Obras de S. Freud: Trabajos sobre metapsicología (1915), Introducción de James Strachey

Trabajos sobre metapsicología (1915)

Introducción de James Strachey:

Freud publicó la primera exposición extensa de sus concepciones sobre teoría psicológica en el capítulo VII de La interpretación de los sueños (1900a), que incorporó -en forma modificada- gran parte de lo esencial contenido en su anterior «Proyecto de psicología» de 1895 (1950a), inédito en vida de él. A excepción de algunas breves disquisiciones ocasionales, como las del capítulo VI de su libro sobre el chiste (1905c), hubieron de pasar diez años antes de que Freud volviera a ahondar en problemas teóricos. Un artículo exploratorio, «Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico» (1911b), fue seguido por otras aproximaciones más o menos tentativas: en la tercera parte del análisis de Schreber (1911c), en su «Nota sobre el concepto de lo inconciente en psicoanálisis» (1912g), escrita en inglés, y en el extenso examen del narcisismo (1914c). Finalmente, en la primavera y el verano de 1915, emprendió una vez más una exposición completa y sistemática de sus teorías psicológicas.

Los cinco trabajos que siguen constituyen una serie interrelacionada. Como se nos informa en una nota al pie en el cuarto de ellos (cf. AE, 14, pág. 221), integran una recopilación que Freud había planeado publicar originalmente en forma de libro, bajo el título de Zur Vorbereítung einer Metapsyhologie {Trabajos preliminares para una metapsicología} (1). Agrega allí que la intención de la serie era proporcionar un fundamento teórico estable para el psicoanálisis.

Aunque los tres primeros artículos se publicaron en 1915 y los dos últimos en 1917, Ernest Jones (1955, pág. 208) nos dice que en realidad todos ellos fueron escritos en un período de unas siete semanas, entre el 15 de marzo y el 4 de mayo de 1915. También dice que en los tres meses siguientes se agregaron a la serie siete artículos más, quedando la colección de doce artículos completa para el 9 de agosto. Sin embargo, Freud nunca publicó esos otros siete artículos, y parece probable que los haya destruido posteriormente, ya que no se ha encontrado rastro alguno de ellos y, de hecho, su existencia misma fue desconocida u olvidada hasta que Jones examinó las cartas de Freud. Mientras los estaba escribiendo, en 1915, mantenía informados de sus progresos a sus corresponsales (Abraham, Ferenczi y Jones); pero después sólo parece haber una única referencia a ellos, en una carta a Abraham de noviembre de 1917. Freud debe de haber escrito esta carta en la época en que se publicaron los dos últimos artículos, y por lo que dice en ella se infiere que los otros siete todavía existían y que él seguía teniendo la intención de publicarlos, aunque pensaba que aún no había llegado el momento oportuno. (Cf. Freud, 1965a.)

Conocemos los temas de cinco de esos siete artículos: la conciencia, la angustia, la histeria de conversión, la neurosis obsesiva y las neurosis de trasferencia en general; y podemos detectar posibles remisiones a ellos en los artículos que sobrevivieron. Incluso cabe conjeturar que los temas examinados en los dos artículos no especificados eran la sublimación y la proyección (2) (o la paranoia), porque hay alusiones bastante directas a estos temas. La recopilación de doce artículos habría sido, entonces, muy amplia, abarcando los procesos que están en la base de la mayoría de las neurosis y psicosis principales (histeria de conversión, histeria de angustia, neurosis obsesiva, locura maníaco-depresiva y paranoia) y en los sueños; los mecanismos psíquicos de la represión, la sublimación, la introyección y la proyección, y los dos sistemas psíquicos de la conciencia y el inconciente.

