Seminario 14: Clase 4, del 14 de Diciembre de 1966

Hablemos de pequeñas novedades. Una cosa curiosa: la manera en la cual este libro es acogido en la zona que ustedes representan.

Voy a partir de una pregunta idiota que me ha sido planteada, no es lo que podía creer que me desagrada, adoro a los idiotas y a las idiotas. Esto que llamo idiota es natural, un idiotismo es algo natural, muy a menudo ligado a la situación. La persona no había abierto mi libro y me preguntaba: —¿Cuál es el lazo entre vuestros escritos?. Pregunta que no se me hubiera ocurrido a mí sólo. [Pregunta que no se me podía ocurrir] Pregunta interesante a la cual hago todos mis esfuerzos para responder como me era planteada. Era para mí, fuente de una verdadera interrogación, y para ir rápido respondí en estos términos: que lo que me parecía el enlace no a mi enseñanza sino a mis Escritos, a alguno que va a mostrar lo que es del orden de lo que se llama identidad, cada uno tiene derecho de aplicárselo a sí mismo, quiero decir, desde El estadio del espejo… hasta las últimas anotaciones de lo que he podido escribir bajo la rúbrica del sujeto.

Este año creí que debía, hablando de la lógica del fantasma, partir de esta observación que para los allegados no tiene nada de novedoso: que el significante no podría significarse a sí mismo. Lo que no es en absoluto lo mismo es esta cuestión llevada sobre una suerte de identidad para el sujeto, que podría ser aplicable a sí mismo. Pero en fin para decir las cosas de manera que resuenen, el punto de partida que deja un lazo hasta el término de esta vuelta es algo profundamente discutido a lo largo de estos Escritos; se expresa en esta fórmula que sirve para todo y se mantiene con una lamentable certidumbre Yo , soy yo .

Pienso que son pocos de vosotros los que no han luchado por encaminar esta convicción, aún cuando la hubieran sacado de sus papeles es siempre muy peligroso. En efecto, se engancha enseguida la vía donde se la desliza y aquella que he titulado nuevamente este año, que se plantea de la manera más natural los mismos que han establecido esta certidumbre tan fuertemente, no vacilan en cortar también ligeramente lo que es de ellos, no es privilegio de los bebes decir este no soy yo. Lo mismo toda una teoría de la génesis del mundo para cada uno que se llama psicólogo: que los primeros pasos de la experiencia harían para aquel que lo vive, el ser infans, luego enseguida infantil, la distinción dice el profesor de psicología, entre el Yo y el no-yo. Una vez puesta en esta vía esta bien claro que la cuestión no podría avanzar más de un paso, puesto que se compromete de esta oposición como si se considerara partible entre el Yo y el no-Yo con el sólo límite de una negación. Está totalmente fuera del campo la única cuestión importante, a saber: si yo soy yo.
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Es cierto que al abrir mi libro todo lector quedará atrapado en este lazo, no es, por tanto, una razón para que él se sostenga ahí, pues lo que está anudado por ese lazo le da bastante oportunidad de ocuparse de otra cosa, cosas que se esclarecen al estar atrapadas en este lazo y por lo tanto deslizarse aún fuera de su campo; es lo que es concebible en esto: que no es sobre el terreno de la identificación misma que la cuestión puede ser resuelta. Es justamente volver a llevar no solamente esta cuestión sino todo lo que conlleva en particular, la cuestión del inconsciente que presenta, las dificultades que saltan más a la vista inmediatamente. En cuanto saber a qué conviene identificarlo, es sobre esta cuestión de la identificación, y no solamente sobre el sujeto, que empleamos en referencia, la estructura, y que no hace falta partir de algo externo que haya que situar en el campo de la identificación, a saber, a que ningún significante podrá significarse a sí mismo.

