Psicología del desarrollo: edad adulta, teorías de crisis normativa

Psicología del Desarrollo – Edad Adulta, Teoría de Crisis Normativa

TEORÍAS DE CRISIS NORMATIVA


El trasfondo de las teorías de que hablaremos de momento se centra en la teoría ya clásica de Havighurst (1948/1972). La concepción de Havighurst se extiende a lo largo de toda la vida y formula para cada fase vital unas tareas características de desarrollo. Estas nacen del juego entre el desarrollo biológico, el contexto histórico-social, la personalidad de cada uno y las metas individuales. Para la fase de la edad adulta establece unas tareas típicas del proceso de envejecimiento, de las correspondientes pérdidas y de la proximidad del fallecimiento. La tarea general será la adaptación a un cuerpo que se deteriora, y las pérdidas, por ejemplo, de la pareja deben compensarse con mejores contactos sociales con los propios hijos y otros familiares o amigos. Otra adaptación esencial, según Havighurst, se refiere a la jubilación y su consecuente descenso de recursos económicos.

Los procesos que pueden iniciarse para alcanzar las metas pueden ser la ampliación de las actividades de ocio o el ajuste de las disposiciones financieras. El contexto histórico-social obliga a la tarea de adaptarse a los cambios de edad y de reafirmarse en la pertenencia al grupo de personas mayores. Todo ello debe acompañarse de una gran flexibilidad en los cambios de roles a desempeñar. Esto se consigue, con frecuencia, potenciando los roles familiares, por ejemplo, el rol de abuelos.
Otra concepción que tematiza directamente el desarrollo de la edad adulta es la de Peck (1959, 1968), que establece cuatro etapas para la adultez y tres para la senectud. Al explicar los retos especiales de la vida adulta, Peck propone cuatro problemas o conflictos del desarrollo adulto:
— Aprecio de la sabiduría frente al aprecio de la fuerza física. A medida que empiezan a deteriorarse la resistencia y la salud, las personas deben canalizar gran parte de su energía de las actividades físicas hacia las mentales.
— Socialización frente a sexualización en las relaciones humanas. Es otro ajuste impuesto por las restricciones sociales y por los cambios biológicos. Los cambios físicos pueden obligar a redefinir las relaciones con miembros de ambos sexos, a dar prioridad a la camaradería sobre la intimidad sexual o la competitividad.
— Flexibilidad emotiva frente a empobrecimiento emotivo. La flexibilidad emotiva es el origen de varios ajustes que se hacen en la madurez, cuando las familias se separan, cuando los amigos se marchan y los antiguos intereses dejan de ser el centro de la vida.
— Flexibilidad frente a rigidez mental. El individuo debe luchar contra la tendencia a obstinarse en sus hábitos o a desconfiar demasiado de las nuevas ideas. La rigidez mental es la tendencia a dejarse dominar por las experiencias y los juicios anteriores, a decidir, por ejemplo, que «Toda mi vida he rechazado la política, de modo que no veo por qué deba cambiar de opinión ahora».
A semejanza de las etapas de Erikson, ninguno de los conflictos de Peck se restringe a la madurez ni a la vejez. Las decisiones tomadas en los primeros años de vida sientan las bases de las soluciones en los años de la adultez y las personas maduras comienzan ya a resolver los desafíos que se les presentarán en la senectud.