Abraham Maslow 1908-1970, biografía y teoría

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Biografía

Abraham Maslow nació en Brooklyn, Nueva
York el 1 de abril de 1908.
Fue el primero de siete hermanos y sus
padres eran emigrantes judíos no ortodoxos de Rusia. Estos, con la
esperanza de lograr lo mejor para sus hijos en el nuevo mundo, le
exigieron bastante para alcanzar el éxito académico. De manera poco
sorprendente, Abraham fue un niño bastante solitario, refugiándose en
los libros.

Para satisfacer a sus padres, primero estudió leyes en el City College
de Nueva York (CCNY) Después de tres semestres, se transfirió a Cornell y
luego volvió a CCNY. Se casó con Berta Goodman, su prima mayor, en
contra de los deseos de sus padres. Abe y Berta tuvieron dos hijas.
Ambos se trasladaron a vivir a Wisconsin de manera que él pudiese acudir
a la Universidad de Wisconsin. Fue aquí donde empezó a interesarse por
la psicología y su trabajo empezó a mejorar considerablemente. Aquí
pasaba tiempo trabajando con Harry Harlow, famoso por sus experimentos
con bebés resus de mono y el comportamiento del apego. Recibió su BA
en 1930, su MA en 1931 y su doctorado en 1934, todos en psicología y de
la Universidad de Wisconsin. Un año después de su graduación, volvió a
Nueva York para trabajar con E.L. Thorndike en la Universidad de
Columbia, donde empezó a interesarse en la investigación de la
sexualidad humana. Comenzó entonces a dar clases a tiempo completo en
el Brooklyn College. Durante este periodo de su vida, entró en contacto
con muchos de los inmigrantes europeos que llegaban a Estados Unidos, y
en especial a Brooklyn; personas como Adler, Froom, Horney, así como
varios psicólogos de la Gestalt y freudianos. En 1951 Maslow pasó a
ser Jefe del departamento de Psicología en Brandeis, permaneciendo allí
durante 10 años y teniendo la oportunidad de conocer a Kurt Goldstein
(quien le introdujo al concepto de auto-actualización) y empezó su
propia andadura teórica. Fue aquí también donde empezó su cruzada a
favor de la psicología humanística; algo que llegó a ser bastante más
importante que su propia teoría. Pasó sus últimos años semi-retirado
en California hasta que el 8 de junio de 1970 murió de un infarto del
miocardio después de años de enfermedad. Teoría
Una de las mucha cosas interesantes que Marlow descubrió mientras
trabajaba con monos muy al principio en su carrera fue que ciertas
necesidades prevalecen sobre otras. Por ejemplo, si estás hambriento o
sediento, tenderás a calmar la sed antes que comer. Después de todo,
puedes pasarte sin comer unos cuantos días, pero solo podrás estar un
par de días sin agua. La sed es una necesidad «más fuerte» que el
hambre. De la misma forma, si te encuentras muy, muy sediento, pero
alguien te ha colocado un artefacto que no permite respirar, ¿cuál es
más importante? La necesidad de respirar, por supuesto. Por el otro
lado, el sexo es bastante menos importante que cualquiera de estas
necesidades. ¡Aceptémoslo, no nos vamos a morir si no lo conseguimos!
Maslow recogió esta idea y creó su ahora famosa jerarquía de necesidades.
Además de considerar las evidentes agua, aire, comida y sexo, el autor
amplió 5 grandes bloques: las necesidades fisiológicas, necesidades de
seguridad y reaseguramiento, la necesidad de amor y pertenencia,
necesidad de estima y la necesidad de actualizar el sí mismo (self); en
este orden.

Las necesidades fisiológicas.

Estas incluyen las necesidades que tenemos de oxígeno, agua, proteínas, sal,
azúcar, calcio y otros minerales y vitaminas. También se incluye aquí la
necesidad de mantener el equilibrio del PH (volverse demasiado ácido o
básico nos mataría) y de la temperatura (36.7 ºC o cercano a él). Otras
necesidades incluidas aquí son aquellas dirigidas a mantenernos activos,
a dormir, a descansar, a eliminar desperdicios (CO2, sudor, orina y
heces), a evitar el dolor y a tener sexo. ¡Menuda colección!
Maslow
creía, y así lo apoyaba sus investigaciones, que éstas eran de hecho
necesidades individuales y que, por ejemplo, una falta de vitamina C
conduciría a esta persona a buscar específicamente aquellas cosas que en
el pasado proveían de vitamina C, por ejemplo el zumo de naranja. Creo
que las contracciones que tienen algunas embarazadas y la forma en que
los bebés comen la mayoría de los potitos, apoyan la idea
anecdóticamente.

