Atlas, Recursos de Salud Mental en el Mundo: INTRODUCCIÓN y RESUMEN DE LOS RESULTADOS

Atlas, Recursos de Salud Mental en el Mundo

Determinantes de la Salud Mental y Poblaciones
Departamento de Salud Mental y Toxicomanías
Organización Mundial de la Salud
Ginebra

INTRODUCCIÓN.
Pese a que los trastornos mentales son responsables de
una proporción considerable de las discapacidades y de la carga de
morbilidad, los recursos destinados actualmente a la salud mental
son insuficientes. Se prevé que la carga que representan los trastornos
mentales aumente en los años venideros. Es preciso mejorar la
calidad y la cantidad de los recursos de salud mental con objeto de
cubrir las necesidades actuales y futuras, y para lograrlo es fundamental
disponer de una información exacta acerca de los recursos existentes.
Es ciertamente paradójico que, pese a contar con mucha información
sobre la incidencia, la prevalencia, la evolución, el diagnóstico,
la clasificación, las discapacidades y la carga de los trastornos mentales,
apenas se tengan datos sobre los recursos disponibles para
hacer frente a esa carga. La información disponible no permite establecer
comparaciones entre los países, porque en los informes se
utilizan definiciones y unidades de medida diferentes. Este desequilibrio
entre la “información sobre las enfermedades” y la “información
sobre los recursos” es un impedimento muy importante para
planificar los servicios de salud mental. La falta de información
sobre los recursos también obstaculiza las iniciativas emprendidas
por las organizaciones no gubernamentales, las asociaciones profesionales
y los grupos de consumidores en demanda de una mejora
de los servicios de salud mental y para poner de relieve necesidades concretas.
Con objeto de colmar esta laguna fundamental, la Organización
Mundial de la Salud lanzó en el año 2000 el Proyecto Atlas, cuyo
propósito es obtener, compilar y distribuir la información de interés
sobre los recursos de salud mental en el mundo
En la primera fase de este trabajo se ha obtenido información pertinente
de los Estados Miembros de la OMS, que se presenta en este
volumen, titulado “Atlas: Recursos de salud mental en el mundo”.
Los datos se recopilaron de manera escalonada. En una primera
etapa se mantuvieron consultas con las Oficinas Regionales y con
expertos en salud mental para conocer su opinión acerca de las
áreas fundamentales en las que era preciso obtener información.
Basándose en esas consultas, se redactaron un borrador de cuestionario
y un glosario de los términos. Ambos documentos fueron
revisados por una selección de expertos. El cuestionario se aplicó
como experiencia piloto en un país desarrollado y en un país en
desarrollo y se introdujeron los cambios necesarios. Seguidamente,
el original en inglés del cuestionario y del glosario se tradujo a cuatro
idiomas: árabe, español, francés y ruso.
En la segunda etapa se enviaron el cuestionario y el glosario a los
centros de enlace de salud mental de los Ministerios de Salud de
todos los Estados Miembros por conducto de las Oficinas Regionales
y de las oficinas de la OMS en los países. Se solicitó a dichos
centros de enlace que respondieran al cuestionario basándose en
todas las fuentes posibles de información. Se les pidió que se atuvieran
estrictamente a las definiciones del glosario para mantener la
uniformidad y la comparabilidad. El equipo del proyecto Atlas respondió
