Obras de Winnicott: Psicoanálisis y ciencia: ¿amigos o parientes?

Psicoanálisis y ciencia: ¿amigos o parientes?

(Conferencia pronunciada en la Sociedad Científica de la Universidad de Oxford, 19 de mayo de 1961)

 

El psicoanálisis es un método para tratar a personas aquejadas de enfermedades psiquiátricas utilizando medios psicológicos, es decir, sin recurrir a aparatos, fármacos ni hipnotismo. Fue creado por Freud a fines del siglo pasado, cuando se empleaba el hipnotismo para eliminar síntomas. Freud no estaba satisfecho de los resultados que obtenían tanto él como sus colegas; además, comprobó que eliminar un síntoma mediante el hipnotismo no lo ayudaba a profundizar su comprensión del paciente. Por lo tanto, adaptó el encuadre del hipnotismo a otro en el cual él trabajaba con el paciente en pie de igualdad y dejaba que el tiempo hiciera su obra. El paciente se presentaba todos los días a la hora convenida y no había ninguna prisa por eliminar síntomas, ya que había surgido una tarea más importante: la de capacitar al paciente para que se revelara todo lo concerniente a sí mismo. De este modo, también Freud se enteraba y usaba la información para formular interpretaciones al paciente y, al mismo tiempo, para ir construyendo gradualmente una nueva ciencia, la ciencia que hoy llamamos psicoanálisis (y que podríamos muy bien llamar psicología dinámica).

 

De modo que psicoanálisis es un término que designa específicamente un método y un cuerpo creciente de teoría, teoría que concierne al desarrollo emocional del individuo humano. Es una ciencia aplicada basada en una ciencia. .

 

Habrán notado que introduje el término «ciencia», haciendo pública mi opinión de que Freud echó realmente los cimientos de una nueva ciencia, de una extensión de la fisiología, que se ocupa de la personalidad, el carácter, la emoción y el esfuerzo humanos. Tal es mi tesis.

 

Pero, ¿qué significa ciencia? Se trata de una pregunta que ha sido formulada y contestada muchas veces. Sobre los científicos yo diría lo siguiente: cuando aparece una brecha en el conocimiento, el científico no se precipita hacia una explicación sobrenatural. Una actitud semejante supondría pánico, temor a lo desconocido; no tendría nada de científica. Para el científico, cada brecha en la comprensión constituye un estimulante desafío. Se admite la ignorancia y se proyecta un programa de investigación. El estímulo para el trabajo que se realiza es la existencia de la brecha. El científico puede permitirse esperar y ser ignorante. Lo que significa que tiene alguna clase de fe: no fe en esto o en aquello, sino fe, o capacidad para la fe. «No lo sé. ¡Bien! Tal vez algún día lo sabré. Tal vez no. Pero entonces, quizás otro lo sabrá.»

 

Para el científico, formular preguntas es casi lo único que importa. Las respuestas, cuando se encuentran, sólo suscitan nuevas preguntas. La pesadilla del científico es la idea del conocimiento total. Tiembla sólo de pensarlo. Compárese esto con la certidumbre propia de la religión y se verá qué distinta es la ciencia de la religión. La religión sustituye la duda por la certidumbre. La ciencia alberga dudas infinitas e implica una fe.

 

¿Fe en qué? Quizás en nada; sólo la capacidad de tener fe. O, si es necesario que esa fe recaiga en algo, será entonces una fe en las leyes inexorables que gobiernan los fenómenos.

 

El psicoanálisis avanza más allá del punto en que se detiene la fisiología. Extiende el territorio científico abarcando los fenómenos de la personalidad humana, los sentimientos y los conflictos humanos. Proclama, por lo tanto, que la naturaleza humana puede ser examinada; y allí donde la ignorancia es patente, puede permitirse esperar y no necesita refugiarse en formulaciones supersticiosas. Una de las principales contribuciones de la ciencia es que termina con la prisa, el alboroto y la agitación; nos concede tiempo para descansar. Podemos jugar nuestra partida de bolos e incluso ganarles a los españoles.

