SESION NUMERO OCHO (Martes), Caso Richard

SESION NUMERO OCHO (Martes)
Richard está muy preocupado por los niños que pasan delante de la casa, pero dice que se siente protegido por Melanie Klein Al venir ha tropezado con uno en la esquina, que tenía un aspecto muy poco amistoso. También se ha dañado la pierna camino del consultorio, y le sangra un poquito. Parece estar en un constante acecho y muy tenso, mientras mira hacia la calle. Señala a Melanie Klein la cabeza de un caballo que está en la esquina (se trata de un caballo atado a un carro, pero el cuerpo del animal queda fuera de la vista), la mira repetidamente con aire asustado; de vez en cuando dirige también la mirada al mapa de la pared. Pregunta a Melanie Klein sobre qué país pueden hablar: Portugal es muy pequeño. Otra vez mira el mapa cabeza abajo y dice que le gustaría la forma de Europa si no incluyera a Turquía ni a Rusia. Parecen fuera de sitio, "hacen un bulto" y son demasiado grandes. Además son dudosos y nunca se sabe qué es lo que van a hacer, especialmente Rusia.
M K. interpreta que el bulto de Turquía, la cabeza del caballo a la vuelta de la esquina y el niño hostil con el que se encontró, representan el órgano sexual de su papá, grande y asustador, metido dentro del cuerpo de mamá. Le recuerda que ayer se refirió al mapa comparándolo con el cuerpo de una mujer, y que le contó el chiste, que hizo su papá, de que tras el ataque a los pechos se iba a llevar a cabo un ataque a las piernas. De la misma manera siente Richard que es peligroso para mamá y que durante las relaciones sexuales, la ataca. Cuando están juntos, mezclados, no correctos, con el órgano de papá mezclado con mamá, duda sobre si mamá sigue siendo amiga suya o si toma el lado de papá y se pone en contra de él. A esto se refiere cuando habla de la actitud dudosa de Rusia.
Richard trata de ver dónde queda la cabeza de Melanie Klein en el mapa, resultando evidente que ha aceptado la interpretación de que el mapa representa el cuerpo de ésta y el de su madre. De repente pregunta dónde ha dejado su gorra; la encuentra en un estante y la sujeta con
Fuerza. Pregunta si puede mirar el reloj, lo abre y hace sonar la campanilla de alarma. Cuando lo vuelve a colocar en la mesa, pone sobre él la gorra que tenía sujeta entre las rodillas, al hacer su inspección, y dice que lo ha hecho accidentalmente. Comenta que le gusta el reloj, lo coge, y lo toca levemente con los labios. Luego vuelve a mirar el mapa cabeza abajo, comentando que "no lo entiende" de esa manera.
Melanie Klein interpreta que siente amor y deseo hacia ella (el reloj) y que quiere inspeccionar su cuerpo y poner la gorra, que representa su pene, dentro de su órgano genital. Pero tiene miedo al bulto que hace Turquía, el cual representa al señor K. cuando tiene relaciones sexuales con Melanie Klein (papá y mamá). Además no entiende bien qué son las relaciones sexuales, cómo se mezclan papá y mamá, y qué le pasa al pene una vez que se mete dentro de la mujer.
Richard pregunta si se quedan pegados como los hermanos siameses, agregando que debe ser terrible para estos mellizos no poderse separar jamás.
Melanie Klein interpreta que siente angustia ante las relaciones sexuales de sus padres y también miedo por el peligro en que él mismo se colocaría, de meter su órgano sexual dentro del de ella. Teme no poderlo volver a sacar, siendo ésta la causa por la que quiso irse corriendo ayer.
Richard decide que ahora va a hablar sobre Gran Bretaña, y se pone a marcar en el mapa un viaje a Londres, que le parece precioso. Después sigue señalando una travesía del Mediterráneo en crucero hasta llegar a Gibraltar y a Suez, el que le parece que debe ser muy bello (aunque otra vez tiene una modalidad maníaca, como la que siempre adquiere cuando se despierta su apreciación por lo bello, resulta evidente, sin embargo, la depresión sobre la que se basa el elemento maníaco).
Melanie Klein interpreta que el "precioso" crucero es una exploración por su cuerpo y por el de su mamá, pero que comprende a países que están en un serio peligro debido a la guerra. De esta manera está tratando de negar el miedo que tiene a esos peligros y a los que implican las relaciones sexuales, excitantes pero peligrosas.
Richard interrumpe a Melanie Klein para preguntarle si le importa que ponga los pies sobre el barrote de su silla.
Melanie Klein interpreta que la silla simboliza su órgano sexual y los pies de Richard su pene, y que está pidiéndole permiso para tener deseos sexuales, aunque éstos no puedan ser llevados a la práctica (nota 1).
Richard se refiere otra vez a Turquía y pregunta si puede levantar el zapato de porcelana. Saca de dentro la goma y la vuelve a meter.
Después sigue explorando la habitación. Sobre un estante encuentra unos sobres con fotos, y los cuenta; dice que hay muchas.
Melanie Klein interpreta que la exploración que está haciendo es de su cuerpo, y las muchas fotos, los bebés que cree que éste contiene.