Puesto que se trata de estructura, para explicarles cierto elementos de los cuales no es mi falta si no está a vuestro alcance, para que esto sea considerado como adquirido cuando les hablo de la verdad primera, les elijo lo que se llama un grupo. Se trata del grupo de Klein, en tanto definido por cierto número de operaciones, no hay más que tres, lo que resulta de ellas se define por una serie de igualdades muy simple entre dos y un resultado que puede ser obtenido de otra manera, es decir, por uno de los otros, uno por otro, los dos por ejemplo.

Simbolicen por redes, el trazo lleno corresponde a una sola y misma operación, igualmente el trazo punteado.

Cada una de estas operaciones que puedo dejar en la indeterminación completa en cuatro lugares diferentes de la red. La relación entre estas tres operaciones que son a, b, c, son operaciones involutivas. La más simple para representar este tipo de operación es por ejemplo la negación: ustedes niegan que hay ahí algo, ponen el signo de la negación sobre algo, se trate de un predicado o de una proposición; no es verdad que rehagan una negación sobre lo que acaban de obtener, lo importante es plantear que hay un uso de la negación, donde puede ser admitido esto, no como se los enseña que dos negaciones valen una afirmación, no sabemos de que hemos partido. Pero de lo que sea que hayamos partido, en esta suerte de operación que les indico, el conjunto tiene por resultado cero.

Es como si no hubiese hecho nada, es lo que quiero decir con operación involutiva

aa=0

bb=0

cc=0

Si haciendo suceder las letras la operación involutiva se repite, cada una es equivalente a cero. Cero por relación a lo que teníamos antes, si teníamos 1=aa, tendrá siempre1.

Esto vale la pena de ser subrayado, puede haber ahí otras operaciones que la negación que tengan ese resultado, supongan que se trata de cambio de signo, esto no es igual que la negación:

ab=c

ac=b

bc=a

Al principio tendré -1, habiendo hecho funcionar el -1 estas dos operaciones serán involutivas y darán cero como resultado basta considerar este diagrama. Para ciertas exigencias intuitivas que pueden ser las vuestras propongo remitirse a un artículo aparecido en la revista Les Temps Modernes sobre la estructura en matemática, podría extenderse más pero a pesar de lo reducido mastican las cosas con un extremo cuidado, veinticuatro páginas donde se procede paso a paso. Ejercicio no obstante útil para aquellos que aman las extensiones, ejercicio que les puede suavizar ese grupo de Klein.

Se los presento, porque nos va a rendir algunos servicios si partimos de la estructura; recordaran ciertos pasos alrededor de los cuales lo he hecho girar, para que adviertan que el funcionamiento de un grupo bastante estructurado puede contentarse con cuatro elementos, los cuales están representados aquí sobre la red que los soporta por los vértices donde se vuelve a encontrar las aristas de esta figura que ven inscripta.
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Observen que esta figura no tiene ninguna diferencia con aquella que les doy aquí rápidamente y que presenta cuatro vértices, cada uno teniendo la propiedad de estar ligado a los otros tres, desde el punto de vista de la estructura es la misma. No tendremos más que juntar los vértices de dos en dos para ver que es la misma estructura. El punto medio de esta estructura no tiene ningún privilegio, la ventaja de marcarlo de otra manera es que no hay privilegio.

La otra figura tiene aún otra ventaja, es la de hacerles percibir que ahí hay alguna cosa entre otras, como la noción de relación proporcional para cubrirla enteramente. Algo funciona de otras estructuras según la ley del grupo de Klein, se trata para nosotros de saber si funciona la metáfora tal como la he representado por la estructura:
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S es un significante en tanto se plantea en posición metafórica o de sustitución por relación a otro significante, viniendo por lo tanto a sustituirse a S’ algo se produce en tanto que la ligazón S’ es conservada como posible de reprimir, resultando una nueva significación. Dicho de otra manera: un efecto de significado. Dos significantes están en causa, dos posiciones de uno de estos significantes y un elemento heterogéneo, el cuarto elemento s, significado, es resultado de la metáfora, que inscribo como S en tanto que ha venido a reemplazar, S’ deviene el factor de una S paréntesis que llamo el efecto metafórico de significación.

