Psicoanálisis: Mujeres psicoanalistas y sus referencias a la feminidad

Sesión Científica
Mujer y Psicoanálisis
Por:
Lic. Irma Ivonne Farfán González

MUJERES PSICOANALISTAS
No se pueden citar a todas las mujeres psicoanalistas, se hará referencia a las más mencionadas en la historia, así como las aportaciones que hicieron, sobre todo las que hacen referencia a la feminidad.

Lou Andreas Salomé
Descrita como una mujer orgullosa, enérgica, y con gran ímpetu, Lou Andreas
Salomé llegó a Viena en 1912 para conocer el Psicoanálisis con Sigmund
Freud. Vista también como una discípula independiente llegó a ser buena
amiga y confidente de Freud. Lou participó en las sesiones de la Sociedad
Vienesa y en las reuniones de los psicólogos Individuales en torno a Alfred
Adler. Desde 1913 trabajó como psicoanalista en su consulta privada en
Göttingen, oficialmente fue elegida como miembro de la APV en 1922. (6)
En Königsberg, en el año de 1923, analizó a cinco médicos y sus pacientes.
Dentro de sus aportes al psicoanálisis se encuentran sobre el tema del narcisismo. (7)

Helen Deutsch
Helene Deutsch fue analizada por Freud; al término del tratamiento, en 1918,
se integró a la Asociación Psicoanalítica de Viena. En 1924 se le delegó la
dirección del Instituto de Enseñanza, cargo que cubrió hasta 1934. Migró a
Boston pero seguía siendo miembro de la APV hasta 1938. (8)
Helene Deutsch tuvo aportaciones dentro de la Asociación Psicoanalítica
Vienesa en la Investigación de la Psicología de la Mujer y de la Sexualidad
Femenina. Deborah Fleischer nos menciona que Helen amplio y añadió
algunos aspectos sobre el masoquismo del que Freud habla, diciendo que éste
es parte de la esencia femenina, siendo este tema para Helen la tesis central
de sus aportaciones y la sustenta desde lo biológico. Se menciona que “la
mujer debe descubrir la vagina en su propia persona, descubrimiento que hace
sometiéndose masoquistamente al pene, convirtiéndose este último, en el guía
hacia esta nueva fuente de placer” y que “La vagina se conoce en el primer
coito. El pene es el guía que permite este conocimiento. Sostiene que la mujer
realiza el mismo deseo identificándose con el niño que lleva adentro en el
embarazo. Así el parto sería para la mujer el dominio activo del trauma de
nacimiento. Dirá también que la mujer que abandona la reivindicación del
clítoris, alcanza el fin del desarrollo sexual femenino y llega a ser mujer. El
prototipo de la genitalidad femenina será la oralidad (boca – vagina).
Entonces, la sexualidad le permitiría a través del coito superar el trauma de la
castración y las funciones de reproducción el trauma de nacimiento. El clítoris
es para ella un órgano superfluo que tendría un papel inhibidor.” “La vagina es
el órgano reproductor, el clítoris el del placer. Lo esencialmente femenino es la maternidad”. (9)
Menciona que el carácter masoquista de la mujer se da desde su organismo, el
dolor intenso que le provoca el parto la hace permanecer en este masoquismo
ya que es parte de su constitución física, aunque también existe una parte
narcisista que la hace alejarse de tal sufrimiento y menciona “cada uno de
estos dos importantes factores del psiquismo: el masoquismo y el narcisismo
pueden estar en contra de las exigencias de la función reproductora… El
destino de la mujer en tanto sirvienta de la especie depende de la colaboración
armoniosa del masoquismo y del narcisismo.” (10)
En la mujer el masoquismo es parte de su esencia, pero en el hombre el
masoquismo sería visto como una parte perversa.
Con respecto al complejo de Edipo, a partir de los textos de Freud donde
intenta explicar el pasaje que hace la niña con respecto al padre Freud explica
que esta espera un hijo del padre a lo que Helen dice que esto es el
equivalente a la pasividad, así el esperar el hijo del padre es ocupar una
posición masoquista la cual se opone a una actividad de acercamiento al
padre. También menciona que en la niña este deseo de tener un hijo como
equivalente del falo del padre no es por que se de una identificación con este; y
Deborah Fleischer interpreta que Helen trata de decir con esto que no todas las
mujeres desean un hijo del padre y menciona..