Richard se dirige entonces a la cocina y mira dentro del horno, decidiendo que no está limpio. Tras oler una botella de tinta, dice que se trata de una "sustancia muy olorosa". De vuelta en el cuarto, mira el reloj y repite que le gusta mucho. Lo mira desde atrás, se ríe y dice que es muy gracioso.
Melanie Klein asocia el desagrado que siente por la "sustancia olorosa" con el que siente hacia "lo grande" que cree que hay dentro de su cuerpo junto con los bebés. Le recuerda que el día anterior no quiso mirar uno de los cuadros del calendario, porque el campo estaba estropeado por el color marrón, y que la parte de atrás del reloj le había recordado su "trasero".
Richard parece preocupado y mira la hora que es. Cuando Melanie Klein le sugiere que quizá quiera irse, dice que sí, pero no se va a escapar; cree que el trabajo que hace con ella le está haciendo bien , pues ha tenido mucho menos miedo durante el fin de semana. Entonces se va a orinar y cuando vuelve, pregunta cuánto tiempo va a durar el tratamiento.
Melanie Klein interpreta que no sólo teme a su trasero, y a "lo grande" que hay en ella, como si se tratara de cosas malas y peligrosas, sino que también se asusta de su propia orina y materia fecal a las que también cree malas. Por ello se ha ido a orinar, en el mismo momento en que ella le recordaba el temor que surgió, en sesiones anteriores, ante lo que le pasaría a su órgano genital de quedarse él solo con ella y tener relaciones sexuales. Su pene podría en ese caso quedar dañado, mientras que además el hombre malo relacionado con Melanie Klein, y el vagabundo-papá, le podrían atacar.
Richard empieza ahora a hacer muchas preguntas: ¿cuántos pacientes tiene Melanie Klein y cuántos solía tener?; ¿qué es lo que le pasa a John?… y mientras habla, enciende y apaga la estufa eléctrica.
Melanie Klein contesta que no puede contar cosas de sus otros pacientes, así como tampoco cuenta a éstos las cosas de él. (Aunque Richard comprende este argumento, parece contrariado con la respuesta.) Melanie Klein interpreta entonces los celos que tiene de sus otros enfermos, y el miedo a ellos, ya que representan a su marido y a sus hijos. Se refiere al niño de la esquina, a la cabeza del caballo y al bulto hecho por Turquía, y sugiere que todo ello representa el miedo que tiene al genital malo de su papá, que está dentro de mamá (el señor K. dentro de Melanie Klein) y el deseo de destruir a su padre por miedo y por celos. Este papá malo, que se mete dentro de mamá, la daña o la convierte también en mala, pero si Richard le ataca cuando está dentro de ella, cosa que está expresando al apagar el fuego, mamá también se puede morir; por ello enciende y apaga repetidas veces, sin saber bien qué hacer. Todas estas dudas y ansiedades le hacen dudar también de la tarea que está llevando a cabo con Melanie Klein
(Durante varias de las interpretaciones, y en particular en las referentes a la angustia de castración, Richard presenta un aspecto dolorido y asustado, y parece no oír. Aunque en la sesión anterior ocurrió lo mismo, esta vez cada interpretación ha sido seguida por una exploración mayor del cuarto y por una evidente disminución de la ansiedad. Esto se ve, por ejemplo, cuando en seguida de formulada la interpretación sobre la cabeza del caballo, vuelve a mirar a la calle, dice que el carro se ha movido, y que el animal está más cerca y parece bastante lindo.)
Nota de la sesión número ocho.
1. Aunque no siempre me refiera a ello en forma específica, también en otras ocasiones obtuvo Richard un evidente alivio al levantarse la represión de sus fantasías y poder expresarlas en forma simbólica. En su juego habitual, aunque el niño permanece inconsciente del contenido incestuoso y agresivo de sus fantasías e impulsos, experimenta, sin embargo, un alivio al poderlos expresar simbólicamente, siendo éste uno de los factores por el cual el juego es tan importante para el desarrollo infantil. En el análisis, debemos tratar de ganar acceso a fantasías y deseos muy profundamente reprimidos, y ayudarle así a que tome conciencia de los mismos. Es importante que el analista pueda transmitir a su paciente el sentido de sus fantasías, estén éstas muy reprimidas o cerca de la conciencia, y poderlas verbalizar. Mi experiencia me ha demostrado que al hacerlo llenamos las necesidades inconscientes del niño, y creo que no es correcto suponer que hagamos daño a él o a las relaciones que mantiene con sus padres, al traducir, como si dijéramos a un lenguaje concreto, deseos incestuosos y agresivos que siente en forma inconsciente.

(20)  Conviene recordar que en la tercera sesión Richard se había interesado, de pronto, en los barcos que quedarían bloqueados en el Mediterráneo si Gibraltar fuera tomada. En esa ocasión interpreté esto como el miedo ante los peligros a que se exponía su padre durante las relaciones sexuales con la madre.
(21)  Richard se refiere aquí al análisis, llamándolo “el trabajo”. No me acuerdo ya si esta expresión, que usó durante todo el tratamiento, fue tomada o no de algo que yo dijera.