Estudios interdisciplinarios y nuevos desarrollos: EL APRENDIZAJE IMPLÍCITO Y EXPLÍCITO EN EL MARCO DE LA FILOGÉNESIS

Estudios interdisciplinarios y nuevos desarrollos: EL APRENDIZAJE IMPLÍCITO Y EXPLÍCITO EN EL MARCO DE LA FILOGÉNESIS

Fernández Acevedo, Gustavo; López, María Fernanda
Universidad Nacional de Mar del Plata. Argentina
RESUMEN
Reber propuso la existencia de procesos subyacentes al
Aprendizaje Implícito (AI) que son compartidos por diferentes
especies. Este postulado implica la primacía filogenética del AI
en relación al Aprendizaje Explícito (AE). Es posible relacionar
el postulado propuesto por Reber con la visión global de la
evolución cognitiva humana presentada por Donald ya que
ambos enfoques consideran que en el curso de la evolución el
AI ha precedido al AE. Se describirán los abordajes teóricos
que analizaron el proceso de adquisición implícita en la filogénesis
como el directo precursor del conocimiento Explícito y
del lenguaje.
Palabras clave: Aprendizaje Implícito Explícito Filogénesis

INTRODUCCIÓN:
Reber (1993) analizó al Aprendizaje Implícito (AI) desde el
contexto de la evolución de las habilidades cognitivas del hombre.
En términos generales, sostuvo que el AI es una forma
más antigua de aprendizaje que precede y es independiente
de las estrategias conscientes y explícitas. Propuso un grupo
de rasgos que son corolarios teóricos de su planteo evolucionista
y que se refieren a su caracterización como un proceso
temprano que se muestra como más básico dentro de un marco
filogenético. En primer lugar; postuló que el AI es más robusto
que el AE. Esta hipótesis está sustentada empíricamente
por las investigaciones que demostraron que pacientes con
desórdenes y disfunciones neuropsicológicas (amnesia, prosopagnosia,
afasia, dislexia, Alzheimer) evidencian disociaciones
en su rendimiento, ya que comprometen al aprendizaje
explícito y no influyen en el rendimiento de los sujetos lesionados
en el aprendizaje implícito. En segundo lugar, Reber planteó
la independencia entre los resultados de las pruebas de AI
y la edad de los sujetos. Este postulado implica que el proceso
de adquisición del aprendizaje implícito debe mostrar muy pocas
diferencias en relación a la variación de la edad de los
sujetos de estudio. En tercer lugar, Reber planteó la existencia
de baja variabilidad intersujeto en el rendimiento en las pruebas
de aprendizaje implícito, en contraposición a una alta variabilidad
intersujeto en las pruebas de aprendizaje explícito.
Este tercer postulado implica que las variaciones intersujeto
de las mediciones respectivas a la capacidad para adquirir
conocimiento implícito deben ser mucho más pequeñas que
las mediciones de AE. En cuarto lugar, Reber propuso la independencia
del AI con respecto al CI. Es decir, este postulado
implica que, al contrario de lo que sucede con las pruebas explícitas
de aprendizaje, las pruebas implícitas deberían mostrar
poca concordancia con las medidas de inteligencia evaluadas
por los instrumentos psicométricos estándar. El quinto y
último postulado que enunció Reber se refiere a la similitud de
procesos subyacentes de aprendizaje implícito que deben
compartir características comunes entre especies por su primacía
filogenética en comparación al AE.
Es posible establecer una relación entre el quinto postulado
propuesto por Reber (1993) y la visión global de la evolución
cognitiva humana presentada por Donald (1991), ya que, como
señalan Mathews & Cochran (1998), ambas posturas son coherentes
con la consideración del AI como base del AE.
Donald (1991) propuso que el primer sistema de memoria desarrollado
fue el de memoria procedimental. Según su teoría,
los mecanismos basados en este sistema de memoria le permitieron
al ser humano descubrir y preservar los patrones
generales de acción que son más adaptativos. Los sistemas
de memoria procedimental eran abstractos, en el sentido de
incluir estrategias de mapeo de los aspectos relevantes del
ambiente. En consecuencia, involucraban la abstracción no
conciente de las covariaciones existentes entre la propia acción
y las oportunidades ambientales. Donald sugirió que el
siguiente escalón en el camino hacia la inteligencia humana
ocurrió aproximadamente hace un millón de años atrás con el
Homo Erectus. Con el advenimiento de lo que denomina habilidades
miméticas, el Homo Erectus desarrolló la habilidad
para internalizar modelos intrínsecos de su entorno. La habilidad
mimética incluía la memoria de representaciones internas
para la simbolización de un evento o de una idea. Este sistema
de memoria podía ser utilizado tanto para la comunicación
como para la revisión de las propias acciones. La evidencia
que apoya la existencia de la habilidad mimética en el Homo
Erectus se refleja en sus herramientas, ya que se requiere de
significados para apreciar y transmitir los procedimientos específicos
para la construcción de las mismas. Las potencialidades
cognitivas que surgieron a partir de la habilidad mimética
se relacionaron con la posesión de un sistema multimodal y
abstracto de construcción de representaciones motoras a partir
de percepciones. La capacidad mimética sirvió como vehículo
para la adaptación previa al lenguaje, ya que la recuperación
autónoma y voluntaria de representaciones es una condición
para la realización de actos lingüísticos de alta complejidad.
La transición siguiente descripta por Donald (1991) corresponde
al pasaje de la habilidad mimética a la cultura mítica. Las
representaciones episódicas concretas de la cultura mimética
gradualmente comenzaron a estereotiparse y a refinarse en
mitos culturalmente aceptados. La demanda de nuevos símbolos
y modos de comunicación más veloces facilitó el desarrollo
del lenguaje. Coincidió con la aparición del Homo Sapiens
e implicó la transición hacia el lenguaje oral. Se produjeron
varias innovaciones cognitivas en esta etapa. En primer lugar,
con la invención léxica, apareció la capacidad para diferenciar
y etiquetar a las percepciones y las concepciones acerca del
mundo. La aparición del léxico, permitió realizar una correspondencia
entre la forma y el contenido. Se produjo la explicitación
y objetivación del conocimiento. Como consecuencia de
la creación del lenguaje, en esta etapa surgieron las habilidades
metalingüísticas.
El siguiente período corresponde al Paleolítico Superior Tardío.
En éste la adquisición fundamental estuvo ligada a la invención
de símbolos visuales permanentes. Este sistema incluyó
los sistemas gráficos notacionales, los sistemas de registro
de la información y los cuerpos extensos y relacionados
de conocimiento cultural que conforman las teorías. En cuanto
a las potencialidades cognitivas que aparecen, se amplía la
capacidad de la memoria a largo plazo y de la memoria de
trabajo. Se adquiere la capacidad de revisión, corrección y reformateo
de las memorias almacenadas. Esta capacidad permite
la realización de operaciones cognitivas de reflexión, es
decir, el desarrollo y perfeccionamiento de las capacidades
meta cognitivas. Esta transición final corresponde al pasaje de
la cultura mítica a la cultura teorética. Este cambio se produjo
cuando el hombre comenzó a utilizar sistemas externos de
memoria (Donald, 1991).
Esta visión evolucionista sobre el desarrollo de la cognición
humana fue vinculada por Mathews & Cochran (1998) con el
paradigma experimental de gramáticas artificiales que mide el
aprendizaje implícito de reglas abstractas. Observaron que los
esfuerzos conscientes y explícitos que realizaban los sujetos
para descubrir las reglas gramaticales tenían un reducido
efecto en las cadenas gramaticales generadas. Explicaron estos
resultados postulando que el proceso generativo en el nivel
sintáctico es un proceso implícito envuelto en la percepción.
En cambio, el proceso de asignación de significados se da fundamentalmente
en el nivel explícito. Agregaron que las características
del AI coinciden con la descripción de Donald (1991)
sobre el nivel mimético del conocimiento. Mathews & Cochran
postularon que control mimético descrito por Donald es un sistema
pre-semántico de representación perceptual (Tulving &
Schacter, 1990). Es decir, consideraron al sistema pre-semántico
de representación estructural del control mimético como
un conocimiento independiente del procesamiento simbólico o
lingüístico.
Por último, es interesante destacar que la perspectiva filogenética
desarrollada por Reber y Donald presenta, además de
su interés teórico intrínseco, la ventaja de que permite acercar
la teorización sobre el AI a la corriente evolucionista en psicología,
que ha mostrado un importante desarrollo en los últimos
años. En efecto, la perspectiva conocida como ‘psicología evolucionista’
ha extendido en los últimos años su dominio explicativo,
hasta incluir fenómenos tales como el lenguaje, el intercambio
social, la elección de parejas sexuales, el homicidio,
la depresión posparto, la psicopatía, la toma de decisiones, las
emociones, los desórdenes emocionales y los procesos de desarrollo
individual. Resulta esperable, en consecuencia, que en
los próximos años se produzca una integración o convergencia
teórica que ubique plenamente a la teorización sobre el aprendizaje
implícito dentro del marco evolucionista en psicología.

