Adolescentes con problemas con la ley: intervención

Adolescentes con problemas con la ley: intervención

Volver a » Educación social: Adolescentes con problemas con la ley«

Etapas de intervención

Esta división de la intervención en diferentes etapas tiene un fin puramente analítico, ya que no podemos pensar en una ejecución tan esquemática. Es un marco, una guía que orienta la acción educativa, estableciendo un orden una secuencia general, que será personalizada en cada acción especifica que se realiza junto al adolescente.
En el presente apartado intentaremos realizar una descripción general de los pasos que seguimos en nuestra intervención, desde la derivación judicial, hasta el egreso del adolescente del programa. Es una descripción general que no pretende ser un programa rígido y estructurado que se debe seguir a pie juntillas.

1.Entrevista en sede judicial, el encuadre de la intervención.
2.Evaluación de la situación personal y familiar, así como de las necesidades educativas. Trabajo de responsabilización por la infracción.
3.Presentación de la evaluación al equipo de trabajo y definición de las estrategias básicas de la intervención.
4.Trabajo educativo partiendo de los intereses y metas del o la joven. Apoyo y seguimiento del logro de las metas.
5.Preparación y concreción del egreso.

La intervención procura desarrollar estrategias de transmisión de contenidos que se fueron construyendo y mejorando de entrevista a entrevista, adquiriendo cierto formato estándar en tanto fueron eficaces en el trabajo con los jóvenes que transitaron por el programa. El abordaje de los contenidos es un vehículo apropiado para que el joven adquiera “herramientas culturales”. En ese sentido las estrategias de búsqueda de empleo, el apoyo para la formación laboral o educación formal, la adquisición de habilidades sociales, el desarrollo de la conciencia crítica, etc., son esenciales para su inclusión. La responsabilidad del educador es  transmitir con éxito el contenido cultura considerado útil, y estará en manos del joven apropiarse de esos contenidos.  Dichos contenidos implican una oferta hacia el joven en el marco de la concreción de sus proyectos, no aplicados como paquete, sino tomando en cuenta su individualidad y opinión
Respecto a los contenidos de la educación son varios los autores  que desde la pedagogía, la psicología de la educación, etc., aportan elementos interesantes, sobre los cuales nos hemos basados para el presente trabajo. En el mismo sentido hay algunos desarrollos específicos de los contenidos de la educación social , que utilizaremos como guía para este apartado.
La temática de la definición de los contenidos está indefectiblemente relacionada con los objetivos que se pretenden alcanzar y con la metodología utilizada para su transmisión. Al respecto es interesante lo que plantea Violeta Núñez con relación a que “la dimensión verdaderamente creativa en la educación social está tanto en el planteamiento de contenidos valiosos en el contexto social amplio (esto es, que respondan a la actualidad cultural y a las exigencias de lo social), como en saber transmitir dichos contenidos, de manera tal que los sujetos puedan realizar un verdadero trabajo de apropiación de éstos».
Producto de la experiencia en el trabajo educativo con jóvenes responsables de infracciones a la ley penal hemos definido las siguientes áreas de contenidos y algunos contenidos que las integran:
IDENTIDAD: esta área de acción educativa es clave ya que implica su reconocimiento como persona con derechos. Así el reconocimiento de la identidad personal, apoyo para la tramitación de documentación (cédula de identidad, partidas de nacimiento, etc.), inscripción en el registro o reconocimiento de los padres, son temas fundamentales para el trabajo con los jóvenes.
De la misma forma son trabajados algunos contenidos de historia, muchas veces elementales pero que apuntan a dar sentido a lo actual. Una opción es iniciar dicho trabajo partiendo del reconocimiento de su identidad e historia personal y familiar.
DERECHOS: Los derechos representar contenidos concretos que hacen a la difusión y formación  en torno a los derechos humanos en general y los de la niñez y adolescencia en particular. Por otro lado se trata también de un conjunto de contenidos que «hacen» y atraviesan a todos los demás. Así mismo forman parte del marco referencial del educador, como soporte ético y como guía de la acción educativa.
EDUCACIÓN Y CAPACITACIÓN: un alto porcentaje de la población atendida ha desertado o expulsado del sistema educativo, tanto a nivel de Primaria como de Secundaria, incluyendo también casos de jóvenes analfabetos.
En función de ello, esta área de contenidos tiene para nosotros una especial relevancia. En ella los contenidos que generalmente se proponen para el trabajo con los jóvenes son: el apoyo para la inserción en el sistema educativo formal; la alfabetización; orientación en las distintas opciones de capacitación en oficios; utilización de recursos comunitarios relativos a la formación (coordinación con instituciones y talleres de capacitación); “desarrollo de estrategias de estudio; búsqueda de estrategias de complementariedad del desarrollo de los cursos escolares”.