Lo saben, doy importancia a esta estructura porque es fundamental para explicar la estructura del inconsciente, es a saber, que en el momento considerado como primero, original de la represión, se trata de un efecto de sustitución significante en el origen. Origen lógico y no otra cosa, Lo que esta sustituido tiene un efecto dependiente de la lengua que puede permitir expresarnos de una manera viva: el sustituto tiene por efecto sustituir a lo que se sustituye.

Se encuentra que de hecho estas sustituciones en la posición, que como muy mal se la imaginó borrada es simplemente sustituida, la posición que les traduzco: ¿La Unterdrück de Freud, es entonces lo mismo que la represión?

Por paradójico que parezca lo reprimido al nivel de esta teoría, no se soporta, no está escrito más que al nivel de su retorno.

Es en tanto que el significante extraído de la fórmula de la metáfora viene en ligazón en la cadena con lo que ha constituido el sustituto, que tocamos con la tinta de los dedos lo reprimido; dicho de otra manera: el representante de la primera representación en tanto que ella está ligada al primer hecho lógico, de lo reprimido.

Sienten inmediatamente la relación con la forma no idéntica sino paralela, que el significante es lo que representa un sujeto para otro significante debe aparecerles así la metáfora del funcionamiento del inconsciente.

La S en tanto que resurge para permitir el retorno de la S’ reprimida, la S representa al sujeto del inconsciente al nivel de algo otro que está allí, del que tenemos que determinar el efecto como efecto de significación y que se llama: el síntoma. Es de esto que tenemos que ocuparnos y que era necesario recordar en tanto esta formula de cuatro términos es la célula, el núcleo donde nos aparece la dificultad propia de establecer del sujeto una lógica primordial como tal, en tanto viene a unir lo que otros tuvieron para otras disciplinas al poder llegar a un punto de rigor superior, aquel de la lógica matemática, que se expresa en esto: que no es más sostenible ahora considerar que haya un universo de discurso.

Está claro que en el grupo de Klein nada implica esta falla del universo de discurso, pero nada implica tampoco que esta falla no esté ahí, pues lo propio de esta falla es que si esté manifestada en ciertos puntos de paradoja, que no son siempre tan paradójicos como eso, la pretendida paradoja de Russell no es tal; el universo no se cierra. Nada indica al principio una estructura tan fundamental en el orden de las referencias estructurantes que el grupo de Klein no nos permita asir de una manera apropiada; nuestras operaciones no nos permiten soportar lo que se trata de soportar, es decir, en esta ocasión esta aquí mi mira de hoy: la relación que podemos atribuir a nuestra exigencia de dar su estatuto estructural al inconsciente con el cogito cartesiano.

A este cogito cartesiano no lo he elegido al azar; es porque el se presenta como una aporía, una contradicción radical al estatuto del inconsciente, que tantos debates han desde entonces girado alrededor del estatuto pretendido fundamental de la conciencia de sí.

Pero si se encontrara después de todo que este cogito se presenta siendo el mejor anverso del pretendido estatuto del inconsciente, habría podido ganarse algo como podemos presumir; este no es el punto inverosímil que podría asimismo concebirse. Esto no es una formulación sino un descubrimiento de lo que es el inconsciente antes del advenimiento, antes de la inauguración, del sujeto del inconsciente, en tanto que este sujeto es coextensivo del advenimiento de la ciencia.

Recuerden el punto del cual les he señalado su interés: ese grafo tal cono está desarrollado a nivel del articulo Subversión del sujeto y dialéctica del deseo.

