Anna Freud: EL ANÁLISIS INFANTIL: TÉCNICAS APROPIADAS (INTERPRETACIÓN DE LA FANTASÍA Y LOS SUEÑOS)

Anna Freud. Extensión del alcance del psicoanálisis: la psicología del yo

EL ANÁLISIS INFANTIL: TÉCNICAS APROPIADAS

Una vez que se ha establecido un apego afectuoso y dependiente

hacia el analista, puede empezar el tratamiento analítico

del niño, con un enfoque especial en el inconsciente.

El análisis infantil: técnicas apropiadas 133

El éxito del análisis depende en gran medida de la solidez

de este apego, ya que «los niños, de hecho, sólo creen en la

gente a la que aman y sólo se esfuerzan por el amor de esa

gente» (A. Freud, 1927, p. 40). Surge, por consiguiente, la

pregunta sobre cómo pueden hacerse interpretaciones analíticas

en ausencia de productos verbales de asociación libre.

¿ Qué interpreta el analista?

INTERPRETACIÓN DE LA FANTASíA Y LOS SUEÑOS

Una vía de aproximación que de inmediato se sugiere son las

actividades lúdicas del niño. La escuela de Berlín de análisis

infantil, encabezada por Melanie Klein, empleó la-técnica

de las interpretaciones de ljuego. Anna Freud rechazó, este

camino al inconsciente del niño porque implica que sus manipulaciones

de los juguetes y su elaboración de fantasías

lúdicas son equivalentes a las producciones verbales del

adulto en la situación analítica, una propuesta para la cual

parecía haber poca justificación (1927, p. 38). En comparación

con las expresiones verbales, al analista que trata con el

juego puede resultarle difícil entender cuándo una conducta

es simbólica y cuándo es sólo un juego.

Al inicio de su trabajo con niños, Anna Freud utilizó

dos herramientas que adoptó del psicoanálisis adulto, pero

en una forma modificada. El primero de esos enfoques era

la confianza en los reportes verbales que hacían los pequeños

pacientes de sus fantasías y sueños. Como en el análisis

adulto, esas producciones se sometían a interpretación por

considerarlas derivados simbólicos de procesos inconscientes.

Es claro que en esta actividad Anna Freud recurrió a su

experiencia en el análisis de sus «Golpeando las fantasías y

los ensueños». Algunos niños eran alentados a realizar relatos

surgidos de la fantasía, como en el caso de una pequeña

paciente a la que se le pidió que cerrara los ojos y «viese

imágenes» que luego pudiera describir para Anna Freud. De

manera similar, el analista y el niño paciente examinan los

sueños de este último, quien, con la práctica, se acostumbra

a buscar significados ocultos en sus propias producciones.

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