Adolescencia y sentimiento de identidad: integración social, identificación proyectiva e introyectiva

En cuanto al vínculo de integración social este se establece a partir de dos mecanismos básicos mediante los cuales se relacionan aspectos tanto del self como de los objetos, estos mecanismos son los de la identificación proyectiva e introyectiva.
La identificación “comprende el conjunto de mecanismos y funciones que determinan como resultado el activo proceso estructurante que ocurre dentro del yo, sobre la base de la selección, inclusión y eliminación de elementos provenientes de objetos externos y/o internos que formaran los componentes que ampliaran la estructura rudimentaria del yo en los primeros instantes de la vida”. Entendido esto como identificación, es lógica la relación que se establece entre esta y el sentimiento de identidad, solo lo seleccionado y procesado a nivel tanto consciente como inconsciente llegara a reflejarse luego en la identidad del individuo. La identificación es un mecanismo inconsciente que genera cambios duraderos en el tiempo para el sujeto.
A su vez la identificación proyectiva es aquella mediante la cual se establece una relación de empatia frente al objeto, ya que posibilita al sujeto ponerse en el lugar del otro, haciendo que se identifique con elementos del objeto para poder establecer un vínculo afectivo con él. Estas identificaciones emergen en cada etapa del desarrollo en busca de objetos fantaseados, en la adolescencia (etapa genital) se podría manifestar con la inclusión de pares y pareja sentimental en esta identificación, otras palabras, la elección de objeto estará influida por esta.
La identificación y el servicio que presta al vínculo de integración social, la identificación introyectiva en Rinberg se refiere a ¨parte del desarrollo normal¨. La madre, y en realidad, primeramente el pecho es el primer objeto de los procesos introyectivos del bebé. La internalización es de gran importancia para los procesos proyectivos y, en particular, el buen pecho internalizado actúa como un punto focal en la formación del yo, desde el cual pueden provocarse los sentimientos buenos; y esa es la precondición para lograr un yo integrado y estable y buenas relaciones objetales”; así mismo la identificación introyectiva llevaría a una influenza mayor en el núcleo del self y por tanto de la identidad del sujeto. Su labor no solo se manifiesta en los años tempranos del individuo sino, igualmente, en el transcurso de su vida, siendo la adolescencia una etapa cumbre en la utilización de este proceso.
El sujeto nace con una carga constitucional que posibilita su desarrollo y relaciones de objeto, sin embargo es en el roce social donde introyecta ciertas habilidades que le ayudaran en el desenvolvimiento cultural influye en la construcción de la identidad. La cual al ser “La capacidad de seguir sintiéndose el mismo en la sucesión de cambios, forma la base de la experiencia emocional de la identidad. Implica mantener la estabilidad a través de circunstancias diversas y de todas las transformaciones y cambios del vivir.” Es influida de gran manera por el ámbito social en el cual se desenvuelve el sujeto, espacio este en constante cambio para el adolescente.
Sin embargo dentro de este aspecto social se debe diferenciar el “ser algo” al funcionar “como algo”, es decir, el imitar más que introyectar es lo que fundamenta el proceso de formación. El funcionar como algo podría desencadenar en la utilización y establecimiento de una pseudo-identidad, esta entendida como cuando el sujeto toma y expresa partes de si que no dan cuenta de lo que realmente es, proyectando sin introyectar realmente.

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