 

Los invito a no mezclar en sus mentes la ciencia con la ciencia aplicada. Todos los días, como profesionales que aplicamos una ciencia, nos enfrentamos con las necesidades de nuestros pacientes o de gente normal que acude al análisis; a menudo tenemos éxito, y a menudo fracasamos. Que fracasemos no puede evitarse más de lo que puede evitarse que el metal del que está hecho un avión cristalice y el avión se desintegre. Ciencia aplicada no es lo mismo que ciencia. Cuando hago un análisis, no estoy realizando una labor científica. Pero dependo de la ciencia cuando realizo una tarea que no podría haberse intentado antes de Freud.

 

En el curso de su vida Freud logró dar un desarrollo bastante completo a la teoría en que se basa el psicoanálisis, y esa teoría se denomina habitualmente metapsicología_ analogía con la metafísica). Estudió la psiconeurosis, pero gradualmente fue ampliando sus investigaciones hasta incluir a pacientes con perturbaciones más profundas, como los esquizofrénicos y los maníaco-depresivos. Gran parte de lo que se conoce sobre la psicología de la esquizofrenia y de la psicosis maníaco-depresiva es el resultado de la labor realizada por Freud y por quienes siguieron utilizando el método de investigación y tratamiento que él inventó. Frente a ustedes me encuentro en desventaja porque no los conozco, no sé qué es lo que saben, no sé si están de acuerdo con lo que acabo de decir o tienen ideas muy distintas y piensan que las he pasado por alto.

 

Probablemente deseen que yo describa el psicoanálisis y eso es lo que voy a intentar. Por supuesto, habría muchísimo que decir para dar siquiera una idea del tema. Primero deben tener una idea del esquema general del desarrollo emocional de los seres humanos. Luego, deben conocer las tensiones que son inherentes a la vida y los medios que se emplean para hacerles frente.

 

Además, deben tener conocimientos sobre el derrumbe de las defensas normales y el establecimiento de una segunda y una tercera línea de defensa, es decir, en otras palabras, sobre la organización de la enfermedad como un medio de seguir adelante ante el fracaso de las defensas ordinarias. En la base de las tensiones se encuentran los instintos, las funciones corporales que actúan orgiásticamente.

 

Por supuesto, una parte de la defensa del individuo contra la angustia intolerable es siempre la provisión ambiental. Normalmente el entorno evoluciona junto con el individuo, de modo tal que la dependencia del bebé se transforma poco a poco en la independencia del niño mayor y la autonomía del adulto. Todo esto es muy complejo y ha sido estudiado con gran detalle.

 

Es posible clasificar las enfermedades en función del fracaso del ambiente. Sin embargo, mayor interés ofrece el estudio de la enfermedad en función de la organización de las defensas en el individuo. Cada uno de estos enfoques nos deja una enseñanza acerca de las personas normales corrientes: el primero nos enseña sobre la sociedad, y el segundo sobre las tensiones personales humanas que preocupan a filósofos y artistas y también a la religión. En otros términos, el psicoanálisis ha afectado profundamente nuestro modo de considerar la vida, y puede brindar aún mucho más de lo que hasta ahora ha aportado al estudio de la sociedad y de la gente común. Mientras tanto, sigue siendo un método de investigación que no tiene paralelo ni rival. Pero a mucha gente no le agrada el psicoanálisis, o no le agrada la idea del psicoanálisis, de modo que en Gran Bretaña hay relativamente pocos analistas que ejerzan su profesión, y casi todos ellos viven en Londres.

 

¿Qué es lo más importante de cuanto nos dice el psicoanálisis sobre la gente? Nos habla del inconsciente, de la vida profunda y oculta de cada individuo humano, que tiene sus raíces en la vida real e imaginaria de la más temprana infancia. Al comienzo ambas, la vida real y la imaginaria, son una sola, porque el bebé no percibe objetivamente sino que vive en un estado subjetivo, siendo el creador de todas las cosas. Gradualmente el bebé sano va adquiriendo la capacidad de percibir un mundo que es un mundo «no-yo», y para que alcance tal estado debe ser cuidado suficientemente bien en el período en que su dependencia es absoluta.

