Obras de Winnicott: Ideas y definiciones (1950)

Ideas y definiciones, 1950

Probablemente de comienzos de la década de 1950.

Verdadero self. Falso self:

Este término se emplean para describir una organización defensiva en la cual se asumen prematuramente las funciones de cuidado y protección maternas, de modo tal que el bebé o el niño se adapté al ambiente al par que protege y oculta su verdadero self, o sea, la fuente de los impulsos personales. Es similar a la función que Freud, en un comienzo, asignaba al yo, vuelto hacia el mundo, entre el ello y la realidad externa. En los casos característicos, el verdadero self aprisionado es incapaz de funcionar, y estando así protegido queda limitada su oportunidad para una experiencia viva. La vida se Vive a través del falso y sumiso self, y clínicamente, el resultado es el sentimiento de irrealidad. Otros autores han empleado, para describir estados similares, la expresión «Yo- Observador». La espontaneidad y el impulsó auténtico sólo pueden provenir del verdadero self, y para que ello ocurra alguien tiene que hacerse cargo de las funciones defensivas del falso self. Objeto transicional. Fenómenos transicionales El «objeto transicional» tuvo como finalidad conferir significación a los primeros signos de aceptación de un símbolo por el bebé en desarrollo. Este precursor del símbolo es, a la vez, parte del bebé y parte de la madre. A menudo es de hecho un objeto, y la adicción del niño a este objeto real es admitida y permitida por los padres. Pero a menudo no existe tal materialización; sin embargo encontramos que, posteriormente, ciertos fenómenos tienen la misma significación; por ejemplo, observar atentamente, pensar, distinguir entre los colores, ejercitar movimientos y sensaciones corporales, etc., etc. La madre misma puede convertirse en un objeto transicional, o a veces el pulgar del niño; formas degeneradas son, entre otras, el balanceo, el golpearse la cabeza contra algo sólido, el chupeteo sumamente compulsivo, etc., y más tarde la pseudologia fantástica y el robo. En condiciones favorables, este objeto cede gradualmente su lugar a una gama cada vez más amplia de objetos, y a toda la vida cultural. Regresión (a la dependencia) Por lo general, en los escritos psicoanalíticos el término «regresión» se aplica a la posición de los instintos. La regresión se da desde la experiencia erótica genital a la experiencia erótica, o fantasía pregenital, o bien .a puntos de fijación que pertenecen a la vida infantil, en la cual naturalmente predomina la fantasía pregenital. También es un término apropiado para describir aquel estado de un adulto o niño durante la transferencia (o en cualquier otra relación dependiente) en el cual abandona una posición avanzada y restablece una dependencia infantil. Típicamente, en la regresión de esta índole se pasa de la independencia a la dependencia. En este empleo del término, indirectamente se introduce el ambiente, ya que la dependencia exige un ambiente que atienda á ella. En cambio, en el otro uso del término «regresión» no hay referencia implícita a un ambiente. También se utiliza el término «regresión» para describir el proceso, observable en un tratamiento, de un desprendimiento gradual del falso self o protector, hasta aproximarse a una nueva relación ‘en’ la cual ese self protector se deposita en el analista. Madre suficientemente buena Este término se emplea para describir la dependencia propia de la primera infancia. Implica que en todos los casos los cimientos de la salud mental debe ponerlos la madre, quien, en asao de ser sana, la tiene como para atender a las necesidades de su bebé a cada minuto. Lo que el bebé necesita, y lo necesita absolutamente, no es ninguna clase de perfección en el quehacer materno, sino una adaptación suficientemente buena, que es parte integral de una relación viva en la que la madre se identifica temporariamente con el bebé. Para poder hacerlo en el grado necesario, la madre necesita estar protegida de la realidad externa, de modo de poder gozar de un período de preocupación (materna primaria), siendo el bebé el objeto de su preocupación. Para ser capaz de perder este alto grado de identificación al mismo ritmo en que el bebé transita de la dependencia a la independencia, la madre tiene que ser sana, en el sentido de no ser proclive a una preocupación mórbida. Donald Winnicott, 1896-1971