¿Qué es lo que quiere decir eso que se encuentra al nivel de la cadena superior, y a la izquierda de ese grafo? Tenemos la marca, o el índice: S(A/) [A mayúscula entre paréntesis barrada]. No he hecho bastantes comentarios para que hoy no tenga la ocasión de hacer remarcar, que se trata en este lugar del grafo de la S del significante en tanto que sería el equivalente de la presencia de lo que he llamado el uno en mas, que es también lo que falta en la cadena significante, por lo tanto más precisamente que no hay ahí universo de discurso.

Quiere decir que a nivel del significante este uno en más, que es a la vez el significante de la falta, es de lo que se trata y debe ser mantenido como esencial a la función de la estructura, en tanto nos interesa indudablemente, si seguimos la huella donde hasta el presente los he conducido: a que el inconsciente está estructurado como un lenguaje.

En cierto lugar (parece, se me ha relatado) alguien, quien no me disgustaría que venga aquí, comienza sus cursos sobre el inconsciente, diciendo: —Si hay alguien para quien el inconsciente está estructurado como un lenguaje, puede salir inmediatamente.

Les voy a decir cómo estas cosas se comentan nivel de los bebés. Se me ha relatado una de ellas, se discute de esto, de aquello, de aquellos con lo que no están de acuerdo, y hay quien ha dicho: —Allí como cualquier otra parte existen los afreud.

Antes de mi Interviú en la radio, una voz anónima a quien se ha preguntado si hacía falta leer Freud ha respondido: —ninguna necesidad, existe la técnica…, de Freud no es necesario ocuparse, existen lugares donde afreudianos apenas se ocupan de Freud.

Este significante que conserva el uno en más de la cadena significante en tanto escrito, es para nosotros el lugarteniente del universo de discurso, pues es de esto que se trata. Se trata de lo que es desde el comienzo de este año nuestro hilo conductor; en tanto que tratamos al lenguaje y al orden que él nos propone como estructura por medio de la escritura, podemos valorar lo que resulta de la demostración en el plano escrito de la no existencia de este universo de discurso Porque la lógica tome las vías que ha tornado en la lógica moderna, es decir, tratar los problemas lógicos purificándolos hasta el último límite del elemento intuitivo (que ha podido durante siglos volver tan satisfactoria la lógica de Aristóteles que de este elemento intuitivo retenía gran parte, volverla tan seductora que para Kant mismo no había nada que agregar).

Bastó dejar pasar algunos años para ver que solamente al intentar tratar estos problemas por esta transformación que resultaba del uso de la escritura tal como estaba expandida, ejercitadas sus fórmulas por medio del álgebra, todo vino a pivotear y cambiar de sentido en la estructura. Es decir, permitir plantear los problemas de la lógica de otra manera lejos de disminuir su valor es precisamente lo que da todo su valor atendiendo a lo que en ella es pura estructura, lo que quiere decir: estructura, efecto de lenguaje.

Es entonces de esto que se trata, y: ¿qué es lo que quiere decir esta S con el paréntesis de esa, quiere decir, al nivel en donde estamos, la designación por un significante del uno en más?. Pero entonces, me van a decir, o lo espero, puesto que siempre estamos sobre el hilo, sobre franqueamiento de la identificación, de la misma manera que naturalmente la boca de la persona ingenua que comienza a adoctrinar: -Yo no soy yo, entonces dice ella —¿Quién es yo?. Este invisible renacimiento del espejismo de la identidad del sujeto, ¿podemos decir que hacer funcionar este significante del uno en más es como si el obstáculo fuera visible y como si pusiéramos en circulación en la cadena lo que no puede ahí entrar, a saber, el catálogo de los catálogos que no se contienen a sí mismos, por consecuencia desvalorizante?.

No se trata de eso pues en la cadena significante que podemos considerar como la serie de las letras que existen en francés, es por lo que a cada instante una cualquiera de esas letras puede tener lugar entre todas las otras, que hace falta que ahí se barre, que esta barra que se dé vuelta y verticalmente imprima en cada una de esas letras que vamos a insertar en la cadena, la función del uno en más entre los significantes, pero estos significantes en más la evocan como tal por poco que las pongamos fuera del paréntesis. La indicación significante de la función del uno en más es posible y no solamente posible sino que es lo que va a manifestarse como posibilidad de una intervención directa de la función del sujeto en tanto que el significante es lo que representa a un sujeto para otro significante.

