Violencia de género desde un enfoque arqueológico (Foucault)

La violencia (tal como se muestra y es concebida en la vida cotidiana), nos lleva a realizar un desplazamiento teórico-metodológico bajo la estrategia arqueológica que nos permite rastrear el discurso de la violencia mediante las representaciones sociosimbólicas (sistemas de valores, creencias, imágenes, pensamientos, ideas, lenguaje cotidiano, formas de relación y prácticas sociales), ya que éstas proporcionan a hombres y mujeres los códigos para nombrar y clasificar el mundo, así como su historia individual y grupal (Jodelet, 1986).

A partir del recurso metodológico cualitativo de las historias de vida de mujeres maltratadas por sus parejas, se va identificando una cartografía discursiva inscrita en las intersubjetividades y en sus prácticas sociosimbólicas en un contexto sociocultural donde circulan entremezclados diversidad de discursos sociales que van desde diversas posturas, concepciones científicas y
prácticas discursivas tradicionales, ortodoxas y fijadas a un modelo androcéntrico de sesgo sexista, al que subyace una estructura de poder y un imaginario colectivo enraizado en una cultura patriarcal que oculta y encubre, o bien “naturaliza”, la violencia doméstica y sexual (incluso el maltrato y abuso sexual infantil); hasta posturas, concepciones teóricas y prácticas discursivas surgidas de los planteamientos, logros y luchas del movimiento feminista mundial; iniciándose
así un importante desplazamiento teórico de índole reflexiva, crítica y revolucionaria, propiciadora de verdaderos cuestionamientos, rupturas y cambios, al visibilizar expresiones de la violencia encubiertas bajo visiones esencialistas y principios “universales”, “absolutos” e “inmutables”, como si se tratara de constantes antropológicas, franqueando así un “umbral de epistemologización” en el que nos tropezamos de modo persistente con el género, en una doble vertiente de significación: el género como experiencia vivida en la cotidianidad de mujeres y varones (a partir de la construcción sociocultural diferencial de lo masculino y lo femenino) y el género como categoría de análisis (lo cual nos remite a entenderlo como objeto epistémico-teórico).

En este contexto de análisis, revisten especial importancia los aportes teórico-metodológicos de Michel Foucault (Las palabras y las cosas (1984), El nacimiento de la clínica(1986), Arqueología del saber(1987)), fundamentalmente a partir de su propuesta arqueológica de la vinculación entre  saber, poder y prácticas sociales.

Es importante destacar que el trabajo directo con las mujeres que denuncian la violencia doméstica y sexual como experiencia de vida y la cartografía discursiva analizada en perspectiva arqueológica, evidencia todo un entramado sociosimbólico entre saberes, poder y prácticas, tejido alrededor de la violencia atada al género, como categoría social de fuerte significación simbólica.