Problemática del desarrollo de la identidad en el adolescente

Toda la problemática del desarrollo de la identidad en el adolescente se puede
manifestar a través de mecanismos defensivos, externalizados en conductas
:
– Basadas en la omnipotencia: altanería, rebeldía, temeridad.
– Basadas en la negación: inhibiciones y actuaciones
– Basadas en la idealización: fanatismo, culto al héroe, relaciones extrañas,
conductas extravagantes
– Basadas en la disociación: oposicionismos, ambivalencia y/o extremismos

Todas estas conductas, propias de las funciones defensivas del yo, de aparición
frecuente durante la adolescencia, se verán en casos psicopatológicos incrementados en
su intensidad y frecuencia. Hemos de recordar que estos mecanismos de defensa
utilizados de forma masiva por el joven podrán ser además puestos en “el otro” a través
de la proyección o de la identificación proyectiva, por lo que inevitablemente el
entorno se va a ver afectado no solo por los comportamientos del niño o joven, sino
también por sus propias reacciones, en ocasiones también cargadas de componentes
patológicos.

La cuestión de la identificación del problema, el desarrollo de la identidad del
adolescente, con la parte visible del problema, el comportamiento del adolescente, tiene también fuertes implicaciones a la hora de definir cuál es el tratamiento y con qué
objetivo planteamos el mismo.
Si centramos nuestra mirada únicamente en la
problemática comportamental, nuestro objetivo será que el joven “se porte bien”, de
acuerdo a lo que socialmente consideramos como tal. Se trataría entonces de un
aprendizaje de las estrategias de control de la conducta adecuadas al contexto. Sin
embargo, si tenemos una visión más amplia del problema, en la que como decíamos
antes, el desarrollo de la identidad está en juego, el tratamiento deberá incluir el
abordaje de la problemática evolutiva, afectiva, relacional y también la comportamental
del sujeto en cuestión.
Debemos de tener en cuenta que la construcción de la identidad necesita siempre
de buenos arquitectos
, con una mirada amplia, que tenga en cuenta la solidez a través de
unos pilares firmes, la funcionalidad para una vida autónoma y también un sentido
estético y respetuoso con el medio en el que el sujeto va a vivir. La sociedad, a través de
los diferentes agentes; familia, escuela, medios de comunicación, etc., es quién elabora
los planos, quién proyecta la infancia y la juventud del futuro.