Las necesidades de seguridad y reaseguramiento.

Cuando las necesidades fisiológicas se mantienen compensadas, entran en juego estas necesidades. Empezarás a preocuparte en hallar cuestiones que
provean seguridad, protección y estabilidad. Incluso podrías desarrollar
una necesidad de estructura, de ciertos límites, de orden.
Viéndolo
negativamente, te podrías empezar a preocupar no por necesidades como
el hambre y la sed, sino por tus miedos y ansiedades. En el adulto medio
norteamericano, este grupo de necesidades se representa en nuestras
urgencias por hallar una casa en un lugar seguro, estabilidad laboral,
un buen plan de jubilación y un buen seguro de vida y demás.

Las necesidades de amor y de pertenencia.

Cuando las necesidades fisiológicas y de seguridad se completan, empiezan a
entrar en escena las terceras necesidades. Empezamos a tener necesidades
de amistad, de pareja, de niños y relaciones afectivas en general,
incluyendo la sensación general de comunidad. Del lado negativo, nos
volvemos exageradamente susceptibles a la soledad y a las ansiedades
sociales.
En nuestra vida cotidiana, exhibimos estas
necesidades en nuestros deseos de unión (matrimonio), de tener familias,
en ser partes de una comunidad, a ser miembros de una iglesia, a una
hermandad, a ser partes de una pandilla o a pertenecer a un club social.
También es parte de lo que buscamos en la elección de carrera.

Las necesidades de estima.

