Anna Freud: conocimiento y ayuda psicológica al niño. Pionera de la psicología del ego

Anna Freud, una vida dedicada al conocimiento y a la ayuda psicológica del niño

Reyes Vallejo Orellana*

Pionera de la psicología del ego

Aunque fueron sin duda Alfred
Adler y Wilhelm Reich quienes pusieron
las bases para la psicología del ego, tales
aportaciones no se aceptaron en el seno del
psicoanálisis hasta que Anna Freud dio al
yo un lugar fundamental en la formación y
disolución de las neurosis, en el sentido de
señalar el papel adaptativo de las defensas,
lo que recogió en El yo y los mecanismos
de defensa (10), que estaba inserto en la
perspectiva estructuralista de la segunda
tópica freudiana y en las principales ideas
de Reich (19), aunque matizando que el
análisis de las defensas no tenía porque ser
algo sistemático, sino que tal trabajo debía
oscilar entre el yo y el ello en función
del estado metapsicológico en que se
encontrase el conflicto activado. En tal
línea, Anna subrayó que algunas de las
defensas del niño no se organizan contra
las pulsiones procedentes del ello, sino
como formas más o menos adaptativas del
yo ante las presiones de los padres o del
entorno. Por otro lado, aportó interesantes
novedades en torno a la psicología de la
adolescencia, esclareciendo peculiares
procesos defensivos tales como la
intelectualización y el ascetismo, que
explicaban variadas y contradictorias
conductas y rasgos caracteriales de
los jóvenes, antes escasamente comprendidos.
Al citado libro de Anna Freud
siguió la famosa monografía de Hartmann
La psicología del ego y el problema de la
adaptación (20), donde se distinguieron
dos componentes en el yo (ego), uno
que tendría que ver con los conflictos y
otro fruto de la maduración, el cual en
principio estaría libre de ellos. Además,
se referían dos clases de conflictivas
intrapsíquicas, las intersistémicas (entre el
yo y el ello/superyó) y las intrasistémicas
(entre distintas partes del ego,
especialmente entre el área conflictiva y
el área libre de conflictos), todo lo cual
permitió la organización de interesantes
matices técnicos con una adecuada
fundamentación teórica. En esta misma
línea, tres artículos simultáneos sobre
la interpretación, uno de Rudolph
Löwenstein (21), otro de Ernest Kris (22)
y un tercero del propio Heinz Hartmann
(23) representaron la aplicación técnica
de las innovaciones teóricas. Más tarde,
en Ensayos sobre la psicología del ego
(24), Hartmann matizó que el elemento
primordial de la cura radicaba en la
neutralización de las energías sexuales y
agresivas por medio de la interpretación,
pues de tal cosa depende la instauración
del principio de realidad y la adecuada
adaptación.
Las aportaciones de la psicología
del ego no fueron bien vistas por algunos
psicoanalistas, como por ejemplo Jacques
Lacan, que lanzó virulentos ataques contra
sus defensores, acusándolos de abandonar
a Freud, adoctrinar a sus pacientes y
normativizarlos en función de la cultura
norteamericana (25), críticas que no son,
a nuestro entender muy acertadas, pues la
psicología del ego tuvo el mérito de haber
hecho un acercamiento a la psicología
cognoscitiva, llamando la atención acerca
de ciertas variables que funcionan con
cierta independencia de las motivaciones
y conflictos inconscientes, abriendo
las puertas a lo que Bieber ha llamado
psicoanálisis cognoscitivo (26).

Fuente: Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2002, vol XXII, n.º 81, pp. 65-78

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