Anna Freud
Anna Freud fue la última hija de seis, Freud la llamaba “Antígona” en honor a la
hija de Edipo que no se había casado, que permaneció con su padre y se
ocupó de él cuando llegó a viejo y enfermó (11); mito que se volvió una realidad
para Anna. Por ser una niña no deseada padeció carencias afectivas en la
infancia generándole un sentimiento de inseguridad e inutilidad. Anna fungió
como enfermera y cuidadora de Freud a partir de su enfermedad y hasta su
fallecimiento cumpliendo así su papel de Antígona.
Freud introdujo a Anna a la sociedad colocándola como su secretaria; en 1918,
a los 23 años empezó a analizarla, y a los 25 se formó como maestra. Fue
entonces en el año de 1922, a los 27 años que ingresó a la SPV donde su
padre siempre la defendió. (12)
En 1924 ocupa el lugar de Otto Rank en el comité, y en 1925 es designada
secretaria del Instituto Psicoanalítico de Viena. Impulsó la formación del
Kinderseminar, un seminario de investigación sobre psicoanálisis aplicado a la
pedagogía y destinado a psicoanalistas, a educadores y trabajadores sociales.
Se crearon también algunos centros de reeducación, jardines de infantes, y la
primera escuela para niños regida por principios psicoanalíticos.
En 1927 ocupa el cargo de secretaria de la Asociación Psicoanalítica
Internacional. En 1934 Anna comenzó a escribir “El yo y los mecanismos de
defensa”. En 1937 se inaugura en Viena la guardería Jackson cuyo proyecto
fue dirigido por Anna. Entre 1940 y 1942 organizó varias residencias para niños
evacuados y refugiados, por motivos de la guerra, siendo la guardería
Hampstead la más destacada.
Anna fue miembro del Consejo Ejecutivo de la IPA desde 1950 hasta 1963. En
1971 toma el cargo de presidenta honoraria y en 1976 delegó la dirección de la
clínica.

Marie Bonaparte
En 1925, la princesa Marie Bonaparte conoce a Freud, ya que quería
analizarse con él. Laforgue la describió como una persona seria y concienzuda.
El análisis no la curó de la frigidez pero le dio claridad en sus metas de vida
además de sembrar una amistad paternal con Freud. La princesa pasó a ser
amiga fiable y generosa benefactora de la causa. Desde París mantuvo
correspondencia con Freud, lo visitó con regularidad, financió la Verlag (la
editorial psicoanalítica que siempre estaba al borde de la ruina). En 1937
Bonaparte pagó por unas cartas de Freud a la viuda de Fliess.
Bonaparte escribió cuentos y poesía y comenzó a trabajar para organizar el
movimiento psicoanalítico francés, registró los comentarios de Freud, empezó a
escribir ensayos psicoanalíticos y se formó como psicoanalista. Fundó un
Instituto de Psicoanálisis en 1934 con aportes económicos casi exclusivamente
personales, el cual dejó de funcionar en 1940 debido a la segunda guerra
mundial. La Sociedad también había suspendido sus actividades por la guerra,
pero las retomó en 1945 con miembros como Spitz y Loewenstein. Fue
presidido por John Leuba y desde 1947 por Sacha Natch con quien Bonaparte
tuvo dificultades por lo que junto con un grupo de psicoanalistas en 1952 los
hicieron renunciar. Jacques Lacan pasó a ser el director del Instituto a quien,
en 1954, también excluyo de la IPA.

