SIGNIFICADO DE LA FASE FEMENINA EN LA HETEROSEXUALIDAD

SIGNIFICADO DE LA FASE FEMENINA EN LA HETEROSEXUALIDAD


El logro final de una posición heterosexual depende de que la primera fase femenina del desarrollo del niño haya seguido un curso favorable y se haya vencido con éxito. En un artículo anterior  he puntualizado que el niño a menudo compensa sus sentimientos de odio, ansiedad, envidia e inferioridad que surgen de su fase femenina reforzando su orgullo en la posesión de un pene y que desplaza este orgullo sobre actividades intelectuales . Este desplazamiento forma la base de una actitud muy perjudicial de rivalidad hostil hacia la mujer, que afecta la formación de su carácter del mismo modo que la envidia del pene las afecta a ellas. La ansiedad excesiva que siente a causa de sus ataques sádicos al cuerpo de su madre se transforma en fuente de perturbaciones muy graves en sus relaciones con el sexo opuesto. Pero si su ansiedad y sentimiento de culpa se hacen menos agudos, serán aquellos mismos sentimientos que hacen surgir los diversos elementos de sus fantasías de restitución, los que lo capacitarán para lograr una comprensión intuitiva de la mujer.
    Esta fase femenina temprana tiene todavía otro efecto favorable en las relaciones del niño con la mujer en la vida futura. La diferencia entre las tendencias sexuales del hombre y de la mujer exige, como sabemos, diferentes condiciones psicológicas de gratificación para cada uno, y conduce a cada uno a buscar el logro de requerimientos diferentes y mutuamente incompatibles en sus relaciones del uno para con el otro. Por lo general, la mujer necesita tener el objeto de su amor siempre con ella, dentro de ella; mientras que el hombre, debido a sus tendencias psicosexuales orientadas hacia el mundo exterior y a su método de dominar la ansiedad, está inclinado a cambiar con frecuencia de objeto de amor (aunque su deseo de conservarlo en lo que representa a su madre «buena» va en contra de esta tendencia). Si él, a pesar de estas dificultades, puede sin embargo comprender con simpatía la necesidad psíquica de la mujer, será en gran parte debido a su temprana identificación con su madre, porque en esta fase él introyecta el pene de su padre como objeto de amor y son los deseos y las fantasías que tiene en conexión con éste las que, si su relación con su madre es buena, lo ayudan a comprender la tendencia de la mujer a introyectar y conservar lo que ama . Además, el deseo de tener niños de su padre, que surge de esta fase, lo conduce a considerar a la mujer como a su hijo, y él desempeña el papel de la madre bondadosa frente a ella . De este modo también satisface los deseos de amor de su compañera, que surgen de su fuerte ligazón a la madre. Así, y sólo de este modo, sublimando los componentes instintivos femeninos de él y sobreponiéndose a sus sentimientos de envidia, odio y ansiedad frente a su madre, podrá consolidar su posición heterosexual en el estadío de supremacía genital.
    Ya sabemos por qué causa cuando el estadío genital ha sido alcanzado plenamente, sería condición necesaria para la potencia sexual que el niño creyera en la «bondad» de su pene, es decir, en sus capacidades restitutivas por medio del acto sexual . Esta creencia tiene su base concreta en la creencia de que el interior de su cuerpo está en buen estado. En ambos sexos, las situaciones de ansiedad que surgen de supuestos acontecimientos destructivos, ataques y luchas dentro del cuerpo del sujeto, y que se mezclan con situaciones de ansiedad relacionadas con acontecimientos similares dentro del cuerpo de la madre, constituyen las situaciones de peligro más profundas. El temor a la castración, que es sólo una parte aunque importante de la ansiedad que siente con respecto a todo el cuerpo, oscurece en el hombre todos los otros miedos y se hace dominante. Pero esto es precisamente debido a que una de las fuentes más profundas a las que se remontan las perturbaciones de su potencia sexual es su ansiedad sobre el interior de su cuerpo. La casa o ciudad que el niño construye varias veces con tanta ansiedad en sus juegos, significa no sólo el cuerpo intacto y renovado de la madre, sino también el suyo propio.