Historia de la Psicología: JOSÉ INGENIEROS Y LOS «ARCHIVOS DE CRIMINOLOGÍA»

Historia de la Psicología: JOSÉ INGENIEROS Y LOS «ARCHIVOS DE CRIMINOLOGÍA»

JOSÉ INGENIEROS Y LOS "ARCHIVOS DE CRIMINOLOGÍA"

Miceli, Claudio Marcelo
UBACyT. Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires

RESUMEN
El positivismo y el enfoque patologicista tienen un peso de
enorme relevancia en el discurso psicológico dominante en el
primer cuarto del S. XX. Una vía de desarrollo de dicha impronta,
que se extiende al campo social enmarcando una manera
de pensar lo cultural, es el sesgo clínico-criminológico. El
mismo se encuentra fuertemente representado por una de las
publicaciones periódicas de mayor relevancia en la época: los
Archivos de criminología, dirigidos por José Ingenieros entre
1902 y 1913 inclusive. En este artículo se analizará dicha publicación
en el período mencionado con el fin de situar las tradiciones
conceptuales implicadas en el discurso psicológico
allí representado, y que a través del sesgo criminológico se
extiende hacia el campo social.
Palabras clave: Ingenieros Criminología Positivismo Archivos

INTRODUCCION
Las publicaciones periódicas se nos presentan como «un campo
de interlocución discursiva que permite la construcción colectiva
de consensos y la modificación de criterios consolidados»
(Rossi, 2004, p. 186). Los Archivos de Criminología, dirigidos
por José Ingenieros desde 1902, representan de manera
ejemplar tal instancia de construcción y de legitimación de
conceptos, prácticas y discursos. El análisis de su derrotero,
sus discontinuidades, su contexto de aparición y los discursos
inmersos en ella podrán iluminar las particularidades del discurso
psicológico sustentado y su intersección con otros discursos
y prácticas. Si bien dicha publicación reconoce una
segunda etapa, a cargo de Helvio Fernández a partir de 1914,
nos abocaremos exclusivamente al período dirigido por José
Ingenieros (1902-1913), por las razones que podrán apreciarse
a lo largo del trabajo.

