Obras de S. Freud: El sombrero como símbolo del hombre (de los genitales masculinos) [1911]

El trabajo del Sueño (continuación): I. El sombrero como símbolo del hombre (de los genitales masculinos) [1911]

(Fragmento del sueño de una mujer joven, agorafóbica a consecuencia de una angustia de tentación.) (1)

Es verano y voy de paseo por la calle; llevo un sombrero de paja de forma extraña: su copa es puntiaguda y sus alas penden hacia abajo (la descripción se hace aquí vacilante), y de tal modo que una cae más que la otra. Yo estoy alegre y con talante aplomado; en eso, paso junto a un grupo de oficiales jóvenes, y pienso entre mí: «Nada podéis hacerme vosotros todos».

Puesto que ella no puede producir ocurrencia alguna relativa al sombrero, le digo: «El sombrero es, sin duda, un genital masculino con su parte media enhiesta y las dos partes laterales colgantes. Que el sombrero haya de ser un hombre es quizás extraño, pero suele decirse:

«Unter die Haube kommen» {«casarse»; literalmente, «ponerse la toca»}». Deliberadamente omito en la interpretación el detalle de la caída desigual de las partes laterales, aunque son tales detalles, en su determinación, los que han de señalar el camino a la interpretación. Prosigo: «Si usted tiene un marido con unos genitales tan magníficos, no necesita temer nada de los oficiales, vale decir, no necesita desear nada de ellos, pues en todo otro caso son esencialmente sus fantasías de tentación las que le hacen abstenerse de andar sin protección y sin compañía». Este último esclarecimiento de su angustia ya había podido brindárselo repetidas veces, apoyándome en otro material.

Ahora bien, es muy notable la conducta que adoptó la soñante tras esta interpretación. Se retractó de la descripción del sombrero y pretendió no haber dicho que las dos alas pendían hacia abajo, Yo estoy bien seguro de lo que he oído corno para dejarme confundir, y me atengo a eso. Ella guarda silencio un momento y después encuentra coraje para preguntar qué significa que su marido tenga un testículo más bajo que el otro y si es así en todos los hombres. Con esto quedaba esclarecido el curioso detalle del sombrero, y aceptada La interpretación en su conjunto.

Desde mucho antes que la paciente me comunicase este sueño yo conocía el símbolo del sombrero. Por otros casos, si bien menos trasparentes, creí lícito inferir que el sombrero puede hacerlas veces también de los genitales femeninos. (2)

Continúa en ¨El trabajo del sueño (continuación): II. El «pequeño» es el órgano genital

Notas:
 1- [Este sueño y los dos que siguen fueron publicados por primera vez en «Agregados a la interpretación de los sueños» (Freud, 191la). Encabezaban ese escrito los siguientes párrafos, no reimpresos después en alemán {hasta la publicación de Studienausgabe}:

«Algunos ejemplos de símbolos oníricos entre las muchas objeciones que se han hecho a la práctica psicoanalítica, la más extraña y, si es lícito decirlo, la más ignorante paréceme la duda sobre la existencia del simbolismo en el sueño y en el inconciente, pues nadie que trabaje con el psicoanálisis puede renunciar al supuesto de un simbolismo tal, y, además, la resolución mediante símbolos se practicó desde los tiempos más antiguos con relación al sueño. Eso sí, estamos dispuestos a admitir que la demostración de este simbolismo tiene que hacerse con particular rigor en vista de la multiplicidad que priva en este ámbito.

»En lo que sigue reúno algunos ejemplos de mi experiencia más reciente, en los cuales me parece particularmente ilustrativa la solución mediante un determinado símbolo. El sueño recibe entonces un sentido que de otra manera no podría tener; de ese modo se inserta dentro de la trama de pensamientos del soñante, y el propio analizado admite su interpretación.

»Con relación a la técnica, hago notar que justamente en el caso de los elementos simbólicos de los sueños suelen fallar las ocurrencias que el soñante asocia, de manera que por sí misma esta conducta incita a ensayar una interpretación simbólica. En la exposición de los pocos ejemplos de sueños que he escogido, puse especial cuidado en distinguir mi propia intervención del trabajo autónomo del paciente (y sonante)».

El mencionado artículo terminaba con algunos ejemplos más breves, reimpresos en la sección F de este capítulo. Antes de ellos aparecía el siguiente preámbulo:

«Algunas figuraciones oníricas más raras. – He mencionado el «miramiento por la figurabilidad» como uno de los factores que influyen en la formación del sueño. En la trasformación de un pensamiento en una imagen visual se evidencia una particular facultad del soñante, que rara vez puede ser igualada por la capacidad de colegir del analista. Por eso tiene que darse por satisfecho si el soñante y creador le alcanza el significado de esas figuraciones mediante una intelección intuitiva».]

2- [Nota agregada en 1911:] Cf. un ejemplo de esto en Kirchgraber (1912). Stekel (1909, pág. 475) comunica un sueño en que el sombrero con una pluma torcida en el medio simboliza al hombre (impotente). [En un artículo posterior (1916c), Freud sugirió una explicación para el simbolismo del sombrero.]