AGORAFOBIA Y PÁNICO. Génesis y mantenimiento: Activación fisiológica, sensaciones corporales

AGORAFOBIA Y PÁNICO.
Arturo Bados López
5 de diciembre de 2005 (universidad de Barcelona)

GÉNESIS Y MANTENIMIENTO:

ACTIVACIÓN FISIOLÓGICA, SENSACIONES CORPORALES.
La activación fisiológica puede ser producida o incrementada por factores que ya hemos visto: situaciones temidas, eventos estresantes, ansiedad elevada e hiperventilación. Se supone que la influencia combinada de diversos factores inductores de activación fisiológica hará que esta se intensifique, facilitando así respuestas más extremas ante la misma. Existen además otros factores, además de los enumerados un poco más arriba, que pueden producir o facilitar la aparición de sensaciones corporales.
– Problemas médicos como: a) trastornos endocrinos: hipoglucemia, hipertiroidismo, hipoparatiroidismo, síndrome de Cushing (debido a aumento de glucocorticoides por tumores suprarrenales o medicación) feocromocitoma (tumor de células secretoras de catecolaminas), hipercalcemia, problemas hormonales premenstruales o menopáusicos. b) Trastornos cardiovasculares: arritmias cardíacas, angina de pecho, infarto, taquicardia paroxísmica, hipotensión ortostática, hipertensión, prolapso de la válvula mitral. c) Trastornos respiratorios: asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica. d) Trastornos neurológicos: disfunción vestibular, epilepsia del lóbulo temporal, disfunción del lóbulo temporal, enfermedad de Huntington, esclerosis múltiple.
Factores biológicos como los cambios hormonales (p.ej., los que ocurren en la semana premenstrual) y la predisposición a tener sensaciones corporales en mayor número o más frecuentes, más intensas, más duraderas o más repentinas bajo ciertas condiciones tal como el estrés. Esta predisposición biológica podría estar relacionada con una hipersensibilidad de los receptores químicos centrales de CO2, una regulación anormal del sistema noradrenérgico, una sensibilidad alterada en los receptores cerebrales de las benzodiacepinas y una función reducida del ácido gammaaminobutírico. En el caso de que ciertos correlatos sean identificados claramente, hará falta determinar si son un factor de vulnerabilidad, un resultado del trastorno o bien una simple variable correlacionada con la agorafobia.
– Pensamientos e imágenes tales como pensamientos relacionados con algo que preocupa mucho (p.ej., un ataque de pánico) o con la muerte, o una imagen de uno mismo desplomándose. En otro punto se trata la importancia de diversas variables cognitivas (expectativas e interpretaciones) respecto a las respuestas somáticas y emocionales posteriores.
– Otros factores tales como: uso excesivo de cafeína, nicotina, marihuana, cocaína, anfetaminas o estimulantes; abuso de alcohol o de alucinógenos; abstinencia de barbitúricos, tranquilizantes menores, opiáceos, alcohol, antidepresivos o nicotina; resaca; excitación, ira; fatiga, falta de sueño; ejercicio, cambios posturales rápidos, calor; fluctuaciones circadianas; luces fluorescentes y comidas copiosas. Incluso la toma de antidepresivos y los métodos de relajación pueden producir activación fisiológica y reacciones paradójicas de ansiedad y excitación.
La percepción de las sensaciones corporales que ocurren por causas diversas se ve facilitada por una hipervigilancia o atención acrecentada hacia las mismas. Esto puede permitir ser consciente de ciertas sensaciones temidas que de otra forma serían pasadas por alto, percibir subjetivamente sensaciones que realmente no existen y aumentar la activación fisiológica. Esta hipervigilancia puede existir ya antes del trastorno agorafóbico y ser potenciada por la ocurrencia de episodios de ansiedad/pánico o bien puede desarrollarse a partir de dichos episodios.

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