La adolescencia y posmodernidad: La madurez intelectual (metafísica de la adolescencia, Piaget)

Adolescencia – La madurez intelectual – Piaget

La madurez intelectual
Si para Piaget el adolescente era un creador de teorías, un metafísico por excelencia, el adulto debía ser capaz de poner tal habilidad en conjunción con la realidad que lo rodeara. La realidad acotaría sus teorías, las haría sensatas, realistas. La utopía adolescente quedaría superada.
La etapa de las utopías era imprescindible para este autor como pasaje para la madurez de la inteligencia. Decía Piaget:
«Pero se percibe en general, al comparar la obra de los individuos con su antiguo comportamiento de adolescentes, que aquellos que, entre los quince y los diecisiete años, no han construido nunca sistemas que inserten su programa de vida en un amplio sueño de reformas, o aquellos que, al establecer su primer contacto con la vida material han sacrificado totalmente su quimérico ideal a sus nuevos intereses de adultos, no han sido los más productivos. La metafísica de la adolescencia, así como sus pasiones y su megalomanía son, por tanto, auténticas preparaciones para la creación personal y el ejemplo del genio muestra que existe siempre una continuidad entre la formación de la personalidad, a partir de los doce años, y la obra posterior del hombre.»
La posmodernidad no inspira la pasión metafísica en los adolescentes, sí espera que éstos como los adultos sean productivos en términos de creatividad. Si seguimos a Piaget, ¿qué ocurrirá con aquellos que no hayan tenido una adolescencia de este tipo, apasionada, idealista, creadora de teorías omnipotentes?, ¿podrá ocurrir que una época que privilegia la creatividad la ponga en peligro al alterar las etapas del desarrollo? Nos encontramos con conceptos que exigen ser repensados a la luz de las condiciones actuales y que desdibujan el concepto de adulto.