MARCO CONTEXTUAL
El trabajo de José Ingenieros al frente de los Archivos de Criminología
es correlativo de la aparición del «Ingenieros clásico»
y del despliege de su figura como representante del positivismo
argentino. Sin embargo, las condiciones que preparan su
acercamiento al campo criminológico se sitúan en coordenadas
previas, y conciernen también a un cruce discursivo donde
la psicología se intersecta con la concepción patologicista y el
evolucionismo positivista en el campo social.
Efectivamente, toda la tradición de la clínica francesa, sustentada
por Ribot, Janet y Charcot, y apoyada en la fisiopatología
de Claude Bernard, por la cual el método comparativo de
observación de las ciencias naturales se dirige a las relaciones
entre lo sano y lo enfermo, lo normal y lo patológico, se hace
presente en las reflexiones de Ingenieros sobre la problemática
social del delito y darán lugar al discurso criminológico sustentado
en la publicación. En tal sentido, «la vía de acceso al
fenómeno social se encuentra mediada por una mirada médica»
(Terán, 1979, p. 42) que pretende abordar las formas pretendidamente
mórbidas del campo social. Por este sesgo, Ingenieros
discute la posición clásica del derecho penal a la que
opone una criminología científica, ya que hay que adecuarse a
«una época en que todas las ciencias biológicas y sociales son
regeneradas por las nociones fundamentales del evolucionismo
y del determinismo» (Ingenieros, 1902, p.1).
Desde tales postulados, en el primer número de los Archivos…,
en su artículo «Valor de la psicopatología en la antropología
criminal», propondrá una concepción de criminología científica
dirigida a tres campos de estudio: Etiología criminal, orientada
a detectar el determinismo del delito; Clínica criminológica, fija
el grado de «temibilidad» de los delincuentes; y Terapéutica criminal,
que «procura asegurar la ‘defensa social’ contra su actividad
morbosa» (Ingenieros, 1902, p. 3). Por esta vía, para Ingenieros
se ven resaltados los caracteres psicopatológicos:
«Los delincuentes tienen anormalidades psicológicas específicas
que les arrastran al delito o les impiden resistir a él; una de
tantas modalidades psicológicas de la degeneración, no hay
duda, pero una modalidad especial. (…) El ‘temperamento criminal’
(Ferri) es un sindroma psicológico. Esas aanormalidades
son, en un caso, ausencias o perversiones morales; en
otro son perturbaciones de la inteligencia; en otro son perturbaciones
de la inhibición volitiva. Pero son siempre anormalidades
psicológicas.» (Ingenieros, 1902, p.9)
En este emprendimiento de Ingenieros cobrarán especial relevancia
dos de sus profesores de la Facultad de Medicina: José
María Ramos Mejía y Francisco de Veyga. El primero de ellos
había sido «señalado por el propio Lombroso como uno de los
más potentes pensadores y de los más grandes alienistas del
mundo» (Terán, 1979, p.43), mientras que de Veyga es quie
crea en 1897 la cátedra de antropología y de sociología criminal.
En 1899, Ingenieros conocerá a de Veyga, quien lo designa
secretario de redacción de La Semana Médica, y en 1900
por su intermedio ocupará las funciones de Jefe de Clínica de
Neurología de la Facultad de Medicina y en el Servicio de Observación
de Alienados de la policía de Buenos Aires, de cuya
dirección estará a cargo entre 1904 y 1911 (Bagú, 1936; Terán, 1979).
Posteriormente dos hechos fortalecerán su interés y su trabajo
en el campo de la problemática del delito. En primer lugar, su
viaje a Europa en 1905 con motivo de su designación como representante
al V Congreso Internacional de Psicología (Roma),
donde comparte la presidencia de una de sus secciones con
Lombroso y Ferri, máximos representantes de la escuela italiana
positivista en criminología, y presenta su trabajo Clasificación
clínica de los delincuentes. El otro hecho será la creación
del Instituto de Criminología de la Penitenciaría Nacional de
Buenos Aires, en 1907, y donde asumirá como su primer director
(Bagú, 1936; Terán, 1979; Mangiola, 1998; Rossi, 2004).
Existe, sin embargo, otro hecho previo digno de mención, y
que impulsará tempranamente a Ingenieros hacia la problemática
social del delito, y es el arribo a nuestro país, hacia finales
del S. XIX, del penalista y anarquista italiano Pietro Gori, quien
funda en nuestro país hacia 1898 la revista Criminalogia Moderna,
donde Ingenieros publica sus primeros trabajos sobre
la temática, resaltando entre ellos su escrito «Criterios generales
que orientarán el estudio de los locos delincuentes», de
1900. Llega a colaborar en la dirección de la revista, que puede
tomarse como antecedente inmediato de los Archivos…,
que la sustituyen cuando hacen su aparición.

