente afectuosos y moderadamente exigentes.
– Autoritativos: son padres con alto nivel de exigencia y afecto y además son poco intrusivos.
Los adolescentes fueron comparados mediante estos ocho tipos de padres
(Baumrind, 1991b). Aunque los jóvenes con padres autoritativos eran más competentes
y menos inadaptados, aquellos cuyos padres presentaban unos niveles de afecto y
exigencia moderadamente equilibrados, como son los democráticos y no autoritariosdirectivos,
eran igual de competentes y ajustados. Por otro lado, en relación con los
adolescentes que provenían de hogares autoritativos y democráticos, aquellos de
hogares directivos tanto autoritarios como no autoritarios eran en cierto modo menos
independientes y eficientes académicamente, pero estaban bien socializados. Sin
embargo, los niños con padres no autoritarios-directivos presentaban menos nivel de
angustia y eran más competentes que los hijos de padres autoritarios-directivos. Así, en
consonancia con la teoría de Barber (1996), era la intrusividad y el bajo apoyo parental,
características de los padres autoritarios directivos, no el alto control conductual
característico de los padres autoritativos y los dos tipos de padres directivos, el que
estaba asociado con la inadaptación.
El estilo parental tiene un poder probado para predecir la competencia del niño y
para cualificar los efectos de las prácticas parentales observadas. Por lo tanto, se espera, y de hecho así es, que las variables que representan los factores de la exigencia tienen
un efecto más beneficioso cuando se dan en una configuración autoritativa que cuando
se dan en una autoritaria. En el estilo autoritativo, en contraste al autoritario, la
configuración contempla firme control conductual y supervisión con cariño y
autonomía. De forma similar, un alto nivel de afecto influye positivamente en los niños
cuando se da junto con altas exigencias en una configuración autoritativa, pero no
cuando se da junto a bajas exigencias en un tipo permisivo (Baumrind, 2005).
Los tipos de estilo parental categorizan una relación particular padres-hijo en un
momento específico. Sin embargo, que se de cierta estabilidad en esta relación es
consecuencia probablemente de la continuidad en las cualidades del niño y los valores,
personalidad y expectativas de los padres (Baumrind, 2005).

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