A continuación empezamos a preocuparnos por algo de autoestima. Maslow
describió dos versiones de necesidades de estima, una baja y otra alta.
La baja es la del respeto de los demás, la necesidad de estatus, fama,
gloria, reconocimiento, atención, reputación, apreciación, dignidad e
incluso dominio. La alta comprende las necesidades de respeto por uno
mismo, incluyendo sentimientos tales como confianza, competencia,
logros, maestría, independencia y libertad. Obsérvese que esta es la
forma «alta» porque, a diferencia del respeto de los demás, una vez que
tenemos respeto por nosotros mismos, ¡es bastante más difícil perderlo!
La
versión negativa de estas necesidades es una baja autoestima y
complejos de inferioridad. Maslow creía que Adler había descubierto algo
importante cuando propuso que esto estaba en la raíz de muchos y
cuidado si en la mayoría de nuestros problemas psicológicos. En los
países modernos, la mayoría de nosotros tenemos lo que necesitamos en
virtud de nuestras necesidades fisiológicas y de seguridad. Por fortuna,
casi siempre tenemos un poco de amor y pertenencia, ¡pero es tan
difícil de conseguir en realidad!
Maslow llama a todos estos cuatro niveles anteriores necesidades de déficit o Necesidades-D. Si
no tenemos demasiado de algo (v.g. tenemos un déficit), sentimos la
necesidad. Pero si logramos todo lo que necesitamos, ¡no sentimos nada!
En otras palabras, dejan de ser motivantes. Como dice un viejo refrán
latino: «No sientes nada a menos que lo pierdas».
El autor también habla de estos niveles en términos de homeostasis,
el cual es aquel principio a través del cual opera nuestro termostato
de forma equilibrada: cuando hace mucho frío, enciende la calefacción;
cuando hace mucho calor, apaga el calentador. De la misma manera, en
nuestro cuerpo, cuando falta alguna sustancia, desarrolla un ansia por
ella; cuando logra conseguir suficiente de ella, entonces se detiene el
ansia. Lo que Maslow hace es simplemente extender el principio de la
homeostasis a las necesidades, tales como la seguridad, pertenencia y
estima. Maslow considera a todas estas necesidades como esencialmente
vitales. Incluso el amor y la estima son necesarias para el
mantenimiento de la salud. Afirma que todas estas necesidades están
construidas genéticamente en todos nosotros, como los instintos. De
hecho, les llama necesidades instintoides (casi instintivas). En términos de desarrollo general, nos movemos a través de estos niveles como si fueran estadios. De recién nacidos, nuestros foco (o casi nuestro completo complejo de necesidades) está en lo fisiológico. Inmediatamente, empezamos a reconocer que necesitamos estar seguros. Poco tiempo después, buscamos atención y afecto. Un poco más tarde, buscamos la autoestima. Imaginaros, ¡esto ocurre dentro de los primeros dos años de vida! Bajo condiciones de estrés o cuando nuestra supervivencia está amenazada, podemos «regresar» a un nivel de
necesidad menor. Cuando nuestra gran empresa ha quebrado, podríamos
buscar un poco de atención. Cuando nuestra familia nos abandona, parece
que a partir de ahí lo único que necesitamos es amor. Cuando logramos
alcanzar el capítulo 11, parece que inmediatamente sólo nos preocupa el
dinero. También todo esto puede ocurrir en una sociedad de bienestar
establecida: cuando la sociedad abruptamente cae, las personas empiezan a
pedir a un nuevo líder que tome las riendas y haga las cosas bien.
Cuando las bombas empiezan a caer, buscan seguridad; cuando la comida no
llega a las tiendas, sus necesidades se tornan incluso más básicas.
Maslow sugiere que podríamos preguntarles a las personas sobre su «filosofía de futuro» -cuál sería su ideal de vida o del mundo- y así conseguir suficiente
información sobre cuáles de sus necesidades están cubiertas y cuáles no.
Si tienes problemas significativos a lo largo de tu desarrollo (por
ejemplo, periodos más o menos largos de inseguridad o rabia en la
infancia, o la pérdida de un miembro familiar por muerte o divorcio, o
rechazo significativo y abuso) entonces podrías «fijar» este grupo de
necesidades para el resto de tu vida. Esta es la comprensión de Maslow
sobre la neurosis. Quizás de pequeño pasaste por calamidades. Ahora
tienes todo lo que tu corazón necesita; pero te sientes como necesitado
obsesivamente por tener dinero y ahorrar constantemente. O quizás tus
padres se divorciaron cuando aún eras muy pequeño; ahora tienes una
esposa maravillosa, pero constantemente te sientes celoso o crees que te
va abandonar a la primera oportunidad porque no eres lo suficientemente
«bueno» para ella. El último nivel es un poco diferente. Maslow ha
utilizado una gran variedad de términos para referirse al mismo: motivación de crecimiento (opuesto al déficit motivacional), necesidades de ser (o B-needs, opuesto al D-needs), y auto-actualización.
Estas constituyen necesidades que no comprenden balance u
homeostasis. Una vez logradas, continúan haciéndonos sentir su
presencia. De hecho, ¡tienden a ser aún más insaciables a medida que les
alimentamos! Comprenden aquellos continuos deseos de llenar
potenciales, a «ser todo lo que pueda ser». Es una cuestión de ser el