DESCRIPCIÓN Y ESTUDIO BIBLIOMÉTRICO DE LA PUBLICACIÓN.
Tal como lo señala Lucía Rossi, las «revistas, como instancias
de construcción colectiva de consensos discursivos y conceptuales,
advierten desde sus títulos la intencionalidad de demarcar
campos y señalar problemáticas cruciales, fijando las
condiciones de producción de saber» (Rossi, 2004, p.186). En
tal sentido, «las discontinuidades, cierres y reaperturas (…)
permiten reconstruir las vicisitudes y oscilaciones recorridas
en el largo proceso de institucionalización» (Rossi, 2004,
p.186). En tal sentido, las discontinuidades y oscilaciones se
presentan desde el comienzo a nivel del nombre propio de la
publicación.
Efectivamente, la publicación comienza bajo el nombre de Archivos
de Criminalogía, Medicina Legal y Psiquiatría, en 1902,
incluyendo un posible resabio de la anterior Criminalogía Moderna
fundada por Pietro Gori, ya que en el trascurso de ese
mismo año, el término Criminalogía muta por el de Criminología,
desitalianizándose. Posteriormente, en el segundo año de
su aparición, 1903, se produce una nueva rectificación del
nombre de la publicación y pasa a llamarse Archivos de Psiquiatría,
Criminología y Ciencias Afines, lo que denota una necesidad
de apertura a nuevos enfoques y criterios (Rossi,
2004), pero al mismo tiempo le da mayor consistencia a la mirada
médica puesta en primer plano a través de la Psiquiatría,
y de la cual lo delictivo-criminológico pasa a depender: una vez
que definimos la conducta delictiva dentro del campo de la
anormalidad, la locura y el delito pasan al terreno patológico
de la mirada médica. Dicha mirada patologizante, también se
empieza a extender hacia el campo social, enfocando su preocupación
en la «patogenia del organismo social», he ahí el
espacio destinado a las «Ciencias Afines».
Una nueva alteración del nombre de la publicación se produce
en su año IV, 1905, cuando Ingenieros decide «situar» con un
subtítulo menor la referencia a las mencionadas «ciencias afines»,
modificando nuevamente su nombre por el de «Archivos
de Psiquiatría y Criminología aplicadas a las ciencias afines:
Medicina Legal – Sociología – Derecho – Psicología – Pedagogía».
Dicha denominación se mantiene hasta el año VII de su aparición,
1908, cuando pasa a llamarse simplemente Archivos de
Psiquiatría y Criminología aplicadas a las ciencias afines, nombre
que conservará hasta el último año en que la publicación
está a cargo de la dirección de José Ingenieros (año XII, 1913).
En ese año Ingenieros decide interrumpir la publicación de los
Archivos…, y se lo comunica a Helvio Fernández, quien colaboró
en los últimos años en la dirección. Sin embargo, este
último decide hacer caso omiso a la indicación de Ingenieros,
y se hace cargo a partir de 1914 de su dirección. La revista, a
partir de allí cambia de nombre nuevamente por el de Revista
de criminología, psiquiatría y medicina legal, referenciándose
1914 como su primer año, y presentándose como «Organo del
Instituto de Criminología de la Penitenciaría Nacional», a pesar
de lo cual conserva el mismo formato.
En relación a los cambios de nombres, merece destacarse el
propio nombre de Ingenieros, quien a lo largo de toda la publicación,
en la portada como Director hasta 1913, y en los artículos
que allí aparecen bajo su firma hasta 1912, figura con la
grafía italiana de su apellido: «Ingegnieros», sólo tardíamente
en la vida de los Archivos… aparece el cambio en la grafía de
su apellido por el de «Ingenieros» en el último articulo que publica
en la revista en el año 1913.
Los Archivos… se publican de manera bimestral, y comienzan
imprimiéndose por «La Semana Médica», Imp. de Obras de E.
Spinelli, Callao 737, hasta 1908, séptimo año de su aparición,
año en el cual pasa a imprimirse en los Talleres Gráficos de la
Penitenciaría Nacional, un año después de que Ingenieros
asuma como Director del Instituto de Criminología de la Penitenciaría
Nacional.
En cuanto a la estructura y formato de la revista, esta cuenta
con diferentes secciones fijas. Una sección principal dedicada
a la publicación de artículos, dicha sección, en su denominación,
diferencia en los dos primeros años «colaboración argentina»
de «colaboración extranjera», para luego denominarse
simplemente «Colaboración», y hacia 1906 (Año V) cambia su
denominación por la de «Artículos originales». Presenta otra
sección denominada «Variedades, Documentos, Comentarios»,
referida a notas breves, no a publicación de trabajos o artículos
de autor. Por último, contempla una sección dedicada a
«Análisis de Libros y Revistas», donde se da cuenta del intercambio,
análsis y descripción de publicaciones locales y extranjeras.
Respecto de esta última sección, puede señalarse, a
modo de ejemplo, que en el primer año de las 183 publicaciones
referidas, se da cuenta del intercambio con 60 revistas: 11
de Argentina, 22 francesas, 9 italianas, y el resto son de EE.
UU., Alemania, Brasil, Bélgica, Inglaterra, Perú, España, Holanda,
Uruguay y Bolivia.
En cuanto a los artículos publicados, pueden proporcionarse
los siguientes datos:
Año I – 1902: 80 trabajos (57 argentinos y 23 extranjeros);
Año II – 1903: 70 trabajos (56 argentinos y 14 extranjeros);
Año III – 1904: 41 trabajos (34 argentinos y 7 extranjeros);
Año IV – 1905: 48 trabajos (38 argentinos y 10 extranjeros);
Año V – 1906: 43 trabajos (26 argentinos y 17 extranjeros);
Año VI – 1907: 55 trabajos (37 argentinos y 18 extranjeros);
Año VII – 1908: 40 trabajos (31 argentinos y 9 extranjeros);
Año VIII – 1909: 48 trabajos (34 argentinos y 14 extranjeros);
Año IX – 1910: 48 trabajos (37 argentinos y 11 extranjeros);
Año X – 1911: 31 trabajos (26 argentinos y 5 extranjeros);
Año XI – 1912: 49 trabajos (21 argentinos y 28 extranjeros);
Año XII – 1913: 56 trabajos (38 argentinos y 18 extranjeros).
En cuanto a los autores que mayor presencia tienen en la publicación,
se destaca, sin duda, su director, José Ingenieros
quien publica allí entre 8 y 10 trabajos por año, sin contar con
los comentarios y notas que no son artículos de autor. También
son dignos de mención José María Ramos Mejía y Francisco
de Veyga, quienes prestan una fuerte colaboración con sus
artículos, sobre todo en los 5 primeros años, pero manteniendo
su participación durante los 12 años de la publicación bajo
la dirección de Ingenieros. Cabe señalar la participación con
sus escritos de Víctor Mercante, Horacio Piñero, Rodolfo
Senet, Cristofredo Jakob, José T. Borda y Helvio Fernández.
Respecto a este último, podemos indicar que participa por primera
vez con una publicación en 1908, firmando como médico
del Hospicio de las Mercedes.
Respecto de las colaboraciones extranjeras, puede notarse
que en los 3 primeros años se trata de países latinoamericanos,
fundamentalmente Costa Rica, Brasil, Cuba, Uruguay,
Méjico, Perú, Chile, Bolivia y Cuba, luego comienza a incorporar
colaboraciones de Italia, Francia y España fundamentalmente,
y ocasionalmente otros países de Europa y América.

