PREFACIO, caso Richard

PREFACIO

Con la presentación de este historial me propongo varias cosas. En primer lugar, mostrar mi técnica de trabajo con mayor detalle de lo que lo he hecho hasta ahora. Las extensas anotaciones que he ido haciendo a lo largo del caso, permiten que el lector observe cómo las interpretaciones quedan confirmadas por el material que les sigue, con lo cual se hace perceptible la dinámica cotidiana analítica y la continuidad que se mantiene a través de ella. Además, los detalles de este análisis esclarecen y confirman los conceptos por mi enunciados. Al final de cada sesión, el lector encontrará los comentarios sobre teoría y técnica que he ido haciendo.
En El psicoanálisis de niños sólo pude transcribir algunos extractos de mis observaciones e interpretaciones; y como en dicha obra me interesaba especialmente presentar ciertas hipótesis con respecto a ansiedades y defensas, hasta entonces no descubiertas, no pude en esa oportunidad dar una imagen completa de mi técnica. En especial, no logré dejar establecido con suficiente evidencia el consistente uso que hago de interpretaciones transferenciales. A pesar de ello, según mi criterio, los principios más importantes presentados en El psicoanálisis de niños siguen teniendo plena validez.
Aunque el análisis que describo sólo duró noventa y tres sesiones, que se dieron en un período de unos cuatro meses, la extraordinaria cooperación del niño me permitió llegar a grandes profundidades.
Tomé notas bastante extensas, pero, como es natural, no siempre pude estar segura de la sucesión del material ni reproducir literalmente las asociaciones del paciente o mis interpretaciones. Esa dificultad se presenta siempre cuando se quiere relatar material clínico. Una versión literal sólo se podría dar si el analista tomara notas durante las sesiones, lo cual perturbaría al paciente considerablemente, al romper el flujo de sus asociaciones libres, mientras que, por otra parte, distraería la atención del analista al sacarlo de la secuencia analítica. Otra posibilidad de conseguir una transcripción literal, sería la de introducir una máquina registradora, fuera abiertamente o a escondidas; pero esta medida, a mi parecer, se opone absolutamente a los fundamentos en los que se basa el psicoanálisis: la exclusión de toda audiencia durante las sesiones analíticas. Si llegara a sospechar el uso del aparato registrador, no sólo creo que el paciente dejaría de hablar y de comportarse como lo hace cuando está a solas con el analista (y el inconsciente es muy perspicaz), sino que además estoy convencida de que el analista, al hablar a la audiencia representada por la máquina, dejaría de interpretar en la forma natural e intuitiva en que lo hace cuando está a solas con su paciente.
Por todas estas razones estoy convencida de que las notas, tomadas lo más pronto posible después de cada sesión, constituyen el mejor relato de los acontecimientos cotidianos del análisis y por lo tanto, como es natural, del análisis en si. Por ello creo que, dentro de las limitaciones que he enumerado, doy en este libro un relato veraz de mi técnica y del material clínico.
Conviene tener en cuenta que la evidencia que el analista puede presentar difiere esencialmente de la que se exige en las ciencias físicas, porque la esencia total del psicoanálisis es diferente de éstas. En mi opinión, los intentos de presentar datos exactos comparables, tra¬en como resultado un método pseudocientífico, ya que las manifes¬taciones del inconsciente y las respuestas del psicoanalista a las mis¬mas no pueden ser sometidas a mediciones ni clasificadas dentro de categorías rígidas. La máquina, por ejemplo, sólo podría reproducir las palabras usadas, pero no su acompañamiento de expresiones fa¬ciales ni de movimientos. Estos factores intangibles desempeñan un papel importante en los análisis, como también lo hace la Intuición del analista.
De cualquier manera, como con el material que el paciente nos brinda se establecen y se ponen a prueba ciertas hipótesis de trabajo, el psicoanálisis es un proceder científico, cuya técnica contiene prin¬cipios científicos. La valoración y la interpretación del material del paciente que lleva a cabo el analista, tienen su fundamento en un marco coherente de teoría. Su tarea consiste, sin embargo, en combi¬nar el conocimiento teórico con la captación de las variaciones indi¬viduales que cada paciente le presenta. En cada momento nos enfrentamos con una serie dominante de ansiedades, emociones y re¬laciones de objeto, y el contenido simbólico del material del paciente tiene un significado preciso y exacto en relación con este tema dominante.
Este libro trata de mostrar el procedimiento analítico, que consis¬te en seleccionar los aspectos más urgentes del material e interpretarlos con precisión. Las reacciones del paciente y las asociaciones subsiguientes constituyen un nuevo material, que a su vez debe de ser analizado siguiendo los mismos principios.
Uno de los requisitos esenciales que exigía Freud en el análisis era el trabajo de elaboración, y en la actualidad este requisito se mantiene en pie. Los pacientes adquieren a veces la vivencia de una situación, sólo para repudiarla en las próximas sesiones, e incluso olvi¬dar que alguna vez la habían aceptado. sólo si interpretamos repeti¬da y debidamente el material a medida que éste reaparece en diferen¬tes contextos, podemos ayudar al paciente a adquirir una visión de si mismo que sea más duradera. Un proceso adecuado de elaboración trae como resultado la modificación de ciertos rasgos de carácter y de la fuerza de los muy diversos procesos de disociación que en¬contramos aun en pacientes neuróticos; debe además incluir el análi¬sis congruente en las ansiedades paranoides y depresivas. Como resultado se obtiene una mayor integración de la personalidad.
Aunque el análisis que aquí presento quedó inconcluso, es en muchos sentidos ilustrativo. Como se puede ver en él, pude llegar a estratos muy profundos de la mente, y permitir así que mi paciente manifestara muchas de sus fantasías y tomara conciencia de algunas de sus ansiedades y defensas. Pero no se pudo, en cambio, llevar a cabo una adecuada elaboración de todo esto.
A pesar de las dificultades inherentes a la corta duración de este análisis, me propuse no modificar mi técnica e interpretar, como de costumbre, incluso las ansiedades más profundas a medida que éstas se iban presentando, con sus correspondientes defensas. Si estas in¬terpretaciones son comprendidas por el paciente dentro de cierto límite, a pesar de no poder llegar a elaborarlas totalmente, el análisis no deja de tener valor. Aunque los procesos de disociación y de represión tiendan a establecerse de nuevo, se habrá logrado hacer ciertas modificaciones en regiones fundamentales de la mente.
Sin embargo, estoy segura de que aun cuando en el futuro lle¬guemos a mejorar nuestra técnica considerablemente, este progreso no conseguirá acortar la duración de los análisis. Por el contrario, mi experiencia me lleva a la conclusión de que cuanto mayor tiempo ten¬gamos a nuestra disposición para llevar a cabo el tratamiento, tanto mejor podremos disminuir las ansiedades persecutorias y depresivas de nuestros pacientes y ayudarles a conseguir una mayor integración.