ACTUALIDAD: Se realizó en la Facultad el III Congreso Internacional de Salud Mental y Sordera (UBA)

ACTUALIDAD: Se realizó en la Facultad el III Congreso Internacional de Salud Mental y Sordera

Entre los días 20 y 22 de marzo tuvo lugar en la Facultad
de Psicología de la UBA el III Congreso Internacional de
Salud Mental y Sordera, un encuentro único en su género
y reconocido en el exterior por su mirada particular, que
se adentra en la subjetividad de la persona sorda, en
contraposición a la perspectiva médica y rehabilitatoria.
El tema convocante de este sexto encuentro nacional y
tercero a nivel internacional fue: “Una nueva mirada de la
sordera: en lo personal, familiar y social”. Se abordaron
los novedosos aportes terapéuticos, los nuevos roles
y vínculos en educación y familia, como así también los
cambios culturales y sociales en relación a la discapacidad
auditiva.
Desde sus inicios, el Congreso constituye un lugar de
referencia para el encuentro de profesionales nacionales
y extranjeros, quienes se enriquecen con el intercambio
de experiencias y conocimientos científicos. En esta
oportunidad, participaron reconocidos profesionales de
América Latina, Europa y Estados Unidos, tales como
Irene Leigh, coordinadora del departamento de Psicología
de la Universidad de Gallaudet; Jean Michel Delaroche,
psiquiatra y psicoanalista de Paris, especializado en
abordajes terapéuticos en centros de salud para la
atención del niño y adolescente sordo; y Alejandro Oviedo,
sociólogo y lingüista venezolano.
Según la presidente del Congreso, Marta Schorn, la
importancia del encuentro llevado a cabo en la Facultad
de Psicología radica en su énfasis en la subjetividad de la
persona sorda y su particular mirada sobre la misma. “La
persona sorda -niño, adolescente o adulto- no tiene que
ser vista como un sujeto diferente, sino como una persona
con necesidades especiales que requiere del Otro para
poder ser un sujeto pleno unido a su identidad”, afirmó
Schorn.
Fragmentos de las conferencias centrales
Competencia multicultural y el Profesional de Salud
Mental: el respeto de la unidad y la diversidad de la
Comunidad Sorda
Por Irene Leigh
¿Qué sucede cuando empezamos a trabajar con personas
sordas o con problemas de audición que necesitan
tratamiento de salud mental? ¿Cómo hacer frente a la
interfaz entre las normas culturales de personas oyentes
y sordas?
Es un error común pensar que todas las personas sordas
son iguales, que están aisladas en su propia comunidad
sorda, unidas entre sí y separadas de la sociedad oyente,
lo que refuerza el aislamiento. Las personas sordas son
diversas. Piensen en su estilo de comunicación, el uso del
lenguaje, el nivel educativo, las fortalezas y vulnerabilidades.
Piensen acerca de sus diferentes patrimonios culturales.
Demasiadas personas han hecho preguntas tales
como: ¿Qué eres primero?, ¿negro o sordo? ¿Qué eres
primero?, ¿brasileño o sordo? Sin embargo, es un mito
que el carácter común de ser sordos o hipoacúsicos
siempre borra la influencia de la pertenencia a un grupo
diverso (Leigh, 2010). Esto sugiere que ser sordo implica
comprender las cuestiones culturales de los sordos que
son diferentes de la herencia cultural de los oyentes,
dentro de la cual la persona sorda ha nacido, y que son
ambos componentes por separado los que constituyen la
identidad de la persona sorda.
La cultura sorda. Notas para abordar un concepto
emergente
Por Alejandro Oviedo
En los últimos años está en uso cada vez más frecuente la
frase “cultura sorda”. No sólo en la literatura especializada
sobre la sordera, sino además en muchas páginas de la
red y entre las personas sordas de diferentes países. El
término fue acuñado primero por algunos estudiosos y se
lo adoptó luego en la vida cotidiana, donde cobró nuevos
significados, que a su vez otros estudiosos tratan ahora
de precisar.
Uso la palabra “emergente” para hablar de la cultura
sorda, porque para comprender este fenómeno no bastan
nos obliga a improvisar sobre la marcha un discurso que
ordene la realidad que observamos entre los sordos, para
así poder comprenderla.
Una de las más grandes dificultades que se encuentran
al abordar este tema es establecer a quiénes debemos
considerar miembros de esta cultura. Por otro lado, intentar
comprender lo que es la cultura sorda implica enfrentarse
a un enorme volumen de datos en ciertos aspectos, y
una inopia radical en ciertos otros. Hasta ahora no es
mucho lo que se ha logrado, como afirmé antes, pero sí
es promisorio e interesante y lo voy a resumir, un tanto
arbitrariamente (prerrogativa que le da a uno el ser autor),
a partir del desarrollo de cuatro afirmaciones generales:
1. Siempre ha habido sordos en el mundo.
2. Los sordos sustituyen con la vista y los gestos lo que
les niega el oído.
3. El entorno social, en ciertas circunstancias, puede
llevar a los sordos a formar comunidades minoritarias con
características equivalentes a las de los colectivos oyentes.
4. En los contextos que les corresponde vivir, los sordos
desarrollan una peculiar manera de sentir, de ver el mundo
y de actuar. El término cultura sorda es un modo de
nombrar esto.

La mentalización en la práctica clínica con pacientes
sordos- EMRD para la sordera
Por Annette Aspered
En la última década, investigaciones pioneras se han
dedicado al estudio a la mentalización y la capacidad para
mentalizar –la habilidad para interpretar el comportamiento
propio y el de los demás en términos de estados mentales
intencionales, como deseos, necesidades, sentimientos y
creencias.
Algunos pacientes no se benefician lo suficiente con
algunas formas de tratamiento o con medicación. Hemos
notado con nuestros pacientes clínicos en Älvsjö, que los
pacientes sordos frecuentemente tienen dificultades con
la mentalización y la regulación de los afectos. Un alto
porcentaje de ellos sufre de traumas severos.
No es un desafio menor entender cómo la medicación
funciona o cómo la psicoterapia individual ayuda.
Pero con nuestros pacientes pudo demostrarse
que el uso clínico del EMDR es una gran ayuda
para ellos. Como una forma de terapia integrativa
llegamos al paciente desde una variedad de formas.
Las madres en los momentos posteriores al
diagnóstico. Del shock a los intentos de reorganización
Por Ruth Kazez
El momento en que se recibe el diagnóstico acerca de
alguna situación que afecta a un hijo pone en jaque los
recursos anímicos con los cuales los padres y la familia
cuentan para afrontarla. Tenemos tres elementos, por un
lado la organización previa de cada integrante de la familia
y del grupo familiar, el contexto actual y el tipo de situación
que la realidad presenta. El denominador común para cada
uno de los padres en estos casos es el sentimiento de
quiebre y de pérdida respecto de las expectativas, no sólo
respecto de ese hijo sino también respecto de sí mismos.
A raíz de esta situación, se producen una serie de
movimientos anímicos en cada integrante de la familia,
que tarde o temprano realizarán reubicaciones: de
sus prioridades, de sus proyectos vitales, así como un
replanteamiento de los conflictos que existían antes de
conocerse el diagnóstico. Lo anterior no queda borrado
por lo nuevo, sino que se compone una nueva organización
familiar en donde el impulso generador se ubica en la
madre.