 

A través de los sueños y del soñar la gente puede conocer su propio inconsciente; los sueños constituyen un puente entre la vida consciente y los fenómenos inconscientes. La interpretación de los sueños (1900) sigue siendo la piedra angular de la obra Freudiana.

 

Por supuesto que a menudo los sueños sólo se presentan a causa de las circunstancias especiales de la consulta. El psicoanálisis proporciona circunstancias muy especiales, y en él los sueños más importantes se refieren directa o indirectamente al analista. En la «transferencia» surge el material para la interpretación, en una serie de muestras del inconsciente reprimido que revelan defensas contra la angustia.

 

El psicoanálisis tiene una relación especial con la ciencia, por cuanto comienza a mostrar la índole de la ciencia en estos aspectos:

 

1. El origen de un científico.

 

2. El modo como la investigación científica afronta la angustia relativa a la fantasía y la realidad (subjetivaobjetiva).

 

3. El método científico del impulso creativo, que se manifiesta como una pregunta nueva, es decir, dependiente del conocimiento de lo que ya se sabe.

 

La pregunta nueva aparece a causa de una idea respecto de su solución. La secuencia del método científico puede describirse de este modo: a) creación de expectativas; b) aceptación de pruebas o pruebas relativas; c) nuevas preguntas que se plantean a raíz del fracaso relativo.

 

¿Qué decir de la estadística? ¿Es una ciencia? La estadística puede emplearse para probar que una respuesta a una pregunta es correcta, pero ¿quién formuló la pregunta?, ¿y quién dio la respuesta?

 

A veces se afirma que el psicoanalista es un psiquiatra a quien su propio análisis ha predispuesto a favor del método. Si así ocurre en algunos casos, no hay modo de evitarlo; pero ello no prueba que la teoría psicoanalítica sea errónea. A menos que tenga el genio de Freud, un analista no puede practicar el psicoanálisis si no lo ha experimentado él mismo.

 

En el psicoanálisis ocurren cosas sorprendentes, como en el hipnotismo, pero no de modo sorprendente. Ocurren poco a poco, y lo que sucede, sucede porque es aceptable para el paciente. No puedo ofrecerles un material psicoanalítico espectacular. Sería más fácil hallar ejemplos de un cambio dramático en psiquiatría infantil; pero en el psicoanálisis paciente y analista avanzan laboriosamente día tras día hasta el fin del tratamiento.

 

Por ejemplo, un hombre recurre al análisis porque es incapaz de casarse. Gradualmente va revelando cosas sobre sí mismo y comprueba que a) tiene inclinaciones heterosexuales saludables, obstaculizadas por b) su identificación con las mujeres como modo de huir de la homosexualidad y c) una aceptación demasiado plena del tabú del incesto. Por lo tanto, puede poseer a cualquier muchacha porque ninguna de ellas ocupa el lugar de la madre del complejo edípico. Poco a poco esto se va resolviendo, el hombre se casa, y ahora tiene que comenzar a formar una familia. El problema siguiente es decidir qué clase de relación va a tener con su hermano, cuya existencia siempre ha negado. Mientras tanto, descubre cuán profundo era el amor que en su niñez sentía por su padre.

 

Encuentra entonces más manejable el odio a su figura paterna y se siente más cómodo en su trabajo. Surge un nuevo objetivo: explorar aspectos más profundos o más tempranos del amor a su madre, incluyendo las raíces del self en el impulso primitivo. E1 resultado no es simplemente la curación de algunos síntomas: el paciente ha desarrollado una personalidad de base más amplia, más rica en sentimientos y más tolerante con los demás, porque se siente más seguro de sí mismo. Esto se advierte ya en la forma como manipula a sus bebés y en su capacidad de apreciar los méritos de su esposa, a la que ha elegido con acierto. También su trabajo ha progresado, adquiriendo más ímpetu y originalidad. La estadística no podría reflejar estos cambios.