Irregularidades en el desarrollo: factores teratogénicos, riesgos físicos en los períodos prenatales

RIESGOS FÍSICOS POTENCIALES DE DIFERENTES PERIODOS PRENATALES.

PERIODO DEL OVULO:
1.- La posibilidad de que el óvulo fertilizado perezca por falta de sustento, antes de implantarse en la red uterina, debido al tiempo necesario para descender desde la trompa de Falopio.
2.- La falta de preparación de la pared uterina para recibir el óvulo fertilizado, debido a un desequilibrio entre los ovarios y la glándula pituitaria (o hipófisis) de la madre.
3.- Fijación del óvulo fertilizado a la pared de la trompa de Falopio, “embarazo en las trompas” o “embarazo tubario”, o “ectópico”, lo que da como resultado una falta de nutrición o espacio para el crecimiento.
4.- Fijación del óvulo fertilizado a una zona pequeña de tejido fibroso de la pared uterina, que impedirá que reciba alimentación.

PERIODO DEL EMBRION.
1.- Los “abortos espontáneos” debido a condiciones desfavorables en el ambiente materno, tales como mala nutrición, trastornos glandulares, tensiones emocionales, etc., que pueden hacer que el embrión se vea desalojado de su lugar en la pared uterina.
2.- Irregularidades de desarrollo que tienen mayores probabilidades de producirse en esta época que durante el periodo del feto.

PERIODO FETAL.
1.- Posibilidad de aborto hasta el quinto mes lunar, sobretodo en épocas en que se producirá normalmente el periodo menstrual de la mujer.
2.- Nacimiento prematuro con sus complicaciones y la posibilidad de muerte.
3.- Nacimiento postmaduro, con sus complicaciones y las posibilidades de muerte.
4.- Complicaciones del parto, como resultado de la postmadurez del feto, su posición desfavorable en el útero y el desequilibrio glandular, debido a tensiones de la madre.
5.- Irregularidades de desarrollo provocadas por condiciones similares a las del periodo del embrión, que pueden retrasar el desarrollo del feto, o bien, dañar sus rasgos, sobretodo el cerebro.

Los efectos de las irregularidades del desarrollo son considerables y están muy difundidos. Algunos de los efectos de un ambiente prenatal desfavorable pueden no resultar evidentes durante varios meses o, incluso años después del nacimiento. En esas condiciones, se supone con frecuencia que el defecto se debe a alguna condición postnatal. Por ejemplo, se cree comúnmente que el raquitismo es el resultado de una deficiencia dietética en la vida postnatal, mientras que en realidad, hay evidencias medicas que el raquitismo se produce en los bebés nacidos prematuramente y privados, por ende, de la mineralización que tiene lugar normalmente en la última parte del periodo fetal.
De modo similar, la epilepsia, la parálisis cerebral o las deficiencias mentales pueden no resultar evidentes hasta la época del bebe o los primeros años de la niñez.
Puesto que no hay pruebas adecuadas para medir el retraso mental en los recien nacidos, la deficiencia mental como resultado de la mala nutrición prolongada o grave durante el periodo prenatal puede no resultar evidente hasta que el niño comienza a tener dificultades en la escuela. Una vez mas, se puede atribuir incorrectamente ese defecto a condiciones postnatales desfavorables.
Sea cuando sea que resulten evidentes las irregularidades del desarrollo, pueden afectar todo el curso de la vida del niño y con frecuencia, lo hacen. Por ejemplo, la ceguera o la sordera es un obstáculo importante. Además, los defectos físicos afectan el Autoconcepto de los niños e influyen en su personalidad. El hecho de si los niños crecerán bien adaptados en lo personal y social, dependerá en gran parte, de si llegan o no al mundo en condiciones físicas sanas.
Las relaciones familiares, no solo entre los padres y el niño, sino también entre esposos y hermanos, se ven afectadas por las irregularidades de desarrollo y lo que los padres creen que es su causa. Por ejemplo, la creencia tradicional de que la madre es principalmente responsable de cualquier irregularidad de desarrollo que aparece en su bebe, tanto si se trata de una marca pequeña de nacimiento como de una deficiencia mental o física grave, conduce con frecuencia a sentimientos de culpabilidad de su parte y a una actitud demasiado tolerante o protectora hacia el bebe, que es poco sana. Esa actitud afectara todo el futuro del niño. La creencia de que la madre es responsable puede llevar también a que hay fricciones entre los padres.
Debido a los efectos graves y a largo plazo de las irregularidades de desarrollo sobre el niño, así como también sobre los miembros de su familia, algunos doctores están aconsejando en la actualidad a las mujeres embarazadas de edad bastante avanzada, 35 años o mas, o cuyo historial familiar o del esposo sugieren que pueden ser padres “de riesgos elevados”, se someten al procedimiento medico que se conoce como “amniocentesis” que consiste en extraer una muestra del fluido amniótico del útero y analizarlo, para ver si hay evidencias de anormalidades cromosomitas u otras señales de irregularidades posibles de desarrollo. Esto se suele hacer durante las primeras veinte semanas del embarazo.
En el caso de que este análisis demuestre que hay pruebas definitivas de una irregularidad de desarrollo que pueda afectar la vida futura del niño por nacer, se les indica a los futuros padres cuales pueden ser sus efectos y que es lo que implicara su responsabilidad en lo que se refiere al cuidado de ese niño. Por ejemplo, ¿están preparados los padres emocional y financieramente, así como también en otras formas, para cuidar a un niño mongoloide, sin reducir el cuidado que dan normalmente a sus otros hijos?
Entonces, es responsabilidad de los futuros padres el tomar la decisión respecto a si desean que continúe el embarazo y afrontar las responsabilidades de cuidar a un niño cuyas probabilidades de ser normal son casi nulas, o si desean un aborto como solución, tanto para el niño como para toda la familia. Después de varios años de investigación para descubrir los efectos a largo plazo sobre los niños de las tensiones de la madre durante el embarazo, se llego a la conclusión de que “las implicaciones psiquiátricas y sociales de esas observaciones sugieren la conveniencia de efectuar una reevaluación sobria de las actitudes actuales hacia los embarazos no deseados”.