Anna Freud: conocimiento y ayuda psicológica al niño. La etapa vienesa de Anna Freud: años de formación y despegue

Anna Freud, una vida dedicada al conocimiento y a la ayuda psicológica del niño

Reyes Vallejo Orellana*

– La etapa vienesa de Anna Freud: años de formación y despegue

Anna Freud (1895-1982) vino al mundo en Viena el 3 de diciembre de 1895, siendo la sexta y última hija de Sigmund Freud y Martha Bernays. Annerl, como era conocida familiarmente, empezó su escolarización a los seis años, luego accedió al Lyceum y posteriormente se formó como institutriz de escuela primaria, llegando a dominar, además de su lengua materna, el inglés, el francés y algo el italiano. Durante la Primera Guerra mundial comenzó a frecuentar las reuniones de la Asociación Psicoanalítica de Viena y cuando dio fin la contienda bélica trabajó bajo la dirección de Siegfred Bernfeld en un orfelinato de niños judíos, el Instituto Baumgarten, que fue fundado en Viena en 1919 en el antiguo Hospital Militar (1). Pronto se integrará en esta institución Wilhelm Hoffer y los tres empezaron a reunirse periódicamente, grupo al que se sumaría August Aichhorn, que era director de una institución municipal para reeducar a jóvenes delincuentes, llamada Oberhollabrün, que había sido fundada en 1918.
En octubre de 1918, Anna empieza a psicoanalizarse con su padre, controvertido análisis que se extendió, en principio, hasta la primavera de 1920, tratamiento que dio comienzo tras haber abandonado su profesión de institutriz para recuperarse de una tuberculosis pulmonar. En la primavera de 1924, reemprendió su análisis durante un año más, ya que mostraba un inadecuado dominio de los fenómeno transferenciales en sus tratamientos (2). Antes de ello, en 1921, conoció a Lou Andreas-Salomé, iniciando un provechoso contacto personal y de formación. Lou, por ejemplo, le supervisó la conferencia que pronunció el 31 de mayo de 1922 para ser admitida como miembro
en la Asociación Psicoanalítica de Viena, titulada Las fantasías de flagelación y las ensoñaciones, que tenía un contenido autobiográfico oculto (2).
En torno a 1922 Anna asiste como invitada a la clínica universitaria del profesor Wagner-Jauregg, donde era el primer ayudante Paul Schilder y el segundo ayudante Heinz Hartmann (3).
En 1923, pensaba instalarse en Berlín para continuar su formación y ejercer como analista, pero dio la cara el cáncer de paladar de su padre y se quedó para cuidarlo, misión que no abandonaría hasta su muerte. Por entonces, comienza su práctica psicoanalítica con pacientes adultos, pero muy pronto se ocupó del campo infantil, ya que por no ser médico sólo le estaba permitido trabajar con niños.
A finales de 1924, Anna había iniciado el tratamiento de una jovencita de 15 años llamada Minna, estableciendo paralelamente una sólida amistad con la madre de la chica, Eva Rosenfeld,
con quien fundó una escuela infantil de orientación psicoanalítica, que era dirigida por Eva. Anna estaba por estos años muy interesada por la experiencia de Vera Schmidt en Moscú, donde había fundado un Laboratorio-Hogar para Niños en 1921 con el fin de tratar pedagógicamente a chicos pequeños bajo directrices psicoanalíticas (4). En el otoño de 1925 tomaría en tratamiento a Bob, uno de los hijos Dorothy Burlingham, que sería su gran amiga; poco después se ocuparía también de sus tres hermanos (Mabbie, Tinky y Mikey).
Cuando en 1925 se crea el Instituto Psicoanalítico de Viena, Anna es nombrada secretaria, siendo directora Helene Deutsch y director adjunto Siegfried Bernfeld. En el seno de este Instituto, junto a Hoffer, Aichhorn y Bernfeld, pone en marcha un seminario dedicado al psicoanálisis infantil (Kinderseminar).
Anna Freud, Dorothy Burlingham y Eva Rosenfeld, convencidas del valor del psicoanálisis cara a la educación del niño, crean en 1929 una escuela infantil en la casa de la última de ellas, donde trabajó Erik Erikson, que fue analizado por Anna.
Por entonces, Anna Freud dictó una serie de conferencias para formar al personal que trabajaba en las guarderías de los barrios obreros de Viena y fue nombrada redactora del Zeitschrift für psychoanalytische Pädagogik, revista dirigida por Willie Hoffer, que desapareció en 1938 para ser reemplazada años después por The Psychoanalytic Study of the Child. En conexión con sus intereses de este período, Anna publica el libro Introducción al psicoanálisis para educadores (5), tratando de establecer pautas psicoanalíticas adecuadas con fines profilácticos para evitar futuros trastornos neuróticos en los niños. Con el paso del tiempo, cambiaría de opinión, percatándose de la necesidad de actuar no sólo educativamente, sino en forma terapéutica para poder llevar a cabo
genuinas prevenciones (6).
En torno a 1935, Anna estaba preocupada por el desarrollo de los hijos de Dorothy, que ya eran adolescentes. La reflexión que derivó de estas observaciones fue la base de su texto más conocido y
citado, editado el año siguiente, El yo y los mecanismos de defensa (7), en el que se da una gran importancia a la función adaptativa de algunas defensas del yo, sentando las bases de la psicología del ego.
En 1937, junto a Burlingham, y con el fin de ayudar psicoanalíticamente a los niños pobres y desamparados, Anna abrió en Viena la guardería Jackson, donde se ocupaba de los hijos menores de tres años de las obreras judías. Esta iniciativa se vio pronto frustrada, pues el 12 de marzo de 1938 los nazis clausuraron el centro y la Gestapo detuvo a Anna durante unas horas, episodio que convenció a Sigmund Freud de la necesidad de marcharse a Londres, cosa que hizo junto con parte de su familia el 4 de junio de 1938.

Fuente: Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2002, vol XXII, n.º 81, pp. 65-78

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