a todas las preguntas y solicitudes de aclaración. Se enviaron
periódicamente recordatorios a las instancias que no
devolvieron a tiempo el cuestionario completado. A los países que
aportaron una información incompleta o con incongruencias internas
se les solicitaron aclaraciones. Se pidió también que los cuestionarios
fueran acompañados de documentos de respaldo (p. ej.,
copia de los documentos de políticas o de la legislación).
En la tercera etapa se introdujo toda la información disponible en
una base de datos electrónica sirviéndose de códigos. Se analizaron
los datos mediante el programa SPSS, versión 9.0. Los valores de
las variables continuas se agruparon en categorías según la distribución.
Se calcularon las distribuciones de frecuencia y las medidas de
tendencia central (media, medianas y desviaciones típicas) por los
métodos adecuados. Los países se clasificaron por Regiones de la
OMS y por grupos de ingresos del Banco Mundial, basados en el
PNB por habitante (Banco Mundial, 2000). Las cifras de población
proceden del Informe sobre la salud en el mundo 2000 (OMS, 2000).
En la presente publicación se analiza la información de 185 países.
Los datos se organizan en 16 secciones generales, que se presentan
en las páginas siguientes. Cada una de ellas ocupa dos páginas. La
página impar ofrece una representación gráfica de los datos, y la
página par contiene el texto explicativo. Mediante mapas del
mundo se ofrecen los datos de los países según un código de colores.
Los gráficos de barras y circulares ilustran las frecuencias, las
medianas y las medias, según corresponda. Los mapas regionales
muestran las cifras acumuladas por Regiones de la OMS. Para cada
sección se ofrecen definiciones de los términos utilizados en la
obtención de información y se describen los resultados seleccionados
del análisis de los datos. No se ha intentado detallar todos los
resultados que podían derivarse del análisis de los datos presentados;
sólo se mencionan los más destacados. Se describen asimismo
las limitaciones que deben tenerse en cuenta al interpretar los datos
y sus análisis. Se presentan también algunas repercusiones de estos
resultados en el ulterior desarrollo de los recursos de salud mental.
En el anexo figuran los cuadros recapitulativos de los datos de cada
país para algunas variables. En un cuadro aparte se presentan los
correspondientes a las zonas y los Miembros Asociados de la OMS;
estos datos no se han incluido en los análisis acumulados.
Aunque se ha intentado que todos los países aportaran la información
solicitada, algunos no han podido remitir los datos relativos a
algunas secciones. En cada sección se indica la magnitud de la
ausencia de datos mediante el número de países (N) cuyos datos se
incluyen con los gráficos individuales frente al número total de 191
países. La razón más frecuente de que falten datos es que, simplemente,
en esos países se carece de ellos. Se confía en colmar estas
lagunas de información en un futuro próximo. Pese a haberse
tomado todas las medidas posibles para compilar, codificar e interpretar
la información ofrecida por los países mediante el uso de
definiciones y criterios uniformes, cabe la posibilidad de que se
hayan producido algunos errores. La OMS insta a los puntos focales
de salud mental de los Ministerios de Salud de los Estados Miembros
a señalar todos los errores, con objeto de corregirlos en ulteriores publicaciones.