Melanie Klein
Klein conoció a Freud en 1910. Se analizó con Ferenczi, quien en 1918 la
asigna como asistente de Antón von Freund para organizar la enseñanza del
psicoanálisis en la Sociedad de Investigación Infantil.
En 1919 expone su primer trabajo,» Der Familienroman in statu nascendi» por el
cual es aceptada como miembro de la Sociedad Psicoanalista Húngara
presidida por Ferenczi.
En 1920 asiste al 6º Congreso Psicoanalítico Internacional, en La Haya, conoce
a H.Hug-Hellmuth, quien lee su trabajo sobre la técnica del análisis infantil, y a
Karl Abraham, presidente de la Sociedad Psicoanalítica de Berlín en aquel
entonces, la invita a trabajar en dicha ciudad.
En 1923 Klein se convierte en miembro de la Sociedad Psicoanalítica de Berlín.
En 1924 Klein inicia su análisis con Abraham que dura hasta su fallecimiento
en 1925 de éste.
Por tales fechas expone por primera vez ante un congreso «La técnica del
análisis de niños pequeños» en el 8º Congreso de Psicoanálisis Internacional,
en Salzburgo; así como después presenta ante la Sociedad de Viena el trabajo
«Principios psicológicos del análisis infantil» y, a fines de ese año,»Una neurosis
obsesiva en una niña de 6 años» (Erna) en la Primera Conferencia de
Psicoanalistas Alemanes, en Wurzburg.
Luego de la muerte de Abraham la oposición a las teorías kleinianas en la
Sociedad de Berlín se intensificaron.
En 1927 Anna Freud habla de la técnica del análisis infantil ante la Sociedad de
Berlín, en clara oposición a Klein.
En 1927 Klein es elegida miembro plenario de la Sociedad Británica. En 1935
se inician las conferencias de intercambio entre Londres y Viena.
En 1937 se publica «Amor, odio y reparación», de Melanie Klein y Joan Riviere.
En 1955 se funda la Asociación Melanie Klein. En 1957 se publica «Envidia y gratitud».
Dentro de sus principales aportaciones encontramos que Klein enfoca el
tratamiento psicoanalítico a niños muy pequeños, construyó su teoría sobre la
referencia de que “en la vida psíquica del bebé se encuentra el origen del
complejo de Edipo con el destete. y la manifestación del superyó con las
fantasías de aniquilamiento. Habló sobre la fase oral-sádico, la pulsión de
muerte, la agresión. Menciona que las ansiedades derivadas del complejo de
Edipo se manifiestan en el temor a ser devorado y destruido.” (13)
Deborah Fleischer describe como en 1933, en El psicoanálisis de niños, Klein
habla sobre el equivalente femenino de la envidia de castración. Al respecto
menciona que el temor de la niña está en relación a su propio cuerpo. Después
de las primeras frustraciones orales, la niña se separa del pecho y desea recibir
satisfacciones del pene paterno, según el modelo de la incorporación oral. Este
pasaje de la investidura del pecho frustrador al pene, constituye el núcleo del
complejo de Edipo. El pene del padre es vivido como retenido en el interior del
cuerpo de la madre. Así dirige sus ataques sádicos contra ese cuerpo, el
materno, poseedor de todos los objetos (pene-heces-niños).
Para Freud en el complejo de Edipo la envidia se da por razones narcisistas,
para Klein las razones son eróticas. Añade que la niña debido a las pulsiones
vaginales receptivas, tendrá fuertes tendencias de incorporación.
Con respecto al masoquismo femenino resalta que se da por una la torsión del
sadismo contra los malos objetos internalizados. Los ataques al cuerpo
materno generan sentimientos de culpabilidad y actos de reparación, que son
la raíz de la sublimación. La vagina, investida por los temores en relación al
propio cuerpo, es así rechazada. No está en juego el cuerpo real sino el temor
a la retaliación, al castigo por el sadismo dirigido al cuerpo materno y vuelto
contra sí misma (por relación a los objetos internos).
Según Klein el superyó femenino es más severo que el del varón. La
introyección del pene es constituyente del superyó paterno. La ausencia de un
pene activo aumenta la sujeción al superyó. El niño inviste su propio pene de la
omnipotencia narcisística y la niña inviste de esa omnipotencia el pene
introyectado del padre. (14)

