Psicodinamia de las neurosis histérica

Se puede decir que la inadecuada o incompleta superación de los impulsos
incestuosos propios de la situación edípica les origina un agudo conflicto, por lo
cual deben reprimirlos tal como hicieron con los deseos infantiles. La histeria de
conversión deriva de la imposibilidad en la que se encuentra el sujeto de liquidar el
complejo de Edipo y del esfuerzo por evitar la ansiedad de castración que del
mismo deriva,
donde la conversión es un símbolo de la castración y la
representación del falo perdido.
El hecho que la conversión pueda llevarse a cabo se debe a que todas las partes del
cuerpo poseen la capacidad de erotizarse y que el enfermo pueda abandonar los
objetos actuales en pos de los de la infancia, realizando una sustitución de la
realidad por la fantasía.
Las fantasías genitales, reprimidas por su connotación incestuosa, se materializan a
través de modificaciones somáticas, por la que el síntoma representa siempre una
gratificación deformada. El que el síntoma signifique un sufrimiento físico obedece
a las fuerzas represoras al impulso, que hacen que el placer no se haga conciente. Lo
más habitual es que los histéricos se hallen libres de ansiedad, con la aceptación
característica de la «bella indiferencia de los histéricos»
.
Las crisis en forma de ataque psicomotor son la expresión dramatizada de fantasías
de tipo agresivo y sexual, a las que subyacen fantasías predominantemente edípicas.
En los dolores histéricos podemos encontrar la asociación del sufrimiento con la
excitación producida por el impulso reprimido
. En las perturbaciones motoras
histéricas se expresa con gran claridad la lucha entre el impulso prohibido y las
fuerzas represoras. El aumento del tono que acompaña a las parálisis histéricas
representa una sustitución del impulso reprimido. Los trastornos sensoriales
histéricos reflejan el rechazo de los impulsos y afectos edípicos
.
El propósito fundamental de la conversión es el conseguir la gratificación
enmascarada de un impulso inconciente y reprimido. El síntoma puede servir
también al deseo de negar la existencia de un impulso o idea intolerable.