más completo; de estar «auto-actualizado». Bien; llegados a este
punto, si quieres llegar a una verdadera auto-actualización, debes tener
llenas tus necesidades primarias, por lo menos hasta un cierto punto.
Desde luego, esto tiene sentido: si estás hambriento, vas hasta a
arrastrarte para conseguir comida; si estás seriamente inseguro, tendrás
que estar continuamente en guardia; si estás aislado y desamparado,
necesitas llenar esa falta; si tienes un sentimiento de baja autoestima,
deberás defenderte de ese estado o compensarlo. Cuando las necesidades
básicas no están satisfechas, no puedes dedicarte a llenar tus
potenciales. No es sorprendente, por tanto, que siendo nuestro mundo
tan difícil como es, solo existan un puñado de personas que sean
verdadera y predominantemente auto-actualizadas. En algún momento,
Maslow sugirió que tan solo ¡un 2%! La pregunta surge entonces: ¿qué
es lo que Maslow quiere decir exactamente con auto-actualización? Para
responder, tendremos que analizar a aquellas personas que Maslow
considera auto-actualizadas. Afortunadamente, Maslow lo hizo por
nosotros. Empezó escogiendo a un grupo de personas, algunas figuras
históricas, a otras que conocía; que a él le parecía que cumplían con
los criterios de ser auto-actualizadas. Se incluyeron en este angosto
grupo personajes como Abraham Lincoln, Thomas Jefferson, Mahatma Gandhi,
Albert Einstein, Eleanor Roosevelt, William James, Benedict Spinoza, y
otros. Luego se centró en sus biografías, escritos, actos y palabras de
aquellos a los que conoció personalmente y así sucesivamente. De estas
fuentes, desarrolló entonces una lista de cualidades similares a todo el
grupo, opuesta a la gran masa compuesta por el resto de los mortales
como nosotros. Estas personas eran centradas en la realidad, lo que significa que pueden diferenciar lo que es falso o ficticio de lo que es real y genuino. También eran personas centradas en el problema,
o lo que es lo mismo, personas que enfrentan los problemas de la
realidad en virtud de sus soluciones, no como problemas personales
insolucionables o ante los que se someten. Y además tenían una percepción diferente de los significados y los fines.
Creían que los fines no necesariamente justifican los medios; que los
medios pueden ser fines en sí mismos y que los medios (el viaje) eran
con frecuencia más importante que los fines. Los auto-actualizadores
poseían también una manera peculiar de relacionarse con los demás. En
primer lugar, tenían una necesidad de privacidad, y se sentían cómodos estando solos. Eran relativamente independientes de la cultura y el entorno, apoyándose más en sus propias experiencias y juicios. Así mismo, eran resistentes a la enculturación, esto es, que no eran susceptibles a la presión social; eran de hecho, inconformistas en el mejor sentido. Además, poseían lo que Maslow llamaba valores democráticos, o sea, que eran abiertos a la variedad étnica e individual, e incluso la defendían. Tenían la cualidad llamada en alemán Gemeinschaftsgefühl (interés social, compasión, humanidad). Y disfrutaban de las relaciones personales íntimas con pocos amigos cercanos y miembros familiares, más que un montón de relaciones superficiales con mucha gente. Tenían un sentido del humor no hostil, prefiriendo las bromas a costa de sí mismos o de la condición humana, pero nunca dirigida a otros. Poseían además una cualidad llamada aceptación de sí mismo y de los demás,
lo cual implica que preferían aceptara las personas como eran, más que
querer cambiarlas. La misma actitud la tenían consigo mismos: si tenían
alguna cualidad que no fuese dañina, la dejaban estar, incluso aunque
fuese una rareza personal. En consonancia con esto surge la espontaneidad y simplicidad:
ellos preferían ser ellos mismos antes que pretenciosos o artificiales.
De hecho, ante sus inconformidades, tendían a ser convencionales en la
superficie, precisamente lo contrario a los inconformistas menos
auto-actualizados que tienden a ser más dramáticos. Así mismo, estas
personas tenían una cierta frescura en la apreciación; una habilidad para ver cosas, incluso ordinarias, como preciosas. Por consiguiente eran creativos, inventivos y originales. Y, finalmente, tenían una tendencia a vivir con mayor intensidad las experiencias que el resto de las personas. Una experiencia pico, como le llama el autor, es aquella que te hace sentir como fuera de ti; como perteneciente a un Universo; como pequeño o grande en virtud de tu pertenencia a la naturaleza. Estas experiencias tienden a dejar una huella sobre las personas que las viven, cambiándoles a mejor; muchas gentes buscan estas
experiencias de forma activa. También son llamadas experiencias
místicas y constituyen parte importante de muchas religiones y
tradiciones filosóficas. No obstante, Maslow no cree que los
auto-actualizados sean personas perfectas. También descubrió una serie
de imperfecciones a lo largo de su análisis: en primer lugar, con
bastante frecuencia sentían ansiedad y culpa; pero una ansiedad y culpa
realistas, no neuróticas o fuera de contexto. Algunos de ellos eran
«idos» (ausentes mentalmente). Y por último, algunos otros sufrían de
momentos de pérdida de humor, frialdad y rudeza.

