Biografía Janet Pierre (1859-1947)

Biografía Janet Pierre (1859-1947)

Janet Pierre (1859-1947) Médico y psicólogo francés

Teórico del automatismo psicológico y fundador en Francia de la corriente del análisis psicológico, Pierre Janet, lo mismo que Théodore Flournoy y Sigmund Freud, su gran rival, fue uno de los principales artífices de la segunda psiquiatría dinámica. Hasta aproximadamente 1915, sus trabajos eran más célebres que los de Freud, y en todo el mundo los comentaban los especialistas en enfermedades nerviosas. Nacido en París, Pierre Janet provenía de una familia de la burguesía media, en la que se cultivaban el racionalismo y los valores republicanos. Desde la infancia admiró a su tío, agregado de filosofía y normalista, que lo ayudó a realizar una brillante carrera universitaria. Comenzó a interesarse por los fenómenos del sonambulismo y las personalidades múltiples junto con su hermano Jules Janet, especialista en urología y apasionado de la psicología. Designado profesor del liceo de El Havre en 1883, dos años más tarde conoció al doctor Gilbert, quien le presentó a Léonie. Esta campesina, que había sido magnetizada en el pasado, revivía bajo hipnosis las hazañas de antiguos magnetizadores cuyas obras habían caído en el olvido. Por ejemplo, recibía fácilmente sugestiones, a las cuales obedecía a las mil maravillas. El 30 de noviembre de 1885, mientras el joven Freud se encontraba en París, Paul Janet presentó ante la Société de psychologie physiologique de París un informe de su sobrino sobre el caso «Léonie». El trabajo fue acogido con entusiasmo por Jean Martin Charcot. Durante varios años, los apasionados del espiritismo, sobre todo Charles Richet (1850-1935) y Frederick Myers, visitaron a la «vidente» de El Havre. Ésta tuvo más tarde un curioso destino. En 1895, el doctor Gilbert, fervoroso dreyfusista, la llevó a ver a Mathicu Dreyfus, quien entonces buscaba «pruebas» de la inocencia de su hermano, el capitán Alfred Dreyfus (1859-1935). Mathicu instaló a Léonie en su casa de París, y tomó la costumbre de hipnotizarla. Cuando se encontraba en estado sonambúlico, ella le explicaba «secretos» del affaire que todavía no conocía nadie: por ejemplo, afirmó que el verdadero culpable era un oficial del Ministerio de Guerra que tenía contactos con un agente alemán. En junio de 1889 Janet presentó su tesis de filosofía sobre el automatismo psicológico ante un jurado presidido por Émile Boutroux (1845-1921), maestro incuestionado de la filosofía francesa, profesor de Henri Bergson (1859-1941), y antihegeliano. En agosto, junto con Hippolyte Bernheim, August Forel y Jules Déjerine (1849-1917), formó parte del comité de organización del Congreso Internacional de Hipnotismo en el que también participaría un médico todavía desconocido: Sigmund Freud. Fue entonces cuando Janet, ya célebre por la publicación de su tesis, inició estudios de medicina, dedicando una buena parte de su tiempo al Hospital de la Salpêtrière. En 1893 defendió su tesis, L’État mental des hystériques (stigmates et accidents mentaux), ante un jurado compuesto por Charcot y Richet. Su reputación se extendió entonces más allá de Francia, y se impuso su teoría de la histeria. Freud tomó conciencia de ello, e insistió en que Josef Breuer aceptara publicar los Estudios sobre la histeria. Se debía demostrar que Janet no era el primer científico que había construido un nuevo enfoque de este ámbito. La disputa por la prioridad comenzó en esa época, cuando Janet, tanto en Francia como en el extranjero, se había convertido en el gran especialista en enfermedades nerviosas. Entre 1889 y 1893 elaboró su método de psicoterapia, al cual dio el nombre de análisis psicológico. Se basaba en tres reglas fundamentales: examen del enfermo cara a cara y sin testigos, anotación rigurosa de las palabras pronunciadas (o método de la estilográfica), exploración de los antecedentes y de los tratamientos a los que el enfermo había sido sometido. Janet fundaba su análisis psicológico en la indagación consciente, y no en la escucha de un discurso inconsciente. Aunque reconocía la existencia de una «relación afectiva», no intentó profundizar esta idea (a diferencia de lo que hizo Freud con la transferencia). Finalmente, contra la tradición del romanticismo alemán, en lugar de la palabra «inconsciente» reivindicó la de «subconsciente», proveniente de la filosofía de la conciencia y de la herencia del cartesianismo francés. Esta sustitución tuvo lugar en dos etapas. En un primer momento, en l’ Automatisme psychologique (1889), Janet utilizó la palabra inconsciente, Pero, cuatro años más tarde (1893), en L’État mental des hystériques, optó definitivamente por subconsciente. De allí que nunca pudiera tomar en cuenta el mecanismo de la represión. El automatismo psicológico de Janet se acercaba bastante a la idea de escritura automática de William James (1842-1910), que hizo carrera gracias a los surrealistas. Se trataba de definir una actividad espontánea o «inferior» de la conciencia: las asociaciones preorganizadas. Observemos que el automatismo psicológico de Janet era diferente del automatismo mental de Gaétan Gatian de Clérambault. En el primero, el automatismo era interno a la conciencia, mientras que en el segundo lo constituía un conjunto de síntomas que surgían fuera de la conciencia del sujeto, a la manera de la irrupción de un delirio. En cuanto a la histeria, Janet la consideraba una enfermedad puramente psicológica. A sus ojos se trataba de una afección funcional ligada a una constitución hereditaria. Fuera