Todo lo que hagamos para que se parezca a esa S (A/) [A mayúscula barrada entre paréntesis] no responde nada menos que a la función de la interpretación. Va a jugarse conforme al sistema de la metáfora por la intervención en la cadena de este significante que le es inmanente como uno en más, uno en más susceptible de producir ahí este efecto de metáfora que estará aquí. ¿Es por un efecto de significado como parece indicarlo la metáfora, que opera la interpretación?. Seguramente la fórmula por un efecto de significación a precisar al nivel de su estructura en el sentido técnico del término; quiero decir que la continuación de este discurso que les tiendo les dará las razones por las cuales este efecto de significación se precisa, se especifica y va a precisar la interpretación como un efecto de verdad. Pero también esto no es más que un punto, mojón sobre la ruta, después de lo cual se abre un paréntesis para darles encima todos los motivos que me permiten precisar así el efecto de la interpretación.

Entiendan bien que digo: efecto de verdad que no podría de ninguna manera ser prejuzgado de verdad de la interpretación, quiero decir, si el índice verdadero o falso puede ser o no la verdad del significante de la interpretación misma.

Este significante hasta aquí no era más que un significante en mas, en demasía. Significante de alguna falta como falta en el universo de discurso.

Digo que el efecto es efecto de verdad. Si se las he hecho subrayar en el orden de la implicación en tanto que implicación material, es decir, en tanto que existe lo que se llama la consecuencia en la cadena significante (lo que no quiere decir nada), no hay ningún obstáculo para que esto sea perfil del índice de verdad, en que una premisa sea falsa si una conclusión es verdadera. Suspendan vuestro espíritu sobre lo que he llamado efecto de verdad, a fin de que podamos decir más sobre eso en la función de la interpretación. Ahora vamos a ser conducidos simplemente a apelar, a producir, esto que concierne al cogito, al cogito cartesiano en el sentido que saben. Es simple, puesto que aún entre la gente que consagra a la obra de Descartes su existencia, queda sobre lo que es la manera de interpretarlo, de comentario, con grandes divergencias.

¿Hago algo que consistiría, yo, no especialista, en inmiscuirme en este debate cartesiano? Seguramente tengo tanto derecho como todo el mundo. Quiero decir que el Discurso del Método o Las meditaciones… me son dirigidas como a todos los demás.

Que se trate de interrogarme sobre la función del Ego en el cogito ergo sum no esta por lo tanto permitido como a todo el mundo relevar en la traducción latina que Descartes da del Discurso del Método en 1644, que en esta traducción latina parece, si mis notas son buenas, parece como traducción del pienso entonces soy, ergo sum, aparece: Ergo sum sive existo.

En la segunda meditación compara al punto de Arquímedes, ese punto del cual se puede realmente esperar…Ego sum, ego existo… lo que para el psicoanalista tiene otra resonancia.

Terreno demasiado resbaladizo para que con las costumbres actuales se lo aplique como Robbe-Guillet, que habla de la neurosis obsesiva, para que yo vaya lejos en ese sentido.

Por el contrario subrayo que se trata para nosotros de una cierta elección, aquella que voy en esta oportunidad a dejar suspendida: que todo lo que el lógico puede dejar alrededor del cogito ergo sum, es a saber, el orden de la implicación del que se trata, si es solamente de la implicación material, y verán dónde eso nos conduce. Si es de la implicación material, según las fórmulas que he escrito en el pizarrón, es únicamente en la medida donde la implicación (entonces) de la segunda proposición sería falsa, que el lazo de implicación entre los dos términos podría ser rechazado, dicho de otra manera, lo importante es saber que si soy es verdadero, no habría ningún inconveniente que pienso sea falso. He dicho para comenzar que las fórmulas sean admisibles en tanto que implicación. Pienso es Yo quien lo dice. Puede ser que crea que pienso y que no piense, ocurre a menudo. La implicación pura y simple que se llama implicación material no exige más que una cosa: que la conclusión sea verdadera.