Metanecesidades y metapatologías

Otra forma en que Maslow aborda la problemática sobre lo que es
auto-actualización, es hablar de las necesidades impulsivas (por
supuesto, las B-needs) de los auto-actualizadores. Necesitaban lo
siguiente para ser felices: Verdad, en vez de la deshonestidad. Bondad, mejor que maldad. Belleza, no vulgaridad o fealdad. Unidad, integridad y trascendencia de los opuestos, en vez de arbitrariedad o elecciones forzadas. Vitalidad, no podredumbre o mecanización de la vida. Singularidad, no uniformidad blanda. Perfección y necesidad, no inconsistencia o accidentalidad. Realización, en vez de ser incompleto. Justicia y orden, no injusticia y falta de ley. Simplicidad, no complejidad innecesaria. Riqueza, no empobrecimiento ambiental. Fortaleza, en vez de constricción. Juguetonería, no aburrimiento, ni falta de humor. Autosuficiencia, no dependencia. Búsqueda de lo significativo, no sensiblería. De primera vista, se podría pensar que obviamente todos necesitamos esto. Pero, detengámonos un momento: si estás
atravesando un periodo de guerra o depresión, estás viviendo en un gueto
o en un entorno rural muy pobre, ¿te preocuparías por estas cuestiones o
estarías más ocupado en cómo conseguir comida y techo? De hecho, Maslow
cree que mucho de lo malo que hay en el mundo actualmente viene dado
porque no nos ocupamos demasiado en estos valores, no porque seamos
malas personas, sino porque ni siquiera tenemos nuestras necesidades
básicas cubiertas. Cuando un auto-actualizador no llena estas
necesidades, responde con metapatologías, una lista de
problemas tan largo como la lista de necesidades. Para resumirlas
diríamos que cuando un auto-actualizador es forzado a vivir sin estas
necesidades, desarrollará depresión, invalidez emocional, disgusto,
alineación y un cierto grado de cinismo. Hacia el final de su vida, el
autor dio el impulso a lo que se llamó la cuarta fuerza en
psicología. Los freudianos y otros psicólogos «profundos» constituían
la primera fuerza; los conductistas, la segunda; su propio humanismo,
incluyendo a los existencialistas europeos, eran la tercera fuerza. La
cuarta fuerza fue la psicología transpersonal, la cual,
partiendo de los filósofos orientales, investigaron cuestiones como la
meditación, niveles altos de conciencia e incluso fenómenos
paranormales. Probablemente, el transpersonalista más conocido hoy en
día sea Ken Wilber, autor de libros como The Atman Project y The History of Everything.
Discusión
Maslow ha sido una figura muy inspiradora dentro de las teorías de
personalidad. En la década de los 60 en especial, las personas estaban
cansadas de los mensajes reduccionistas y mecanicistas de los
conductistas y psicólogos fisiológicos. Buscaban un sentido y un
propósito en sus vidas, incluso un sentido mucho más místico y
trascendental. Maslow fue uno de los pioneros en ese movimiento de traer
nuevamente al ser humano a la psicología y a la persona a la
personalidad. Casi al mismo tiempo, otro movimiento se estaba
gestando; uno de esos que dejaría a Maslow fuera de combate: los
ordenadores y el procesamiento de la información, así como las teorías
racionalistas tales como la teoría del desarrollo cognitivo de Piaget y
la lingüística de Noam Chomsky. Todo esto se convertiría en lo que hoy
llamamos el movimiento cognitivo en psicología. Justo cuando el
humanismo se iba ocupando de los problemas de drogas, astrología y
auto-indulgencia, el cognitivismo proveyó a los estudiantes de
psicología aquello que andaban buscando: las bases científicas. Pero
no debemos perder el mensaje: la psicología es, en primer y más
importante lugar, lo humano; lo que atañe a las personas, a personas
reales en vidas reales y no tiene nada que ver con modelos informáticos,
análisis estadísticos, comportamientos en ratas, puntuaciones de tests y
laboratorios. Algunas críticas Quitando lo anterior, hay pocas críticas que se le puedan hacer a la teoría misma de Maslow. La crítica más común concierne a su metodología: el escoger a un número reducido de personas que él mismo consideraba auto-actualizadores, luego leer sobre ellos o hablar con ellos y llegar a conclusiones acerca de lo que es la auto-actualización en primer lugar,
no suena a buena ciencia a mucha gente. En su defensa, podríamos
puntualizar que él entendía esto y consideraba su trabajo simplemente
