Winnicott: uso del objeto transicional y relación del bebé con la realidad externa

En Winnicott se trata del objeto, sí, entendido como la primera posesión no-yo, que se articula en el espacio intermedio entre lo subjetivo y lo objetivo; otra manera de caracterizarlo seria que el objeto se inscribe adentro-afuera, en el límite. Claramente no se trata del objeto de la relaciones objetales: “Es claro que lo transicional no es el objeto. Este representa la transición del bebe, de un estado en que se encuentra fusionado a la madre a una relación con ella como algo exterior y separado”.
Es claro que la transicionalidad no reside en el objeto mismo, sino en el uso que se hace de él, y a esto le agrega la importancia de la realidad interior y exterior, en la estructuración y organización del psiquismo infantil.
Ubicando el eje de sus conceptualizaciones en lo que se refiere a la relación del bebe con la realidad externa, para reconocer y aceptar la realidad, y su creciente capacidad para ello. En lo que le permite al bebe enfrentar la realidad externa se inscribirá simultáneamente en dos órdenes:
1) capacidad del niño de aceptar al objeto como no-yo, por su ubicación adentro-afuera, en el limite.
2) la capacidad de crearlo él mismo, de imaginarlo, de producirlo.
La creación de este objeto tiene, para Winnicott, el carácter de un fenómeno universal que posibilita al bebe llevar a cabo la transición desde la primera relación oral con la madre hasta la verdadera relación de objeto.
Lo que vincula al niño con un objeto externo al él, es la ilusión de que la realidad externa responde a su capacidad de crear.
El concepto de objeto transicional se alinea con el espacio potencial, con ese campo de ilusión, ya que adviene en el comienzo de la separación del niño y la madre.