SITUACIONES TEMPRANAS DE ANSIEDAD

SITUACIONES TEMPRANAS DE ANSIEDAD
    Además de los temores que siente el niño como consecuencia de su rivalidad con la madre, su temor al pene introyectado y peligroso del padre le impide que mantenga una posición femenina. Este último miedo, especialmente junto con la fuerza creciente de sus impulsos genitales, le incita a renunciar a su identificación con la madre y a fortificar su posición heterosexual. Pero si este temor a su madre como rival y su miedo al pene del padre son excesivos, de modo que le es imposible vencer adecuadamente esa fase femenina, esta fase será un impedimento grave para el establecimiento de su posición heterosexual.
    Es, además, de suma importancia en el desarrollo total del niño, el hecho de que su vida mental primera haya sido o no gobernada por el temor a su padre y madre combinados en copulación y formando una unidad inseparable y hostil para con él . La ansiedad de este tipo le hace más difícil mantenerse en cualquier posición y trae situaciones de peligro que estoy inclinada a considerar como las causas más profundas de la impotencia sexual en la vida posterior. Estas situaciones especificas de peligro tienen su origen en el temor del niño a ser castrado por el pene del padre y dentro de la madre o sea, ser castrado por sus progenitores conjugados «malos» y en su temor, a menudo evidenciado claramente, a que su propio pene sea retenido y encerrado en el interior del cuerpo de su madre .
Más de una vez hemos dicho en estas páginas que las situaciones de ansiedad, resultantes de los ataques sádicos hechos por niños de ambos sexos contra el interior del cuerpo de la madre, pertenecen a dos categorías. En la primera, el cuerpo de la madre se convierte en un lugar lleno de peligros, que originan toda clase de terrores; en la segunda, el propio interior del niño se transforma en un lugar de esa clase, en virtud de la introyección que el niño hace de sus objetos peligrosos, especialmente de sus padres en copulación, y se asusta de los peligros y amenazas dentro de él. Las situaciones de ansiedad correspondientes a estas dos categorías, ejercen una influencia mutua y están presentes tanto en la niña como en el niño. Ya hemos examinado los métodos para vencer esa ansiedad común a ambos. De un modo resumido, son como sigue: el niño compite con sus objetos «malos» interiorizados mediante la omnipotencia de sus excrementos y también recibe protección contra ellos mediante sus objetos «buenos». Al mismo tiempo desplaza hacía el mundo exterior su temor de peligros internos, proyectándolos, y ahí encuentra pruebas para refutar su angustia. Pero, además de esto, cada sexo tiene sus propios métodos, esencialmente diferentes, para, dominar la ansiedad. El varón desarrolla su sentimiento de omnipotencia de los excrementos con menos fuerza que la niña, reemplazándolo, en parte, por la omnipotencia del pene, y en relación con esto, su proyección del temor a los objetos internos es diferente a la de la niña. El mecanismo específico que emplea para vencer su miedo, tanto a peligros internos como externos, simultáneamente con el logro de gratificación sexual, está determinado por el hecho de que su pene, como órgano activo, es utilizado para gobernar su objeto, y esto es factible de ser probado por la realidad. Al tomar posesión del cuerpo de su madre mediante su pene, prueba su superioridad no solamente sobre sus objetos peligrosos externos, sino también sobre los internos.