En otros términos, la lógica que refiere a las funciones de verdad, utilizando la tabla en cierto orden de matriz, no puede definir cierta operación para quedar coherente con ella misma, no puede definir cierta operación como la implicación más que admitiéndola como función que seria mejor llamarla «consecuencia», consecuencia que quiere decir esto: que en la amplitud del campo en una cadena significante podemos poner la connotación de verdad, podemos ponerla sobre una falsedad y una verdad enseguida, no a la inversa. Esto nos deja lejos de lo que se ha dicho del cogito cartesiano en su orden propio, que sin duda implica, interesa a la constitución del sujeto como tal. Es decir, complica eso que hay allí de la escritura en tanto que regla el funcionamiento de la operación lógica, lo debe a que esta escritura no hace más que representar un funcionamiento más primordial de algo que a ese título merece para nosotros ser planteado en función de escritura. De eso depende el estatuto del sujeto y no de su intuición, que es justificada por algo profundamente escondido, a saber lo que quiere buscando esta certidumbre sobre este terreno de limpieza de todo lo que esta puesto a su alcance concerniente a la función del saber. ¿Y después de todo, qué es ese cogito?. Empujo mis ovejas, es una parte de mi trabajo, no es lo mismo cuando estoy solo, ni tampoco cuando estoy en mi sillón de analista.

Cogito, empujo al mismo tiempo, cogito, todo eso conmueve, a fin de cuentas si no estuviera este deseo de Descartes que orienta de manera tan decisiva estas cogitaciones al cogito se lo podría reducir por farfullo. ¿Por qué cogito?

Eso también tiene su sentido en latín, eso mismo quiere decir podar; eso que para nosotros, analistas, tiene pequeñas resonancias. Ergo sum, habría quizá otro estilo y otras consecuencias, no se sabe. Podar en el sentido de podar, podaba quizá Dios. Mientras que el cogito es otra cosa, pero, además, cogito está escrito, si nos hemos percatado que cogito podría escribirse.

Cogito ergo sum, es allí que podemos retomar la intuición como captar el contenido que depende de la estructura del aparato del lenguaje. No olvidemos ciertas funciones en las que el sujeto no se encuentra simplemente en posición de ser agente sino en posición de sujeto, en tanto que el sujeto está más que interesado, forzosamente determinado por el acto del que se trata.

Las lenguas antiguas tenían otros registros: la diátesis, que se llama diátesis media, es lo que atañe al lenguaje, en tanto que determina algo donde se constituye como ser hablante [se dice Locnor ]. No es de ayer que trato de explicar sobre estas cosas a los que vienen a escucharme, que se acuerden del tiempo en que les explicaba la diferencia entre aquel que te seguiré y aquel que te seguirá.

Para aquellos que se reconocen en esta diferencia de tiempo relativa, no hay una voz media en francés como lo admite sak en sánscrito.

Eso que se podría decir de un pensamiento que sería uno, una verdad, como eso se diría en latín por la voz media: Mediatum.

Quizá es en la ocasión de lo que hace el psicoanalista cuando interpreta que seré llevado a decirles, me hace falta todavía avanzar como lo hacemos, paso a paso, a darles sobre esta voz una pequeña indicación. Los reenvío al artículo de Benveniste en una recopilación reciente, que hemos leído en el Journal de Psicologie, sobre la voz activa y la voz media. En sánscrito se dice sacrifico de dos maneras. ¿Cuándo se emplea la voz activa para el verbo sacrificar? Es cuando el sacerdote hace el sacrificio a Brahma para un cliente. Hay una pequeña diferencia, la voz media cuando él oficia en su nombre. Es un poco complicado, eso no hace solamente intervenir la falla que hace falta poner en el sujeto de la enunciación y el enunciado, es lo más difícil, porque hay otro que con el sacrificio queda entrampado. No es lo mismo tomarlo en su nombre o para el cliente, que tiene necesidad de rendir un deber a la divinidad y que va a buscar un técnico.