Referencias:
1. Banco Mundial (2000). http://www.worldbank.org. Acceso en diciembre de 2000. Grupo Banco Mundial. Washington, D.C.
2. Organización Mundial de la Salud (2000). Informe sobre la salud en el mundo 2000: Mejorar el desempeño de los sistemas de salud. OMS. Ginebra.

RESUMEN DE LOS RESULTADOS.
Los datos del proyecto Atlas demuestran que los
recursos acumulados de salud mental en el mundo son muy
insuficientes en comparación con la carga que representan
los trastornos mentales. Se observan, además, grandes disparidades
entre las regiones y entre los grupos de países
según el nivel de ingresos; así, la escasez de recursos es
extrema en los países en desarrollo con ingresos bajos.
En la esfera de las políticas, los programas y la legislación en
materia de salud mental, el 40% de los países carecen de
una política, el 30% no disponen de un programa y en el
25% no existe legislación al respecto. La ausencia de políticas
y programas afecta principalmente a las Regiones de
África y del Pacífico Occidental, mientras que la legislación
es relativamente deficiente en la Región del Mediterráneo
Oriental. La mayoría de las políticas, los programas y las
legislaciones son bastante recientes, posteriores a 1990.
Cerca del 37% de los países no disponen de servicios comunitarios
de atención de salud mental, proporción que se
eleva a casi el 50% en las Regiones de Asia Sudoriental, del
Mediterráneo Oriental y de África.
Una gran mayoría de países poseen una política de medicamentos
o una lista de medicamentos esenciales, pero la disponibilidad
de los psicofármacos en atención primaria no es
uniforme. Aproximadamente el 20% de los países ni siquiera
disponen de los tres medicamentos más recetados en
trastornos tales como la depresión, la esquizofrenia y la epilepsia.
En los países en los que se tiene acceso a estos medicamentos,
los elevados precios son a menudo un obstáculo
para el tratamiento. Aunque en los países con ingresos bajos
la mediana de los precios es inferior, sólo está entre 2 y 5
veces por debajo de la de los países con ingresos altos,
mientras que su nivel de ingresos es más de diez veces
menor, por lo que estos medicamentos son relativamente
menos asequibles en los países con ingresos bajos.
El 28% de los países han señalado que carecen de un presupuesto
específico para la salud mental. Donde existe, representa
sólo una pequeña proporción del presupuesto total de
salud. Del conjunto de países que aportaron información, el
36% notificaron que gastaban menos del 1% del presupuesto
total de salud en salud mental. Los presupuestos son
especialmente bajos en las Regiones de África y Asia Sudoriental.
Los países con menores ingresos tienen también un
presupuesto proporcionalmente inferior para la salud mental,
hecho que coloca a ésta en una situación aún más desventajosa.
Los métodos más frecuentes de financiación de la
atención de salud mental son la aportación de fondos con
cargo a los impuestos, el seguro social y los pagos directos.
Estos últimos suponen una carga excesiva e imprevista para
las familias, sobre todo en los países con ingresos bajos, y
son especialmente frecuentes en las Regiones de África, de
Asia Sudoriental y del Mediterráneo Oriental. En todas las
Regiones, el papel de los seguros privados en la financiación
de la salud mental es nulo o muy poco importante.
Aunque el 87% de los países han identificado la salud mental
como una actividad de atención primaria, sólo en el 59%
existen servicios para el tratamiento de los trastornos graves,
y sólo en el 59% se lleva a cabo la formación sistemática
de personal de atención primaria.
La mediana mundial de camas psiquiátricas por 10 000
habitantes es de 1,6, y el 65% corresponde a camas de hospitales
psiquiátricos. Más del 40% de los países, que representan
aproximadamente el 65% de la población mundial,
tienen acceso a menos de una cama psiquiátrica por 10 000
habitantes. El déficit de camas es especialmente importante
en las Regiones de África y de Asia Sudoriental.
También el personal especializado es insuficiente. En el 53%
y el 46% de los países sólo se cuenta con un psiquiatra y
una enfermera psiquiátrica, respectivamente, por
100 000 habitantes. El déficit es especialmente manifiesto
en las Regiones de África, Asia Sudoriental, Pacífico Occidental
y Mediterráneo Oriental. Aunque los países de las
Regiones de Europa y de las Américas disponen de más personal,
la distribución de los recursos no es uniforme en
todos los países de las regiones. También escasean los psicólogos
y los asistentes sociales en el sector de la salud mental,
con una mediana de 0,4 y 0,3 por 100 000 habitantes,
respectivamente, en el conjunto de los países.
Otros recursos insuficientes son los programas de salud
mental para poblaciones especiales. Sólo existen programas
para niños y ancianos en el 60% y el 48% de los países,
respectivamente, aunque estos grupos constituyen una proporción
importante de la población total. El 88% de los países
notificaron la actividad de organizaciones no
gubernamentales en el ámbito de la salud mental.
Los sistemas de vigilancia de la salud mental son instrumentos
importantes para evaluar la situación general de la salud
mental en un país. Sin embargo, en el 27% de los países no
existe un sistema de notificación en materia de salud mental
y en el 44% no se recogen datos ni se llevan a cabo estudios
epidemiológicos. También en este aspecto los países
con bajos ingresos se quedan atrás.
En conjunto, los datos presentan un panorama muy insatisfactorio
de los recursos de salud mental en el mundo. La
mayoría son insuficientes y se distribuyen de forma muy
irregular. Urge mejorarlos considerablemente para responder
a la carga actual y creciente de los trastornos mentales.

Material elaborado por la OPS/ OMS (http://new.paho.org/)
Esta publicación puede ser consultada en Internet en la dirección:
http://www.who.int/mental_health/media/en/255.pdf

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