Psicología de la violencia (conducta agresiva)

Por «psicología de la violencia» se entiende el estudio de las causas y de las consecuencias del fenómeno violento, o de la conducta violenta . La psicología, y en especial el psicoanálisis, analiza de dónde viene, cómo se engendra, cómo se transmite, cómo es que se repite ; también si es constitucional, hereditaria o cultural.
El trabajo clínico con pacientes (niños, adolescentes y adultos) plantea numerosas cuestiones, como, por ejemplo, los efectos que se producen en la persona víctima de violencia, pero también en el sujeto agresor, así como en la dinámica relacional entre las personas implicadas (generalmente del mismo ámbito familiar).
Por otro lado, hay que delimitar qué es violencia. ¿Es igual a agresión? ¿A malos tratos? ¿A abusos? ¿Cuándo hay peligro de violencia? ¿Se puede detectar? ¿Sólo se puede atender cuando ya se ha producido, es decir, a posteriori? ¿Es irreparable?
La conducta agresiva surge en el seno de las relaciones familiares más tempranas; tiene que ver con el medio cultural, también con las experiencias infantiles de los adultos que agreden, pero puede prevenirse a tiempo si hay colaboración de los padres y la escuela ; puede tener efectos irreversibles si durante los primeros años de vida no se han atendido adecuadamente a los padres agresores y al niño agredido o maltratado.
Es un problema complejo, porque es uno de los fenómenos de raigambre psicosocial que se origina y repercute en la convivencia entre hombres y mujeres, entre niños y adultos, entre ancianos y jóvenes: es decir, entre los fuertes y los débiles, teniendo en cuenta que la fuerza física no es la única medida de ser fuerte o débil, pues hay formas indirectas de agredir y maltratar. Además, es un tema complejo porque, aunque se produce en el ámbito doméstico, no es sólo un cuestión privada, sino que es un tema y una preocupación pública, en la medida en que atañe al orden social, en el sentido más amplio de la palabra.