SECCION II. TRATAMIENTOS PSICOFARMACOLOGICOS, Capítulo 8: Neuroimágenes del pánico

CAPíTULO 8: Tratamiento de los trastornos de angustia (pánico) y de la fobia social

Tratamiento psicofarmacológico del desorden de pánico

8-3. Neuroimágenes del pánico

Crecientes hallazgos sugieren que los pacientes panicosos tienen alteraciones cerebrales funcionales y estructurales, referidas al hipocampo y el parahipocampo derecho.

Pueden existir también anomalías de la corteza frontal, pero en este caso es difícil diferenciar si se deben a ansiedad normal o patológica. La ansiedad normal puede relacionarse con el girus anterior del cíngulo.

Cuadro 7. Estudios por neuroimágenes en el trastorno de pánico
psicopatología
psicopatología
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Los pacientes que tenían predisposición a desarrollar pánico con la infusión de lactato presentaron con anterioridad una asimetría en el flujo sanguíneo cerebral del parahipocampo derecho, en relación al izquierdo. Lo mismo ocurre con el volumen sanguíneo, e incremento anormal del metabolismo de 0 2 en todo el cerebro, que no se modifica con la administración de lactato ni se corrige con el tratamiento previo con alprazolam.

Usando el mapeo cerebral como algoritmo, se testearon otras zonas afectadas en el mismo, y se encontró aumento del flujo sanguíneo cerebral, en regiones derechas que incluyen el girus parahipocámpico posterior, corteza occipitotemporal y cerebro medio.

El lactato aumenta el flujo en la vecindad de la corteza temporal, una región que incluye la corteza insular anterior y el colículo superior. Ello puede deberse al efecto de la hemodilución o al desarrollo de acidosis central.
El alprazolam, normaliza el flujo.

Se postula que las anomalías regionales (debidas a la predisposición), responderían a estímulos habitualmente inocuos, activando a los centros implicados en el procesamiento de las crisis de pánico.

El estímulo inocuo podría ser tanto un incremento de la función noradrenérgica central, una disminución del pH en el SNC o sensaciones somáticas. Los centros de alarma se encuentran en la ínsula anterior, y posiblemente en regiones temporales anteriores.

Aparentemente, las mismas zonas participan en el desarrollo del ataque de pánico y la ansiedad anticipatoria normal (supervivencia ) y patológica (falsa alarma ). En esta última además de la alteración funcional, existe una alteración estructural.