Seminario 1: El hombre de los lobos, La experiencia escoptofílica es pasivizante (segunda)

En la represión Freud distingue el conflicto, en el interior del sujeto, de la bisexualidad (lucha narcisística para mantener su virilidad y suprimir, reprimir la tendencia homosexual).
El Yo (moi) toma partido: investimiento narcisístico de la fuerza viril.
Puede también haber allí conflicto entre el Yo y algo que venga de los instintos sexuales: es un caso más amplio que el primero (que es un sub-caso).
En el Hombre de los Lobos el complejo de Edipo está invertido, y esto, a pesar de la minusvalía de la imagen paterna.
Hay cisma entre la vida intelectual y la vida instintiva del sujeto. Hay relaciones heterosexuales que él vive de una manera compulsiva, irruptiva en su vida, la que está ligada a una estereotipia (imagen de la sirvienta) y desprovista de los sentimientos que comporta normalmente esta situación sexual: es un proceso «a dos», de amo a esclavo.
La escena devastadoraa sobrevino al final del estadio del espejo: es pasivizante, y esta pasividad constituye la fijación homosexual inconsciente.

La Fobia:
El temor de la castración es inseparable de la imagen del padre, mientras que la amenaza no ha sido expresada por el padre, sino, al contrario, por mujeres. Pero ha intervenido algo que suplió la ausencia del padre, y que lo hizo bajo la forma de la iniciación religiosa.
Hay superposición de un pequeño núcleo histérico, una formación infantil de neurosis obsesiva y una estructura paranoica de la personalidad. 
El padre introduce un nuevo modo de referencia a la realidad: es porque el goce del sujeto le es de una cierta manera arrebatado, que puede situarse él mismo: es el papel del complejo de Edipo.
En la rivalidad, hay dos caras:

{ una cara de lucha,

{ una cara de ideal

{ y de modelo.

Toda la dificultad para el ser humano, antes de la sexualidad propiamente genital, es ser un Yo (moi) que se reconoce y se aliena en el otro. La sexualidad requiere la intervención de un plano cultural. El sujeto va a tener que situarse por relación al padre.
En la fobia hay intervención del animal. A este respecto, Freud hace intervenir los hechos del totemismo: drama del Edipo = drama del asesinato del padre.
Lo que se llama la sublimación es la socialización de los instintos.

En la represión: Hay exclusión de la conciencia de cierta relación, que no por ello continúa menos dominando al sujeto.

La represión entraña la atracción propia de una situación excluida de la conciencia, y el desconocimiento, la ceguera en el sistema consciente subjetivo, y todo lo que está coordinado a esta situación, tiende a reunirse a la masa de lo reprimido: es el sistema de lo inconsciente el que tiene una inercia propia, y que continúa atrayendo a esta esfera de amnesia todo lo que le está conexo y molesta la realización del sujeto (como por ejemplo que  haya vivido tal situación edípica). Todo esto está bastante electivamente localizado alrededor de la relación al padre y a la madre en un sujeto neurótico.
El complejo de Edipo tiene también una función normativizante, además de sus incidencias sobre la génesis de las neurosis.

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