HABILIDADES SOCIALES: No puede establecerse una definición única respecto a las habilidades sociales, ya que depende de la perspectiva de los autores que han tratado el tema. Nos interesa rescatar la que define a las habilidades sociales como el “conjunto de conductas emitidas por el individuo en un contexto interpersonal que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de este individuo de un modo adecuado a la situación, respetando esa conducta en los demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas” . Esta definición merecería un análisis crítico, en el cual no nos detendremos en este momento, ya que excedería los objetivos de este trabajo,  por lo que la tomamos solo como un insumo para analizar este tema en concreto.
Dentro del área de habilidades sociales se abordan con mayor frecuencia las siguientes sub-áreas:
•Comunicación: desarrollo de habilidades verbales, no verbales, y de interacción personal.
•Desempeño social autónomo : Motivación para la circulación social y la interacción social con otros sujetos, así como la utilización de diferentes servicios que se encuentran en la comunidad –policlínicas, instituciones educativas, espacios de recreación y deporte, expedición de distintos documentos, etc.
•Reflexión sobre las emociones: analizar desde su experiencia lo que siente, sus reacciones frente a diferentes hechos, a fin de reflexionar sobre situaciones cotidianas, pudiendo desarrollar ciertas estrategias de previsión.
•Pensamiento Crítico: a diferencia de la adaptación acrítica o pasiva, es necesario desde lo educativo instrumentar una estructuración de contenidos que fomenten la reflexión a fin de que el sujeto no tome la realidad como “normal” sino que tienda a cuestionarla y así vaya formando un pensamiento crítico. Asimismo es clave el “desarrollo de las capacidades críticas y reflexivas del sujeto en torno a situaciones sociales (prensa, conflictos, publicidad, vida cotidiana, etc.)” .
•Convivencia: abordaje de distintas estrategias de resolución de conflictos interpersonales; así como el “desarrollo de mejores posibilidades relacionales grupales y sociales” .  
LABORAL: el área laboral es un reclamo constante de los y las adolescentes y jóvenes, no podemos descontextualizarlo de la situación social del país con un 15% de desempleo, miles de sub empleados o intentando “sobrevivir” en múltiples actividades informales (recolección y clasificación de residuos, limpiando parabrisas en las esquinas, vendiendo en los ómnibus, etc.).
Los contenidos abordados con mayor frecuencia son: orientación y apoyo para la búsqueda de empleo; realización de cartas, currículo para solicitar empleo; conocimiento y reflexión respecto a las reglas del mundo del trabajo, los derechos, las responsabilidades; desarrollo de distintas estrategias para el ingreso al mercado laboral.
RECREACIÓN Y DEPORTE: con el objetivo de “mostrar el mundo” y de propiciar la circulación social, se organizan diversas salidas recreativas al cine, teatro, estadio, etc.. Por otro lado se motiva la participación de los y las adolescentes en diferentes espacios, clubes juveniles, plazas de deportes, grupos de recreación, equipos de fútbol, artes marciales, etc.
SALUD: esta área de contenidos involucra dos componentes:
•Lo relativo a información sobre la promoción de formas de vida saludable; higiene y salud bucal; sexualidad, enfermedades de transmisión sexual, métodos anticonceptivos; consumo de sustancias psicoactivas; hábitos de higiene personal, etc.
•Lo relativo a la utilización de servicios de salud; obtención de la documentación para asegurarse la atención médica (carnet de asistencia y salud); conocimiento de los servicios de atención a los que puede recurrir, etc.
Estas áreas de contenidos no se plantean como un “paquete” a ser aplicado de forma rígida, sino que ofician de guía para orientar la acción educativa que lleva adelante el educador junto a el o la joven, para ello se parte de una evaluación de sus necesidades educativas a fin de poder personalizar una propuesta  acorde a sus intereses, necesidades y deseos.
Los contenidos deben ser significativos para el joven, dotados de sentido. Para ello se parte de lo conocido por él o ella, para desde allí caminar hacia rumbos diversos e inciertos, intentando rescatar la esperanza de un cambio posible, que en definitiva procure una vida mejor para el educando.
Desde lo que el joven conoce debemos ir más allá, ya que no hay educación en quedarse en lo sabido, siendo impostergable la búsqueda de nuevos aprendizajes, y la resignificación de lo conocido. Por otro lado debemos tener claro, como educadores, que toda transmisión de contenidos implica transmisión de valores y de ideología, ello nos debe motivar para plantear contenidos que promuevan la solidaridad y la conciencia crítica de los sujetos.
No es deseable, ni siquiera posible por suerte, escribir el proyecto de vida –destino- del sujeto de la educación, sino tan solo ofrecerle algunas herramientas de la cultura para que pueda, si lo desea, asirse de ellas en algún momento de su vida. La responsabilidad del educador es la de transmitir con éxito el contenido cultura considerado útil, es decir que favorezca el ejercicio de sus derechos, y será decisión del o la joven optar por ello o inclinarse por una forma alternativa de alcanzar recursos para cubrir sus necesidades y satisfacer sus intereses.