Karen Horney
En 1909 Karen inicia un análisis con Karl Abraham por padecer algunas
dificultades sexuales y sentirse deprimida, análisis que interrumpe después de un año.
En 1911 inicia su formación psiquiátrica a la par que asiste a las reuniones
científicas de la Asociación Psicoanalítica local, donde presentó en febrero de
1912 un trabajo sobre la educación sexual de los niños. En 1915 fue nombrada
secretaria de la Asociación Psicoanalítica de Berlín.
En 1920, Karen forma parte como analista didacta del Instituto Psicoanalítico
de Berlín, haciéndose analizar por Hanns Sachs.
Por el año de 1927, la posición de Horney en el grupo freudiano se iba
desacreditando, lo que, junto a la situación política y económica en que se
debatía Alemania, hizo que Karen aceptara un puesto de directora adjunta en
el Instituto Psicoanalítico de Chicago que lideraba Franz Alexander.
Junto con Erich Fromm y Harry Stack Sullivan, Horney fue una de las pioneras
al darle mayor peso cultural a desarrollo del individuo en donde su tesis central
fue el rechazo de la teoría pulsional y biologisista que tanto peso le daba Freud;
se mostró a favor de la determinación socio-cultural en el desarrollo humano
normal y patológico, así como en aspectos nucleares de la identidad femenina.
Horney rechazó la explicación de Freud de la psicología femenina a partir de la
envidia del pene y el complejo de castración, en cambio habló que la
personalidad de la mujer se originaría por la identificación de la hija con la
madre, llamando la atención sobre la envidia del varón por la maternidad.
En cuanto sus aportaciones acerca de la psicología femenina, se inició a partir
de la presentación de Abraham en el Congreso Internacional de Psicoanálisis
en 1920, con el título de Manifestaciones del complejo de castración femenino
(Abraham, 1921), donde afirmó que muchas mujeres tienen el deseo reprimido
de ser varones y rechazan su identidad sexual, lo cual se corrobora en los
sueños y en sus síntomas neuróticos, confirmando así la envidia del pene y el
complejo de castración. “Abraham indicó que las menstruaciones, las
relaciones sexuales y el parto reavivaban el latente complejo de castración y
que el frecuente odio a los hombres, sobre todo al padre, expresaría el
resentimiento por no haber recibido un pene, de lo que también surgiría la
frigidez, la prostitución, el lesbianismo, el feminismo, la fobia a ver heridas y el
afán vindicativo de muchas mujeres”. Esto indignó a Horney y se opuso a
Abraham con la aportación que hizo en el siguiente Congreso Psicoanalítico
Internacional celebrado en Berlín en 1922, presentando “Sobre la génesis del
complejo de castración de las mujeres” (Horney, 1923).
En este, defendió que la feminidad se desarrollaba a partir de influencias
innatas y a través de la identificación hija-madre, proceso que estimaba tan
fuerte y primario que incluso creaba la fantasía de haber vivido junto a la madre
el acto sexual con el padre. Sus ideas fueron bien acogidas por algunos. Fue
invitada en 1925 a dar un curso sobre sexualidad de la mujer en el Instituto
Psicoanalítico de Berlín.
Estas ideas fueron reafirmadas en 1926, en un volumen del International
Zeitchscrift für Psychoanalyse en donde menciona que los sentimientos de
inferioridad de la mujer no provenían de sus atributos anatómico-genitales sino
que tenían un origen cultural.
Habló sobre la envidia de la maternidad del varón. En el trabajo de La huida de
la feminidad (1926a) “Horney sugirió que la negligencia de los psicoanalistas
por este tema se debía a que la envidia de la maternidad de los varones es
prontamente reprimida o sublimada en una sociedad dominada por los
hombres, lo que no puede ocurrir, por la misma razón, con la envidia del pene
en las mujeres”. Así como sostuvo que la teoría freudiana, elaborado por un
“genio masculino” y sus discípulos, se había desarrollado desde una
perspectiva fálica, “que incluso llevó a estimar el clítoris como una especie de
pequeño pene, olvidando completamente la vagina”.
En “La sexualidad inhibida”, aborda el tema de la frigidez explicándola no sólo
sobre los conflictos pulsionales intrapsíquicos, sino también sobre la de los
