ACTUALIDAD: El género ¿es innato? Introducción

El género ¿es innato?

MIRTA LA TESSA Y SANTIAGO PEIDRO 

Reflexiones sobre el film “Yo nena, yo princesa. Experiencia trans de una niña de cinco años”

Introducción.

No es la intención hacer un abordaje psicopatológico ni arriesgar un diagnóstico ya sea de la niña del film o de su madre, sino que el objetivo es pensar la tensión que se produce entre la llamada sexuación en términos psicoanalíticos por un lado, y la primacía actual del discurso de género por el otro. Esta se produce considerando que desde el psicoanálisis lacaniano, el género se ubica en un sistema de identificaciones simbólicas e imaginarias que no agota la relación del sujeto con su sexo que es también real. “Si bien la teoría de género contiene sin duda un núcleo de verdad, a saber, que en la sexuación no todo es anatómico, reactualiza la vieja idea de una dualidad entre cuerpo y espíritu” (MOREL 2000, 186). Desde esta perspectiva, el género sería una  suerte de alma sexual verdadera.

Para abordar esta tensión, nos interesa recuperar una referencia de la conferencia que este año dictó en Buenos Aires la teórica italiana post-estructuralista, Teresa de Lauretis, quién acuñó el término de teoría Queer[1] en los años 90. En su exposición[2], manifestó que cuando ella sugirió ese término, se había propuesto indagar acerca de las sexualidades, pero con el correr del tiempo, los discursos de la identidad de género fueron obturando las investigaciones sobre sexualidad, aminorando su fuerza y perdiendo su poder transformador. De esta manera, de acuerdo con De Lauretis, la potencialidad de la sexualidad infantil propuesta por Freud, junto con la noción de pulsión de muerte y la concepción de las zonas erógenas de las pulsiones parciales que la autora ya venía trabajando en su libro Freud’s drive: Psychoanalysis, Literature and film; fue desplazada por las políticas de identidad LGTTBI que perdieron la oportunidad de hacer desplegar la mencionada sexualidad inconsciente.

De todas maneras, como señala la filósofa norteamericana Judith Butler, la tarea de los diferentes movimientos por la diversidad sexual “consiste en distinguir entre las normas y convenciones que permiten a la gente respirar, desear, amar y vivir, y aquellas normas y convenciones que restringen o coartan las condiciones de vida” (BUTLER 2006, 23). De este modo, no se trata de restar valor a los logros alcanzados por los distintos movimientos LGTTBIQ en materia de derechos civiles, sino de subrayar lo que queda velado cuando se da preferencia a las políticas de las identidades de género por sobre lo que, en términos lacanianos, se denomina goce.

Reflexiones en torno del film

Entretanto, podemos afirmar que en la clínica del psicoanálisis, los malos entendidos en torno a las identificaciones sexuales no escasean y esto no es en absoluto exclusivo de los sujetos trans. Pero podemos sostener, como indica Laia, que el sujeto transexual nos presenta en una suerte de “slow motion el malentendido que los no transexuales portan en sus cuerpos porque, en muchos de estos otros casos, la norma fálica, la partición entre `hombre y mujer´[3] confiere una velocidad tal a la asociación entre la anatomía y la identidad sexual que no les permite percatar el abismo que hay entre una y otra” (LAIA 2013, 320).

La ley de Identidad de Género argentina garantiza derechos civiles y permite a cualquiera que se considera segregado por un Otro social por no vivir conforme a la “verdad” de lo que hay entre sus piernas, habitar el mundo de un modo menos cruento. Sin embargo desde la invención del psicoanálisis y con la conceptualización del inconsciente, sabemos que el yo consciente no siempre sabe lo que dice. El psicoanalista francés Jean Laplanche sostiene que la sexualidad viene del Otro y se implanta en el recién nacido como un mensaje enigmático imbuido de las fantasías sexuales de los progenitores que operarán como una astilla en la piel, como un virus silencioso que adoptará diversas formas en la pubertad y la adultez. La narración que se efectúe sobre ese mensaje enigmático siempre será insuficiente. “Siempre dará lugar a un resto” ya que “felizmente ninguna narración será esa narración perfecta que justamente llegue a reducir el enigma”. (DANON Y LAURU 2009). Algo similar plantea Lacan cuando sostiene que “un mensaje descifrado puede seguir siendo un enigma” (LACAN 1973, 579). Es decir, aquello que se pueda afirmar desde la manifestación consciente del yo, o de una identidad de género, poca luz arroja sobre el enigma de lo sexual. Ni siquiera el inconsciente o el fantasma bastan para interpretarlo todo. Persiste lo ininterpretable, lo real que no se deja identificar y que no puede atraparse por la vía de los sentimientos, que siempre engañan. Las palabras y las identidades no son suficientes para nombrar la cosa sexual, eso que Lacan llamó como goce y se impone como un real innombrable ausente de ley.