Voy de adivinanza en adivinanza. ¿Dónde están las analogías con relación a la llamada situación analítica? ¿Quién oficia y para quién?. Pregunta que puede hacerse. No lo planteo más que para hacerles sentir que hay una función de la declinación de la palabra en el interior de la técnica analítica, quiero decir que es un artificio técnico que somete esta palabra a las leyes de la consecuencia.

Que no se fíe a ningún otro, eso debe hilarse simplemente, no es tan natural, lo sabemos por experiencia, la gente no aprende este metié rápidamente, o entonces hace falta verdaderamente que tengan ganas de oficiar.

Se asemeja a un oficio que se demanda hacer a un Brahma cuando tiene un poco de metié de tendero de sus pequeñas plegarias, y pensando cogito ergo sum: ¿Qué es quien que es sum en ese sum?

Esto es de naturaleza tal para hacernos entender que cualquier sea el justo lugar de nuestras reflexiones en lo que concierne a nuestro paso cartesiano que no se trata de reducir, le hago su lugar suficiente históricamente, se trata de una utilización que es pertinente, a saber, que esa partir de ahí, del momento en que lo trata el pensamiento. El pensamiento tenía su pasado, sus títulos de nobleza, nadie había soñado con hacer girar su relación al mundo alrededor del Yo. Es el rescate, el precio que se ha pagado, el hecho de haber arrojado el pensamiento a la basura; el cogito después de todo, en Descartes, es el desecho. Pone el cesto de la basura lo que tiene que examinar en su cogito; se ve la relación que todo esto ha podido tener en lo que acabo de adelantarles, a partir de en formulación escrita de la nueva lógica se ha anunciado en cierto número de cosas que tienen su interés. Por ejemplo, esto: que si quieren negar A y B, pongo la barra de negación y por convención es eso lo que constituye la negación.

La ventaja de ese procedimiento escrito es bien conocida, es que hace falla que funcione como un molinete sin necesidad de reflexionar, eso consiste en escribir:
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busquen en Boole a que corresponde esto, o en Morgan.

Voy, sin embargo, a representarlos pues sé que alguno se enojaría sino lo hiciera. Lo lamento, ya que esas personas van a estar satisfechas y creer que han comprendido algo, pero en ese momento estarán definitivamente sumergidas en el error.
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La diferencia simétrica, lo que se llama el complemento, en este conjunto, lo interpreto al nivel de conjuntos, por la función de la negación. La negación, siendo eso que no es A y B los otros dos indiferentemente cumplen esta función. Examinemos todas las maneras que podemos para operar este pienso entonces soy, para definir ahí operaciones que nos permitirán asir su relación desde el principio a su puesta en falso pienso y no soy hay otra transformación que posible igualmente de la que verán el interés fulgurante cuando les diga que es la posición aristotélica: no pienso donde soy: ahí esta la cuarta forma que recubre aquella que se escribe así:
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Estos círculos también simbolizan: o no pienso o no soy

He adelantado tal aparato como la mejor traducción que podemos dar a nuestro uso del cogito cartesiano para servir de punto de cristalización del sujeto del inconsciente, este anverso no es negación más que por la relación al conjunto donde nosotros lo hacemos funcionar, este anverso: o no soy o no pienso por relación al cogito.

Hace falta que interroguemos al sentido de este vel que los une y el avance exacto que la negación para tomar para darnos cuenta que hay en ella del sujeto del inconsciente, lo que nos permitirá partir de la lógica del fantasma.