CONCLUSIONES:
Las teorizaciones de Mathews & Cochran (1998) sugirieron
que la representación mimética es el comienzo de las representaciones
basadas en reglas que caracterizan al AI. Donald
(1991) destacó en su teoría la importancia de tales representaciones
para el desarrollo cognitivo que separó en un inicio a
los seres humanos de los chimpancés. Mathews & Cochran
postularon que la adquisición implícita del conocimiento sobre
las gramáticas artificiales parece estar relacionada con este
nivel básico del sistema cognitivo que aparece como el directo
precursor del lenguaje. Esta interpretación filogenética propone
que el aprendizaje explícito apareció con la cultura mítica
en la que se produce el desarrollo del lenguaje y de la consecuente
capacidad para diferenciar y etiquetar a las percepciones
y acerca del mundo. Estos desarrollos cognitivos permitieron
realizar una correspondencia entre la forma y el contenido
que tuvo por resultado a la creación del aprendizaje explícito.
En resumen, desde el análisis de Mathews & Cochran (1998)
se presenta al AI como filogenéticamente anterior (etapa mimética)
al AE (etapa mítica). El AI es considerado el origen y
sostén de los hallazgos cognitivos relacionados con la explicitación
del conocimiento que la filogénesis construyó sobre él y
que permitió la explicitación del conocimiento a través del lenguaje
en la etapa mítica.

BIBLIOGRAFÍA
Donald, M. (1991). Origins of the modern mind : Three stages in the evolution
of culture and cognition: Harvard University Press.
Mathews, R. C., & Cochran, B. P. (1998). Proyecto Grammarama revisado.
En M. Stadler & P. Frensch (Eds.), Handbook of Implicit Learning (Vol. 223-
259). California: Sage Publications.
Reber, A. S. (1993). Implicit learning and tacit knowledge. An essay on the
cognitive unconscious. New York: Oxford University Press.
Tulving, E., & Schacter, D. L. (1990). Priming and human memory systems.
Science, 247, 301-306. University Press