Descartes R.: Art. 117. Cómo a veces se enrojece estando triste

RENÉ DESCARTES

Tratado de LAS PASIONES DEL ALMA (1649)

SEGUNDA PARTE

DEL NÚMERO Y DEL ORDEN DE LAS PASIONES Y EXPLICACIÓN DE LAS SEIS PRIMARIAS

ORDEN Y ENUMERACIÓN DE LAS PASIONES

Art. 117. Cómo a veces se enrojece estando triste.

Pero a veces ocurre que no se palidece estando triste y que, por el contrario se enrojece; esto debe atribuirse a las otras pasiones que se unen a la tristeza, como el deseo y algunas veces también el odio. Estas pasiones, calentando o agitando la sangre procedente del hígado, de los intestinos y de las otras partes interiores, la empujan hacia el corazón, y de aquí, por la arteria grande, hacia las venas del rostro, sin que la tristeza que contrae por una y otra parte los orificios del corazón pueda impedirlo, salvo cuando es muy grande. Pero, aun siendo mediana, impide fácilmente que la sangre así llegada a las venas del rostro descienda al corazón, mientras el amor, el deseo o el odio impulsan hacia él la procedente de otras partes interiores, Y por eso esta sangre, detenida en torno de la cara, la enrojece, e incluso más que en la alegría, porque el color de la sangre resalta más debido a que circula menos deprisa, y también porque así puede acumularse en las venas del rostro más que cuando los orificios del corazón están más abiertos. Esto se ve principalmente en la vergüenza, que se compone del amor a s mismo y de un urgente deseo de evitar la infamia presente, lo cual hace acudir la sangre de las partes interiores al corazón, luego, de aquí por las arterias, a la cara, y además de una ligera tristeza que impide a esta sangre tornar al corazón. Lo mismo ocurre generalmente cuando se llora; pues, como diré luego, lo que produce la mayorparte de las lágrimas es el amor unido a la tristeza; y lo mismo acontece en la ira, en la que, con frecuencia, va unido al amor, al odio y a la tristeza un súbito deseo de venganza.