Obras de S. Freud: Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico (1914) Nota Introductoria de James Strachey

Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico (1914)

«Fluctuat nec mergitur» (En el escudo de armas de la ciudad de París(1))

Nota introductoria:
En las ediciones alemanas anteriores a 1924 se indica, al final del trabajo, la fecha «febrero de 1914. En realidad, parece haber sido escrito en enero y febrero de ese año. En la edición de 1924 se hicieron algunas modificaciones secundarias, y se agregó la extensa nota al pie de las págs. 32 y 33 de esta edición.

Una acabada exposición de la situación que condujo a escribir este trabajo se ofrece en el segundo tomo de la biografía de Freud escrita por Ernest Jones, (1955, págs. 142 y sigs.). Aquí bastará con un breve resumen. Los desacuerdos de Adler con las opiniones de Freud habían alcanzado su punto crítico en 1910, y los de Jung, unos tres años después. A pesar de esas divergencias, sin embargo, ambos siguieron caracterizando a sus teorías, por largo tiempo, como «psicoanálisis». El propósito del presente artículo fue enunciar claramente los postulados e hipótesis fundamentales del psicoanálisis, para mostrar que las teorías de Adler y Jung eran totalmente incompatibles con aquellos, y para extraer la inferencia de que llamar con el mismo nombre a estos puntos de vista contradictorios no podía sino llevar a una confusión general. Y si bien durante muchos años la opinión popular siguió insistiendo en que había «tres escuelas de psicoanálisis», los argumentos de Freud terminaron por imponerse. Adler ya había elegido la denominación de «psicología individual» para sus teorías, y poco después Jung adoptó la de «psicología analítica» para las suyas.

Con miras a dejar perfectamente en claro los principios esenciales del psicoanálisis, Freud trazó la historia del desarrollo de esos principios desde los comienzos preanalíticos. La primera sección del artículo abarca el período durante el cual él fue el único participante -es decir, más o menos hasta 1902-. La segunda sección continúa la historia hasta 1910 aproximadamente, el período durante el cual las concepciones psicoanalíticas comenzaron a extenderse a círculos más amplios. Recién en la tercera sección Freud examina los puntos de vista disidentes, primero los de Adler y. luego los de Jung, y señala los aspectos fundamentales en que se apartan de los hallazgos del psicoanálisis. En esta última sección, y en alguna medida también en el resto del artículo, vemos a Freud adoptando un tono mucho más beligerante que en cualquiera de sus otros escritos. Y en vista de sus experiencias durante los tres o cuatro años anteriores, este talante poco habitual no puede mover a sorpresa.

Otros dos trabajos de Freud, contemporáneos de este, versan también sobre los puntos de vista de Adler y Jung. En «Introducción del narcisismo» (1914c), compuesto casi al mismo tiempo que la «Contribución», aparecen algunos párrafos polémicos respecto de Jung al final de la primera sección (AE, 14, págs. 77-8), y respecto de Adler al comienzo de la tercera (págs. 89-90). El historial clínico del «Hombre de los Lobos» (1918b), escrito en lo esencial a fines de 1914, aunque publicado (con dos pasajes adicionales) recién en 1918, fue pensado en gran parte como una refutación empírica a Adler y Jung, y contiene muchos ataques a sus teorías. En los trabajos posteriores de Freud hay una cantidad de referencias dispersas a estas polémicas (sobre todo en escritos de divulgación o semiautobiográficos); pero siempre en un tono más austero y nunca en forma extensa. Debe mencionarse especialmente, sin embargo, una discusión circunstanciada de los puntos de vista de Adler sobre las fuerzas motivadoras de la represión, en la sección final del artículo «Pegan a un niño» (1919e), AE, 17, págs. 197 y sigs. Otra severa crítica a Adler, de cierta extensión, se hallará en la 341 de las Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1933a), AE, 22, págs. 130-2.

En lo atinente a los fragmentos puramente históricos y autobiográficos de este trabajo, debe señalarse que Freud siguió más o menos el mismo derrotero en su Presentación autobiográfica (1925d), aunque en algunos puntos esta última es complementaría del presente artículo. Para un tratamiento más completo del tema, debe remitirse al lector, por supuesto, a la biografía en tres tomos de Jones. En nuestras notas de pie de página no hemos intentado en absoluto volver a recorrer el camino ya transitado en esa obra.

James Strachey

Notas:
1- En el escudo de armas figura un barco, y la divisa puede traducirse:
«Se sacude, pero no se hunde». Freud cita la frase dos veces en su correspondencia con Fliess, refiriéndose a su propio estado mental (1950a, Cartas 119 y 143).]