como un punto de partida. Esperaba que otros partieran de este punto y
siguiesen desarrollando la idea de una manera más rigurosa. Es curioso
que Maslow, el que se ha llamado el padre del humanismo americano, haya
empezado su carrera como conductista con una gran convicción
fisiológica. De hecho, él creía en la ciencia y con frecuencia basaba
sus ideas en la biología. Simplemente, quiso ampliar la psicología al
querer incluir lo mejor de nosotros, así como lo patológico. Otra
crítica, más difícil de contraatacar, es que Maslow pusiera tanta
limitación en la auto-actualización. En primer lugar, Kurt Goldstein y
Carl Rogers utilizaron una frase para referirse a lo que todo ser
viviente hace: tratar de crecer, a ser más, a satisfacer su destino
biológico. Maslow lo redujo a solo el dos por ciento de lo que la
especie humana logra. Y mientras que Rogers defendía que los bebés son
el mejor ejemplo de auto-actualización humana, Maslow lo consideraba
como algo que solo se alcanza raramente y en los jóvenes. Otra
cuestión es que él se ocupa de cuánto nos preocupamos por nuestras
necesidades básicas antes de que la auto-actualización entre en escena. Y
sin embargo, podemos encontrar muchos ejemplos de personas que exhiben
aspectos propios de la auto-actualización han estado lejos de haber
tenido sus necesidades básicas llenas. Muchos de nuestros mejores
artistas y autores, por ejemplo, sufrieron de pobreza, mala crianza,
neurosis y depresión. ¡Incluso a alguno podríamos llamarle psicótico! Si
pensamos en Galileo, que defendía ideas de las que se retraería, o en
Rembrandt, que apenas podía dejar comida en una mesa, o Toulouse
Lautrec, cuyo cuerpo le atormentaba o van Gogh quien, además de pobre,
no estaba muy bien de la cabeza, sabrán muy bien a qué nos referimos.
¿no pertenecían estas personas a algún tipo de auto-actualización? La
idea de que los artistas y poetas y filósofos (¡y psicólogos!) son raros
es tan común porque ¡hay mucho de verdad en ello! También tenemos el
ejemplo de personas que fueron creativos de alguna forma mientras se
encontraban en campos de concentración. Por ejemplo, Trachtenberg
desarrolló una nueva forma de hacer aritmética en un de estos campos.
Víctor Frankl desarrolló su aproximación terapéutica también en un
campo. Y hay muchos más ejemplos. Y también hay otros ejemplos de
personas que fueron creativos mientras eran desconocidos y al alcanzar
el éxito dejaron de serlo. Si no nos equivocamos, Ernest Hemingway es un
ejemplo. Quizás todos estos ejemplos sean excepciones y la jerarquía de
necesidades se mantiene como fundamental en la generalidad. Pero desde
luego, las excepciones nos dan que pensar. Nos gustaría sugerir una
variación a la teoría de Maslow que podría ser de ayuda. Si consideramos
la actualización como Goldstein y Rogers la usan, es decir, como una
«fuerza vital» que guía a todas las criaturas, podemos ser capaces
también de ver que hay varias cosas que interfieren con la consecución completa
de esa fuerza de vida. Si somos deprivados de nuestras necesidades
físicas básicas, si estamos viviendo bajo circunstancias amenazantes, si
estamos aislados de los demás, o si no tenemos confianza en nuestras
habilidades, podremos seguir sobreviviendo, pero no viviendo. No
estaremos actualizando completamente nuestros potenciales, e incluso no seremos muy capaces de entender que existen personas que actualizan a pesar de la deprivación. Si consideramos las necesidades de déficit separados de
la actualización y si hablamos de una auto-actualización completa
en vez de auto-actualización como una categoría separada de
necesidades, la teoría de Maslow se entrelaza con otras teorías, y
aquellas personas excepcionales que logran el éxito en medio de la
adversidad pueden entonces considerarse como héroes en vez de rarezas.

Bibliografía

Los libros de Maslow son fáciles de leer y están llenos de ideas interesantes. Los más conocidos son Toward a Psychology of Being (1968), Motivation and Personality (first edition, 1954, and second edition, 1970), and The Further Reaches of Human Nature (1971) Finalmente, hay muchos artículos escritos por Maslow, especialmente en el Journal of Humanistic Psychology, de la que fué co-fundador. Para una información amplia en castellano, utilice un buscador web y teclee «Maslow». Recomendamos una página de economía aplicada que aparece en
uno de los enlaces.(n.t.)