factores culturales que evitaban que la mujer tuviera un desarrollo pleno en lo
personal y lo sexual.
En su trabajo de La desconfianza entre los sexos (Horney, 1931), defendió que
“después de la primera infancia el varón alimenta la imagen de una madre
abnegada y sacrificada, que termina encarnando el ideal de mujer que puede
llegar a satisfacer todos sus deseos y necesidades. Esto trae rápidamente
consigo la envidia de ser madre, lo que se pierde pronto por vivir en una cultura
que mantiene que la mujer es inferior al hombre, tal como se recoge en la
teoría freudiana de la envidia del pene”, Así Karen, a diferencia de Freud, sitúa
a la mujer como envidiada por el niño y no al revés.
En 1933, en la Sociedad Ginecológica de Chicago dio una conferencia titulada
Factores psicogénicos en los desórdenes funcionales de la mujer (Horney,
1933a), resaltando el papel que podía tener una madre amenazante, odiada y
temida en la frigidez y en el vaginismo. También ese año publica La negación
de la vagina (Horney, 1933b), donde se opone a la tesis freudiana respecto al
miedo del hombre a los genitales de la mujer: no es a la carencia de pene en la
mujer lo que atemoriza al hombre, sino que el intento de encontrar el pene del
niño en la mujer es una negación ante el siniestro genital femenino que es la
vagina, que el niño vive como demasiado grande para su pequeño pene, lo que
trae defensivamente consigo una hipervaloración narcisista del órgano
masculino. En este artículo también defendió la hipótesis de una sexualidad
vaginal primaria en la niña, en contra de la idea freudiana de una sexualidad
fálica primaria.
En La sobrevaluación del amor (Horney, 1934), estimó que la necesidad de
amor en las mujeres no se debía a una identificación innata con la
heterosexualidad de la madre, sino al hecho de haberse sentido superada por
ésta o por una hermana mayor durante la infancia y haber tratado de ir más allá
que ellas rebajándolas a los ojos de los hombres mediante sus propios éxitos
con ellos. A partir de tal perspectiva, Horney se fue distanciando más y más de
la teoría pulsional freudiana, dándole mucho más peso al trato recibido en la
infancia por los padres.
En 1935 Karen fue elegida miembro de la Asociación Psicoanalítica de Nueva
York y analista didacta del Instituto Psicoanalítico de tal sociedad. Durante una
intervención en la Asociación Psicoanalítica Americana presentó Ciertas
reservas sobre el concepto de bisexualidad psíquica (Horney, 1935b), y
sostuvo que la neurosis no era debida al complejo de Edipo tal como había
mantenido Freud, sino que estaba sostenida por la hostilidad y la sed de amor
resultantes de una auténtica falta de cariño, dándole peso nuevamente más a
lo social que a lo biológico.
En La personalidad neurótica de nuestro tiempo (Horney, 1937) realizó una
crítica a El malestar de la cultura de Freud (1930), Horney elaboró también una
teoría del narcisismo.
En 1941 en el Instituto Psicoanalítico de Nueva York, se decidió que Horney
deja de ser analista didacta e instructora, pasando a mera conferenciante
ocasional, cuestión que ocasionó la ruptura final, creando la Asociación para el
Avance (Progreso) del Psicoanálisis (AAP), que no fue reconocida por la
Asociación Psicoanalítica Americana (APA). (15)

Notas:
6- MÜHLLEITNER, Elke, “Las mujeres en el movimiento psicoanalítico. El caso de la Asociación
Psicoanalítica vienesa 1902-1938”
7- GITAROFF, Gloria y Guraieb, Adriana. Lou Andreas Salomé: una discípula independiente. (artículo)
8- MÜHLLEITNER,Elke .“Las mujeres en el movimiento psicoanalítico. El caso de la Asociación
Psicoanalítica vienesa 1902-1938”
9- DEBORAH, Fleischer La sexualidad femenina, (artículo)
10- Idem.
11- BREGER
12- SCARANO, Auxi Miembro titular de la Asociación Venezolana de Psicoanálisis. (Artículo) “Las
pioneras, clandestinidad y migración”, Psicoanálisis latinoamericano.
13- DELAHANTY, Guillermo. Vicisitudes de la polémica de Anna Freud y Melanie Klein.
14- FLEISCHER, Deborah, “La sexualidad femenina” (artículo)
15- VALLEJO Orellana, Reyes. Universidad de Sevilla, “Karen Horney, una pionera de la ruptura con el modelo freudiano para explicar la psicología femenina y el desarrollo humano sano y neurótico”.