Falsa memoria: hipótesis acerca del origen de la confabulación

Hipótesis más consensuadas acerca del origen de la confabulación: Morris Moscovitch (1989, 1995) sostiene que la confabulación refleja un déficit en lo que ha dado en llamar la “recuperación estratégica”. Moscovitch propone una distinción entre la recuperación asociativa y la estratégica. La primera supone un procedimiento sin esfuerzo, casi automático, de contar hechos del pasado; la estratégica, es un proceso complejo en el que intervienen diferentes instancias de acción y se asemeja a una tarea de resolución de problemas. En primer lugar, se requiere de un esfuerzo de búsqueda de información entre nuestros recuerdos, en nuestra memoria. Una vez que ha sido recuperada la información, otro subcomponente de este sistema de recuperación estratégica debe verificar la adecuación de la información recuperada. Este sería un mecanismo de monitoreo que determina si es necesario recomenzar una nueva búsqueda de material más apropiado.
De acuerdo con Moscovitch, los pacientes que confabulan tienen problemas en el racconto de información estratégica. Todo lo que recuerdan está recuperado de manera asociativa, sin ningún dispositivo de verificación que opere para rechazar información irrelevante. Entonces, la confabulación sería un déficit de recuperación estratégica.
Marshall Johnson (1991) propuso una explicación alternativa: la confabulación sería un déficit de control o monitoreo de la realidad. Desde este punto de vista, todos tenemos un sistema que es controlado por la realidad y que nos permite diferenciar lo que proviene de la experiencia perceptual directa de aquello que es producto de la imaginación, del pensamiento libre o de los sueños. Por consiguiente, si tenemos un déficit del monitoreo o control de la realidad, perdemos la capacidad de distinguir entre experiencia real e imaginación. Así, a una persona que pierde la facultad de discriminación se le desdibujan los límites entre imaginación y percepción real e inevitablemente termina confabulando.
Si volvemos a la hipótesis de Moscovitch, podemos constatar que no predice la posibilidad de una confabulación selectiva, limitada a un dominio de la memoria. Si este fenómeno puede ser explicado en términos de un déficit de la recuperación estratégica, entonces la alteración se manifestará por igual en una tarea de memoria semántica y una de memoria episódica. Por lo tanto, será factible que se produzcan confabulaciones tanto en una memoria como en la otra.
FUENTE: Gianfranco Dalla Barba, ¨Neuropsicología de la falsa memoria¨. Revista Argentina de Neuropsicología 5, 2-14 (2005)