Psicología Experimental: MODELOS ANIMALES SOBRE ANSIEDAD Y ALCOHOLISMO

Psicología Experimental: MODELOS ANIMALES SOBRE ANSIEDAD Y ALCOHOLISMO

Kamenetzky, Giselle
Laboratorio de Psicología Experimental y Aplicada (PSEA) Instituto de Investigaciones Médicas, «Dr. Alfredo Lanari»

RESUMEN
Se presenta una síntesis de los modelos con roedores más
utilizados para el estudio de las relaciones entre la ansiedad y
el alcoholismo, que permiten establecer los mecanismos involucrados
en esta patología. Los principales resultados de las
investigaciones que utilizan estos modelos indican que el alcohol
actúa como ansiolítico al comienzo del consumo y como
ansiogénico con la privación del mismo, que la administración
forzada de etanol provoca efectos ansiolíticos y que la aplicación
de estresores altera el consumo voluntario de alcohol.
Hay escasos experimentos que evaluaron las relaciones entre
alcoholismo y frustración, un estado que se considera análogo
al dolor físico o al miedo aprendido. Se describen los primeros
resultados obtenidos por la autora sobre ese tema.
Palabras clave: Alcohol Ansiedad Frustración Ratas

RESUMEN EXTENSO
El alcoholismo se puede considerar una enfermedad con etiología
multifactorial en cuyo comienzo, desarrollo y mantenimiento
pueden intervenir varios factores: genéticos, orgánicos,
psicológicos, culturales y del medio ambiente. En las categorías
de consumidores de bebidas alcohólicas existe una gama
que incluye: comportamientos saludables (abstinentes y bebedores
sociales discretos o moderados), consumidores excesivos
o de riesgo, y aquellos que pasan al horizonte clínico como
«alcohólicos» según las categorías diagnósticas del DSMIV
«Trastornos relacionados con el alcohol». La investigación básica
y aplicada se centra especialmente en estudiar las causas
y consecuencias del abuso en el consumo de alcohol y en hallar
métodos eficaces para su tratamiento.
Entre las variables psicológicas, la ansiedad y el estrés juegan
una función importante. Algunos autores describen casos
de pacientes con ansiedad que podrían tener más riesgo de
abusar del alcohol (Cowley, 1992) Sin embargo, la relación
existente entre trastornos de la ansiedad y alcoholismo es
muy compleja y de carácter bidireccional (Valderrama Zurián y
Manzanaro, 2001). Por otra parte, la persona adicta al alcohol
no es necesariamente ansiosa y la ansiosa no es necesariamente
alcohólica. Los síntomas de ansiedad y depresión aparecen
asociados con frecuencia al alcoholismo donde interaccionan
causa con consecuencia. Esta comorbilidad entre alcoholismo
y trastorno de ansiedad prevalece más entre los dependientes
que entre los abusadores de alcohol. En general
se podría decir que si bien el consumo de alcohol a corto plazo
disminuye la ansiedad, tomándolo a largo plazo, la aumenta.
Las investigaciones clínicas y con humanos son muy reveladoras,
pero tienen dificultad en identificar la etiología de los trastornos,
esencialmente porque en la mayoría de los casos se
tratan de estudios correlacionales y con escaso control de variables
(Papini, Wood, Daniel y Norris, 2006). Los modelos animales
permiten un mayor control experimental, más posibilidades
de manipular variables tanto ambientales, como psicológicas,
fisiológicas, genéticas y neurofisiológicas. Por otra parte,
estos modelos permiten tratar las psicopatologías como procesos
conductuales determinados, cuyos mecanismos se pueden
entender científicamente (Hunziker y Pérez-Acosta, 2001).
Las investigaciones con ratas y ratones constituyen un instrumento
sumamente valioso si tenemos en cuenta que tanto los
humanos como los roedores evolucionaron de ancestros mamíferos
comunes (Ver Kamenetzky y Mustaca, 2005 para una
revisión).
El consumo de alcohol suele transformarse en un refuerzo
positivo mediado por estructuras cerebrales subcorticales que
se conservaron durante la evolución. Con el uso de especies
no humanas es posible realizar un mayor control de factores,
tales como las condiciones de alojamiento, dieta y experiencia
previa con la droga, se pueden crear poblaciones genéticamente
uniformes, como así también obtener varias generaciones
en un período de tiempo relativamente breve. Sin embargo,
los estudios con animales no pueden abarcar la complejidad
de la conducta humana; de todos modos, una inspección
cuidadosa de las terapias con apoyo empírico muestra la validez
que alcanzaron los modelos animales para la elaboración
de técnicas psicoterapéuticas eficaces para distintas patologías,
y en particular para las adicciones (Mustaca, 2004, a,b).
En esta revisión se presentarán los principales resultados sobre
las relaciones entre ansiedad y consumo de alcohol obtenidos
con ratas y ratones. Estos trabajos se pueden clasificar
en los siguientes grandes grupos de investigaciones: 1. relación
entre ansiedad y abstinencia; 2. relación entre ansiedad y
consumo de alcohol, y 3. Efectos del alcohol sobre respuestas
de ansiedad. Se analizaràn además los efectos de la administración
temprana de alcohol. Finamente se presentarán los
primeros resultados de las relaciones entre el alcoholismo y la
frustración con modelos animales. Las principales conclusiones
de este trabajo son las siguientes. El estrés produce cambios
neurofisiológicos, neuroanatómicos, neuroquímicos y fisiológicos
en los animales no humanos y humanos, y muchos
de ellos ocurren en los mismos sistemas del cerebro afectados
por ciertas drogas de abuso. Asimismo, el efecto del estrés en
estadíos tempranos de la ontogenia altera el desarrollo de
ciertas vías que están directamente relacionadas con el sistema
de refuerzos, lo cual incrementa la vulnerabilidad al abuso
de drogas (Gordon, 2002). De esto de deduce que debe haber
una fuerte interacción entre el miedo, la ansiedad y el consumo
de drogas. Las evidencias obtenidas de los estudios con
modelos animales confirman esa hipótesis, aunque su dinámica
y la interacción entre ellas son complejas y el peso que tiene
la ansiedad en el alcoholismo fluctúa en función de otras
variables.
La ansiedad produce aumento, disminución o ningún cambio
del consumo de etanol en los roedores. Aún no se ha hallado
una regularidad entre estas relaciones que puedan predecir la
dirección del cambio. Existen evidencias sólidas sobre el efecto
ansiolítico del alcohol y su posible vinculación con el desarrollo
de un consumo de abuso ante situaciones de estrés,
como así también de los efectos ansiogénicos que ocurren durante
la privación de alcohol en sujetos que estuvieron expuestos
a la droga.
Es posible que haya factores aún desconocidos que influyan
en el consumo de drogas y específicamente del alcohol. Por
ejemplo, los estudios con humanos encontraron relaciones entre
variables de personalidad como extroversión y búsqueda
de nuevas sensaciones como factores de riesgo para las adicciones
(ej. Zuckerman y Black, 1990; Zuckerman, Burkhart y
Green,1978; Zuckerman, Eysenck, y Eysenck, 1978). Es probable
que esta variable interactúe con la ansiedad básica o
provocada en el desarrollo y mantenimiento del alcoholismo y
sea en parte responsable de algunos resultados contradictorios
sobre el tema (Mustaca y Kamenetzky, en consideración).

BIBLIOGRAFÍA
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Kamenetzky, G. y Mustaca, A. E. (2005). Modelos animales para el estudio
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