NEURODIDÁCTICA

NEURODIDÁCTICA

La neurodidáctica es una nueva disciplina que intenta configurar el aprendizaje de la forma que mejor encaje en el desarrollo del cerebro. Es un primer intento de aunar la investigación cerebral y las ciencias educativas (Neurobiología Didáctica) disciplinas que deberian trabajar en estrecha colaboración por un motivo tan simple y lógico como que todo proceso de aprendizaje va acompañado de un cambio en el cerebro, porque se modifican nuestras redes neuronales. Por eso quien sabe cómo y bajo qué condiciones se modifica el cerebro al aprender, es quien puede enseñar mejor.

Los procesos de aprendizaje, como decíamos, modelan el cerebro; se ocupan de que desaparezcan las conexiones neuronales poco utilizadas y de reforzar y consolidar las conexiones más activas. Así mismo las sinapsis entre las neuronas se refuerzan y se mantienen a largo plazo cuando éstas reaccionan antes unas características que aparecen con frecuencia asociadas y las conexiones que se rescinden son aquellas entre neuronas que nunca trabajan al mismo tiempo. Las asociaciones entre neuronas se deciden sobre todo en los primeros años de vida; al nacer nuestro patrimonio hereditario tan solo fija nuestras capacidades básicas y lo que desarrollará nuestras capacidades neuronales (nuestras capacidades cognitivas)  será el aprendizaje, mediante la interacción con el entorno.  Por medio de estímulos intelectuales es posible desarrollar capacidades cognitivas que faciliten el aprendizaje.  Nunca se termina de aprender;  las sinapsis se refuerzan o debilitan hasta una edad avanzada, aunque despues de la pubertad las conexiones sinápticas se moldean con mayor dificultad.  Por ello es bueno fomentar las sinapsis en los niños y que estas abarquen la mayor diversidad posible (~ estimulación temprana) 

Las sinapsis se refuezan mediante estímulos, pero nosotros no percibimos todos los estímulos que nos llegan.  Existe un proceso de selección:  la atención.

De entre todos los estimulos existentes en el entorno nos decantamos por unos u otros mediante la atención y según nuestros condicionamientos internos.

•  La atención se dirige especialmente a los cambios (lo nuevo y el movimiento) de modo que un entorno cambiante y variado que cada día despierte la curiosidad hacia lo nuevo lleva casi de modo automático a aprender.

•  Existe también la atención focalizada, que es aquella que reacciona ante estímulos “esperados” (espectativas) focalizándose o dirigiéndose a éstos estímulos de modo que son captados y procesados más rápida y eficazmente.

•  El sistema emocional es de gran importancia en la decisión de cuáles son los estímulos que deben llegar a la consciencia. La emoción y la motivación dirigen el sistema de atención que selecciona estímulos y decide qué informaciones se aprenden.  Es por eso por lo que los sentimientos influyen mucho en la percepción y en la atención; se aprende mejor cuando la materia presenta un componente emocional.  Por eso el “condicionamiento positivo” es una motivación que refuerza la memoria; todo lo que produce contento a la hora de aprender refuerza la memoria.

  •  Es muy dificil dirigir la atención a dos cosas diferentes al mismo tiempo.  La concentración es muy importante para el aprendizaje estable, porque de ese modo la imformación llega más nítidamente a las células grises, sin que otras informaciones entren en ellas al mismo tiempo.

•  Es importante también tener en cuenta que aquello en lo que uno tiene mayor facilidad es por lo que se decantan sus preferencias personales.  Éstas corresponden a sus áreas más fuertes del cerebro y se pueden aprenciar en los niños facilmente en función de la dirección que tome su curiosidad (interés). Son las capacidades que deben ser especialmente reforzadas y ampliadas:  “aprender significa seguir caminos propios de estudiar y explotar algo”, porque nunca hay que olvidar que cada niño tiene sus propios y diferenciados talentos y limitaciones.

Para llevar a cabo el proceso de aprendizaje, tras la percepción de la información que captan los sentidos, se inicia una búsqueda entre las informaciones almacenadas en el cerebro donde son buscadas todas aquellas redes nerviosas relacionadas con el estímulo percibido, para activarlas e insertar en ellas la nueva información;  Toda percepción sensorial aterriza al principio en la memoria a corto plazo donde las células nerviosas corticales comparan contínuamente la información sensorial recibida con los contenidos de la memoria preexistentes (incluyendo experiencias y reflexiones anteriores, que forman parte del sistema emocional) y según si el cerebro atiende a la percepción y lo intensa que esta sea se refuerzan, o no, los contactos sinápticos mediante cambios químicos y eléctricos, de modo que de éstos puedan acabar formándose engramas (conexiones sólidas entre neuronas; son el tipo de conexiones que constituyen la memoria a largo plazo)

El transmitir de formas variadas una información la refuerza en la memoria a largo plazo, porque hay mayor facilidad de aprendizaje cuantos más sentidos intervienen él.

Y también se registra mejor una nueva información cuantas más relaciones existen entre ella y la información de la que ya disponíamos previamente. De modo que aprender resulta ser un proceso que se autoimpulsa; cuanto más se sabe de algo, más rápidamente se progresa en su aprendizaje.

Hemos visto hasta ahora que la memoria de los humanos funciona, por tanto, por asociaciones y es por ese mismo hecho por el que cuantas más neuronas se encuentren conectadas entre sí más fácilmente podremos recordar el elemento de la cadena de asociaciones que nos interese, porque será posible acceder a él desde muchas más y variadas localizaciones. 

Es por éste recurrir constante a las informaciones almacenadas por lo que el cerebro exige cierto orden lógico: para poder evocar los contenidos de la memoria y para buscar las redes nerviosas en las que insertar un nuevo conocimiento.

El órden lógico de los contenidos es algo muy importante a tener en cuenta en los proyectos didácticos, además del hecho de que lo nuevo, por estimular mejor la atención, siempre se aprende mejor cuando es nuevo que si no fue bién aprendido cuando era novedad.

Lo correcto para asimilar una nueva información desde un punto de vista neurobiológico es seguir ordenadamente estas tres fases:

1 –  Excitar la red pertinente.
2 –  Retenerla activamente.
3 –  Dejarla reposar. 

La tercera fase es la fase de consolidación, en la que el tiempo es un factor importante en la estabilización de las conexiones entre celulas nerviosas, porque para que se estabilicen las conexiones deben transcurrir horas.

Ahora bién, cuando existe una contradicción entre la información de que disponíamos y la nueva información, porque disponíamos de una información previa incorrecta, aprender esa nueva información correctamente cuesta mucho más que haberla aprendido bién en un principio, porque hay que reorientar una red neuronal consolidada.