Difícilmente pueda exagerarse la pérdida que significa la desaparición de esos artículos. En la época en que Freud los escribió se daba una conjunción única de factores favorables. Su anterior trabajo teórico importante (el capítulo VII de La interpretación de los sueños) había sido escrito quince años antes, en una etapa relativamente temprana de sus estudios psicológicos. Ahora, en cambio, tenía a sus espaldas veinticinco años de experiencia psicoanalítica sobre la cual basar sus construcciones teóricas, y sus facultades intelectuales estaban en su apogeo. La circunstancia accidental de que su práctica profesional se redujera debido al estallido de la Primera Guerra Mundial le permitió disponer, durante cinco meses, del tiempo libre necesario para llevar adelante su intento. Sin duda, podemos consolarnos pensando que buena parte del contenido de los artículos perdidos debe de haber encontrado cabida en los escritos posteriores de Freud, pero daríamos mucho por contar, en cuestiones tales como la conciencia y la sublimación, con exámenes que se extendieran en una trama argumental única, en lugar de las alusiones dispersas y relativamente magras con las que tenemos que contentarnos.

Varios pasajes de la correspondencia de Freud atestiguan la existencia de dichos artículos. Por ejemplo, en una carta a J. J. Putnam del 8 de julio de 1915, escribe: «Estoy aprovechando la interrupción en mi tarea [causada por la Primera Guerra Mundial] para terminar un libro que contendrá una serie de doce ensayos psicológicos» (Freud, 1960a). Asimismo, en una carta a Lou Andreas-Salomé del 30 de julio de 1915 dice: «El fruto de esta época probablemente cobrará la forma de un libro de 12 ensayos, comenzando por el que versa sobre las pulsiones y los destinos de pulsión. [ . . . ] El libro está concluido, salvo la necesaria revisión para acomodar y adecuar entre sí los diferentes ensayos». Y en otra carta a Lou Andreas-Salomé, del 25 de mayo de 1916, afirma: «Mi libro con los 12 ensayos de este tipo no puede publicarse antes de que termine la guerra, y quién sabe cuánto tiempo después de esa anhelada fecha» (Freud, 1966a). También a Binswanger, en una carta del 17 de diciembre de 1915 (Freud, 1955f), le mencionó la existencia de los «doce» ensayos y su intención de publicarlos luego de la guerra. La hipótesis de que desestimara en definitiva por insatisfactorios los últimos siete trabajos es fuertemente corroborada en su intercambio epistolar con Lou Andreas-Salomé. El 18 de marzo de 1919 esta le escribía: «¿Dónde está su Metapsicología, ahora que los capítulos publicados fueron incluidos en el cuarto volumen de la «NI» [SKSN]? ¿Dónde están los restantes, que ya estaban terminados?». A lo cual Freud replica el 2 de abril: «¿Dónde está mi Metapsicología? En primer lugar, no ha sido escrita aún. No me es posible elaborar el material de manera sistemática; la índole fragmentaria de mis observaciones y el carácter esporádico de mis ideas no lo permitirían. Sin embargo, si vivo diez años más, puedo seguir trabajando durante todo ese tiempo, no me muero de hambre, no soy asesinado, no quedo demasiado sumergido por la desdicha de mi familia o de quienes me rodean -y es pedir que se den muchas condiciones-, entonces prometo hacer ulteriores contribuciones a ella. En esta línea, una primera estará contenida en mi ensayo «Más allá del principio de placer» … ». (Cf. Freud, 1966a.)

En vista de la especial importancia de esta serie de artículos, nos ha parecido conveniente incluir notas introductorias más extensas que las habituales, así como una generosa cantidad de notas de pie de página; en particular, damos amplias remisiones a otros escritos de Freud que pueden arrojar luz sobre algunos puntos oscuros. Se hallará una lista de las obras teóricas más importantes de Freud en un «Apéndice» al final de la serie (AE, 14, págs. 257-8).

James Strachey

Notas:
1- En GS, 5 (1924), pág. 432, el artículo escrito por Freud para la Society for Psychical Research (1912g) se incluye, junto con estos cinco artículos, bajo el título de «Trabajos sobre metapsicología». Sin embargo, no formó parte de la recopilación original
2- En la tercera parte del análisis de Schreber (1911c), Freud examinó el mecanismo de la proyección, pero se declaró insatisfecho y prometió considerarlo más acabadamente en un trabajo posterior. Al parecer nunca lo hizo, salvo que se trate de uno de esos artículos perdidos.