Actitud del adolescente frente al duelo, la negación

Con respecto a los tres duelos que atraviza el adolescente se puede decir que “… el individuo pacta implícitamente con la “sociedad”, comprometiéndose a renunciar a los beneficios de una etapa, por ejemplo, la niñez, y a aceptar ciertas restricciones para poder optar por los beneficios de la siguiente etapa, la adultez. Vamos asimilándonos gradualmente a nuestra cultura a través de una sucesión de pactos, y nos hacemos complacientes y coherentes con las instituciones aceptadas. Aceptamos los roles que nos han sido asignados y funcionamos según ellos.”
Con respecto a el proceso de adaptación que el sujeto realiza y el como finalmente se acepta todo aquello que en un principio parece insoportable para el adolescente:
Frente a la elaboración de todos estos duelos el adolescente actuará en un primer momento desde la negación, esta negación puede ser manifiesta o inconsciente a cerca de estas perdidas que ha sufrido. En un primer momento el sujeto no se dará el tiempo suficiente para asimilar todo esto que lo invade, en lugar de esto lo que hará será evitar a como de lugar los momentos de soledad, intentando disolverse en un conjunto de identificaciones proyectivas que lo llevaran a unirse aun mas a grupos sociales determinados los cuales buscara para encontrar una salida fácil a todos estos asuntos que lo desbordan tanto desde su interior como desde el mundo exterior.
Finalmente el individuo deberá comprender (en el arduo transitar por la adolescencia) que se enfrenta “con un verdadero duelo por las cosas que ya no volverá a tener. Es el duelo, por las diferentes perdidas: por lo años de juventud que quedaron atrás y no se recuperaran, por las posibilidades frustradas, por todo lo ambicionado y no alcanzado, por el tiempo perdido.”, esto es con lo que se encontrara al terminar su adolescencia, pero a la vez el asumir estas perdidas y elaborar estos duelos serán claves para la obtención de la identidad adulta.
En la adolescencia los “cambios psicológicos que se producen en este periodo y que son el correlato de cambios corporales, llevan a una nueva relación con los padres y con el mundo. Ello solo es posible si se elabora lenta y dolorosamente el duelo por el cuerpo  de niño, por la identidad infantil y por la relación con los padres de la infancia”.