Aproximación al tema de: «La sexualidad en personalidades obsesivas»

La sexualidad en personalidades obsesivas

Problemas de  la sexualidad en confusiones acerca de la orientación sexual

Algunos conceptos

Las características de la personalidad también se expresan en la sexualidad. Nuestras particularidades repercuten en ella, en la sexualidad, en forma especial e intensificada, por ser un aspecto básico, potente y definitorio de la identidad.

Veamos algunas características generales (las que nos interesa en este artículo) de las personas obsesivas, que tienden a tener a Trastornos Obsesivos Compulsivos.

Se quiera abarcar todo en el mismo tiempo para no correr el riesgo a perder algo. El eje central es resolver necesidades y deseos de los demás, dejando de lado los propios. Continuas exigencias de rendimiento perfecto. Necesidad de control total, si algo escapa de la mira puede ser peligroso. . . Los vínculos están determinados por quedar bien, agradar siempre, no ser criticado…

… Entonces, la sexualidad se torna mecánica. Se trastoca su esencia. Se está ajena/o a lo que pasa por estar pendiente de los pensamientos y conductas para lograr aquellos fines. Se cambia la libertad por ataduras a las formas, la espontaneidad por estar calculando, las sensaciones y emociones por pensamientos rumiantes, la búsqueda del placer propio por buscar quedar bien. El contacto no es con la otra persona, es con lo que se cree que la otra persona está necesitando o disfrutando, que a la vez es con el propio ego para alimentarlo.

Por todo lo cual el gran disfrute se cambia por disfrute acotado, restringido al disfrute que da el haber quedado “como corresponde”. 

Suelen padecer de hipersexualidad, en general se pasa al estado de excitación sin que sea antecedido por el deseo, al que muchas veces no se lo reconoce. Sus causas son múltiples, desde experiencias sexuales precoces a exigencias de un elevado (como si se fuese siempre adolescente) e inmejorable funcionamiento. Es más usual en los hombres, pues socialmente, ¡todavía!, a ellos se les exige ser el gran macho.

Parecería que estar constantemente erotizada/o es placentero, no obstante se torna sufriente, pues al exigirse un monto de sexualidad que no es la natural se produce desgaste, compulsión a la masturbación o a la relación de a dos; crece la frustración, el malestar y creencias de minusvalía si no se da el rendimiento esperado; cuando se está en pareja es un padecimiento mutuo.

En las crisis obsesivas compulsivas por creerse homosexual, estas características se potencian. Lo cual termina disminuyendo la libido, con ausencia de la misma por largos tiempos. Algunas de sus causas:

El estado de enajenamiento aumenta considerablemente, ya que se le suma el enajenamiento de dudar de la propia orientación sexual.

Por lo que en las relaciones sexuales se está doblemente ausente.

Se reprime la heterosexualidad.

Los pensamientos rumiantes, en las relaciones sexuales, van en aumento, pues ahora se le agrega los del TOCH.

La energía que se gasta con tanto sufrimiento disminuye la energía que se necesita para cualquier otra actividad, obviamente más que nada la sexual.

Los pensamientos invasivos a toda hora son también distractores, por lo cual no deja fluir libremente la sexualidad.

El cuadro en su conjunto produce alejamiento, en el área afectivo-erótica, del género opuesto. Por las dudas, por el bombardeo mental constante, por si acaso se es homosexual, etc.

Estas crisis llevan al desgano y a veces estados depresivos, bajan las energías, las ganas del disfrute y la captación de estímulos sensoperceptivos; la afectividad está opacada, el rendimiento disminuye, los deseos se diluyen. Todo lo cual repica muy especialmente en la sexualidad.

Estas manifestaciones llevan a experiencias sexuales displacenteras, muchas veces con problemas sexuales como ser pérdida de la excitación o no poder llegar al orgasmo, en tanto estas se repiten baja el deseo.

En la vida afectivo-erótica se expresan las mismas particularidades personales que en el resto de las áreas. La diferencia es que en esta área suele acrecentarse todo, y más que nada con este tipo de trastorno. Formándose así una espiral viciosa en que a menos vida sexual, más rumio acerca de ser de otra orientación, a más complicaciones del trastorno más se debilita la sexualidad. . . y así sigue sin parar.

El empobrecimiento de la sexualidad por estas características de personalidad tiene mucho incidencia en el desencadenamiento y progresión del TOCH. Muchas personas no reconocen, en primeras instancias, estos problemas sexuales, pues no conocen una vida afectivo-erótica desbordante y plena cualitativamente, hasta ahora el “éxito” sexual estaba dado por la cantidad, cantidad de veces que hay excitación en un día, cantidad de coitos, cantidad de erección o flujo, cantidad de masturbación. . . En tanto se va cambiando aquellas características, van enriqueciendo la sexualidad y es cuando se comienza a vivenciar la sexualidad realmente.

En un 99 % de los pacientes con TOCH hay que trabajar las problemáticas sexuales, de lo contrario se está remando contra la corriente.

Por ello la necesidad de tratamientos integradores, que pueda también poner la mira y técnicas específicas en esta área.

FUENTE:

Equipo interdisciplinario

Especializaciones: clínica, pareja, familia y sexualidad

Capital de Argentina