Es imposible, por lo tanto, legislar sobre aquello que irrumpe e insiste sin responder ni acatar ninguna ley. Ese es tal vez el punto más álgido que existe entre el psicoanálisis y las ideas que se desprenden de las políticas de identidades de género basadas en un yo consciente que parecería inmune a la imposición de un real sexual que no deja de cuestionar sobre qué es un hombre y qué una mujer.

Si el nominalismo de género logra otorgar un sentido al malentendido estructural, ese sentido alcanzado, sea para los transexuales como para los bisexuales, no garantiza que el goce cese de agitar los cuerpos de modos inquietantes a lo largo de toda la vida.   

Para finalizar, creo que valen las palabras de Judith Butler para pensar el lugar de la infancia en relación a las políticas de las identidades de género, puesto que “los niños no tienen porqué tomar sobre sí la responsabilidad de ser los héroes de un movimiento sin haber aceptado previamente dicho rol” (BUTLER 2006, 22).

Santiago Peidro. Es becario doctoral (CONICET). Licenciado en Psicología (UBA). Es ayudante de trabajos prácticos en la Cátedra “Nuevas presencias de la sexualidad: el debate sobre la construcción de la diferencia de los sexos” (Facultad de Psicología – UBA) y miembro del módulo de investigación “cultura y sexuación” perteneciente al Departamento de Estudios sobre la familia – Enlaces, del Centro de Investigaciones del Instituto Clínico de Buenos Aires del Campo Freudiano.

Referencias.

BENÍTEZ, I. (2013) “Los niños trans existen y quieren ser felices”. En Inter Press Service. Recuperado de www.ipsnoticias.net/2013/11/los-ninos-trans-existen-y-quieren-ser-felices/

BUTLER, J. (1993) Cuerpos que importan. Buenos Aires, Paidós, 2008.

BUTLER, J. (2006) Deshacer el género. Buenos Aires, Paidós, 2010.

DANON, G. y LAURU, D. (2009) “Entrevista con Jean Laplanche”. En Enfances & PSY, 2002-1, nº 17, 9-16. Recuperado de http://www.revistaalter.com/Revistas/Numero1/Entrevista_con_JeanLaplanche.htm

DE LAURETIS, T. (2014) “Género y teoría Queer”. Conferencia dictada en el Centro Cultural de la Cooperación de Buenos Aires el 29/04/14.

LACAN, J. (1969-1970) El Seminario. Libro 17. El Reverso del Psicoanálisis. Buenos Aires, Paidós, 1992.

LACAN, J. (1980) “Le malentendu”. En Ornicar?, 1981, nº 22-23,11-14.

LACAN, J. (1973) “Introducción a la edición alemana de un primer volumen de los Escritos” en Otros escritos. Paidos, Buenos Aires, 2012.

LAIA, S. (2013) “Identidad, diversidad y diferencia de los sexos” en Mónica Torres, Graciela Schnitzer, Alejandra Antuña y Santiago Peidro (comp.) Transformaciones. Ley, diversidad, sexuación. Buenos Aires, Grama ediciones, 2013, 311-323.

MOREL, G. (2000) Ambigüedades sexuales. Buenos Aires, Manantial, 2002.

VALENZUELA, N. (2014) “No soy un niño, soy una princesa”. En El quinto poder. Recuperado de www.elquintopoder.cl/genero/no-soy-un-nino-soy-una-princesa/

 

[1]      Las teorías queer se ocupan de poner en acto las diversidades sexuales en coalición con otras diversidades, articulando los discursos y prácticas gays y lesbianas en relación con el género, la raza, la clase y demás variables.

 

[2]      Conferencia dictada en el Centro Cultural de la Cooperación de Buenos Aires el 29/04/2014: “Género y teoría Queer”.

 

[3]      Vale la pena mencionar aquí, en desacuerdo con el autor citado, que la norma fálica no es equivalente a la partición hombre/mujer.