Trastorno de la conducta alimentaria en adolescentes y el grupo familiar

Los estudios realizados con padres vs. familia de adolescentes en riesgo a desarrollar
trastornos alimentarios mostraron el papel predictor que las pautas comportamentales
, cohesividad, presencia de conflictos familiares y percepción de apoyo social por parte de los adolescentes tienen sobre la aparición posterior de síntomas vinculados a estos trastornos.
(Dare y col., 1994; Leung y col., 1996).
La menor presencia de cohesión familiar y pobres pautas comunicacionales entre padres e hijos se asocian con situaciones de mayor riesgo (Leon y col.,1994; Lee & Lee, 1996 ).
Por otro lado las actitudes negativas hacia el aumento de peso son más frecuentes entre los adolescentes que no perciben recibir apoyo social familiar (Stevens, Nakashima &
Andrews, 1993). La sobreprotección materna durante la infancia o percepción de control
materno y mayores niveles de ansiedad de separación también se asocian a elevados
niveles de actitudes bulímicas o presencia de trastornos alimentarios (Rhodes & Kroger,
1991; Ahmad, Waller & Verduyn, 1994).
Las preocupaciones familiares respecto al peso y apariencia física de sus miembros tienen un efecto directo sobre la insatisfacción corporal. Esta insatisfacción a la vez afecta la autoestima y precipita la aparición de síntomas relacionados con comportamientos alimentarios.
Las actitudes maternas hacia los hábitos alimentarios o sus críticas hacia la apariencia física de los hijos influyen en la posterior aparición de problemas relacionados con la alimentación (Rieves & Cash, 1996) y los futuros logros terapéuticos (Van Furth y col., 1996).