que se la denominara tuberculosis «psíquica» o sífilis «mental», no se le atribuía ninguna etiología sexual. Ponía de manifiesto en el enfermo un «estrechamiento del campo de la conciencia» debido a una «debilidad psicológica». El análisis de la histeria llevó a Janet a abordar Ia otra» gran neurosis: la neurastenia. Él reemplazó este término por el de psicastenia, que incluía la neurosis obsesiva. A partir de 1933, convertido en profesor del Collége de France, Janet se dedicó a realizar la síntesis de sus teorías. Expuso lo esencial de ellas en Les médications psychologiques, después en La Médicine psychologique, y finalmente en De Pangoisse ú Vextase. En 1904, con Georges Dumas (1866-1946), fundó el Journal de psychologie normale et pathologique, y, en 1913, fue elegido miembro de la Academia de Ciencias. Durante muchos años acumuló observaciones y publicó estadísticas basadas en más de tres mil quinientos enfermos: un trabajo de hormiga cuyo objetivo era «demostrar» la existencia de los fenómenos psíquicos. Con este enfoque continuó experimentando los principios de su análisis psicológico con numerosos pacientes, entre ellos la célebre Madeleine Lebouc (Pauline Lair Lamotte) y el escritor Raymond Roussel (1877-1933). En 1895, Janet rechazó con mucha dureza los trabajos de Freud. Su actitud dio origen a una corriente antiFreudiana particularmente virulenta, la cual sostenía, por un lado, que Freud se había apropiado de los conceptos de Janet dándoles un nuevo nombre, y, por otra parte, que su doctrina era la expresión de un espíritu vienés obsesionado por la sexualidad. De tal modo Janet retomaba la célebre tesis del genius loci popularizada por el psiquiatra alemán Adolf Albrecht Friedländer (1870-1949), en un congreso internacional de medicina reunido en Budapest en 1909. Atacando violentamente al psicoanálisis, Friedländer había sostenido que éste debía su éxito a la mentalidad vienesa, que atribuía una importancia considerable a los fenómenos de la sexualidad. Al cabo de unos pocos años esta tesis se convirtió en el caballito de batalla de los antiFreudianos, que atribuían al psicoanálisis todos los pecados de un supuesto pansexualismo. En Londres, en 1913, se reunieron todos los representantes de la psiquiatría dinámica (de Suiza, los Estados Unidos y Gran Bretaña) en ocasión del XVII Congreso Internacional de Medicina. Al informe presentado en esa oportunidad, Janet lo tituló «La psychoanalyse». Según él, Freud y Breuer habían cambiado «algunas palabras en su descripción psicológica. Ellos llaman psicoanálisis a lo que yo denominé análisis psicológico. Ellos le pusieron el nombre de complexus a lo que yo denominé sistema psicológico, para designar el conjunto de los fenómenos psicológicos y movimientos de miembros o de vísceras que se asocian en la constitución del recuerdo traumático. Ellos bautizaron como catarsis lo que yo llamé disociación o desinfección moral» De modo que, en esa época, Janet presentaba a Freud y Breuer como plagiarios, y al psicoanálisis como una obscenidad vienesa. Y aunque no fue patriotero ni nacionalista, contribuyó a la difusión de la tesis, enunciada por Angelo Hesnard, de que la teoría Freudiana era demasiado «germánica» para adaptarse al «genio latino». Desde su retorno de Londres, no cesó de atacar al Freudismo. Primero comparó a los psicoanalistas con detectives que aterrorizaban a los enfermos al acorralar sus traumas, y más tarde, en 1919, en Les Médications psychologiques, afirmó que el psi , co-análisis era «una investigación policial que debe descubrir un culpable, un acontecimiento pasado responsable de los trastornos actuales; que lo reconoce y lo persigue bajo todo sus disfraces». En Londres, la exposición de Janet fue mal recibida. En efecto, en esa época los trabajos de Freud habían conquistado al mundo científico occidental, y su escuela se había convertido en un poderoso movimiento internacional. Además todos los especialistas en enfermedades nerviosas sabían que Freud no seguía el mismo camino que Janet. La acusación de corrupción de las ideas janetianas resultaba por lo tanto inadmisible. Freud nunca le perdonó a Janet sus ataques de 1913. En 1925, en su autobiografía (Presentación autobiográfica), lo hizo responsable de las acusaciones que le había dirigido la prensa francesa, y reafirmó que antes de su visita a París en 1885, él ya había sido iniciado por Breuer (entre 1880 y 1882) en la cuestión de la etiología de las neurosis histéricas. En 1937 Édouard Pichon le escribió a Freud para solicitarle que recibiera a Janet, que iba a pasar por Viena. Freud respondió en una carta enviada a Marie Bonaparte y publicada por Jones: «No, no veré a Janet. No puedo evitar reprocharle que se haya comportado injustamente con el psicoanálisis, y personalmente conmigo, y que nunca haya hecho nada para repararlo. Fue lo bastante torpe como para decir que la etiología sexual de las neurosis sólo podía germinar en la atmósfera de una ciudad como Viena. Más tarde, cuando los escritores franceses difundieron el rumor de que yo había seguido sus conferencias y le había robado sus ideas, él, con una sola palabra, habría podido poner fin a tales habladurías puesto que, en realidad, nunca hablé con él, ni oí pronunciar su nombre durante el período de Charcot No, no Io veré.» Gracias a una carta de Édouard Pichon a Henry Ey, fechada el 14 de junio de 1939, se sabe que en abril de 1937 Janet Ilamô a pesar de todo a la puerta de la casa de Freud. Fue rechazado por el ama de llaves, que le respondió que el profesor no se encontraba.