CONSIDERACIONES FINALES
El recorrido realizado nos permite visualizar la fuerte impronta
que la tradición clínico-patologicista, fundamentalmente de origen
galo, tiene en el discurso psicológico de nuestro país en
los comienzos del s. XX. Su articulación con las nociones evolucionistas
y positivistas se entroncan de manera directa con el
enfoque criminológico vertido en la publicación analizada, extendiendo
hacia la problemática social del delito las coordenadas
clínicas de la degeneración y la anormalidad, y ofreciendo
una vía de abordaje desde la patogenia del organismo social,
localizada en el borde de la locura y del delito.

BIBLIOGRAFÍA
Rossi, Lucía: (2004) Publicaciones periódicas en Argentina: Itinerarios, áreas
profesionales, instituciones., en «Memorias de las XI Jornadas de Investigación.
Psicología, Sociedad y cultura», julio 2004, T. III, pp.186/7, Universidad
de Buenos Aires, Facultad de Psicología.
Bagú, Sergio: (1936) «Vida Ejemplar de José Ingenieros», Ed. Claridad, Bs.
As., 1936.
Terán, Oscar: (1979) «José Ingenieros o la voluntad de saber», en José
Ingenieros, Antimperialismo y Nación, ed. siglo XXI, México, 1979.
Mangiola, Bruno: (1998) El multifacético José Ingenieros (esbozado en cuatro
tiempos), conferencia dictada en 1998 para el curso de Historia de la
Psiquiatría Argentina de la Carrera de Post-Grado en Psiquiatría y Psicología
Médica. Facultad de Ciencias Médicas. U.N.L.P. Publicado en http://www.
herreros.com.ar
Archivos de Criminalogía, Medicina Legal y Psiquiatría, 1902.
Archivos de Psiquiatría, Criminología y Ciencias Afines, 1903, 1904.
Archivos de Psiquiatría y Criminología aplicadas a las ciencias afines:
Medicina Legal – Sociología – Derecho – Psicología – Pedagogía, 1905, 1906,
1907.
Archivos de Psiquiatría y Criminología aplicadas a las ciencias afines, 1908,
1909, 1910, 1911, 1912, 1913.