Biografía Kosawa Heisaku (1897-1968)

Biografía Kosawa Heisaku (1897-1968)

Kosawa Heisaku (1897-1968) Psiquiatra y psicoanalista japonés

En Japón, donde las ideas Freudianas tuvieron una discusión a la vez limitada y tardía (después de 1950), Heisaku Kosawa ocupa sin duda alguna el lugar de un maestro. En efecto, este pionero fue el único de su generación que recibió en Viena una formación psicoanalítica clásica, y supo también reflexionar sobre las condiciones específicas de introducción de la teoría Freudiana en su país. Hizo escuela en Japón como psiquiatra, como psicoanalista didacta y como fundador de una doctrina original, a través de la cual Oriente dialogaba con Occidente, y la tradición budista con la judeocristiana. Sin abandonar los principios del universalismo Freudiano, sentó las bases de una investigación comparativa sobre las diferencias entre la familia japonesa y la familia occidental, y propuso interpretar los mitos de la Grecia antigua, tan comentados por Sigmund Freud, a la luz de las leyendas búdicas. Después de haber estudiado en la Universidad de Tohuku, en Senda¡, descubrió el Freudismo gracias a la enseñanza del gran psiquiatra Kiyoyasu Marui (1886-1953), quien había ido a formarse a los Estados Unidos con Adolf Meyer. En 1925 tomó contacto con Freud y Paul Federn para viajar a Viena, donde finalmente se estableció entre 1932 y 1933. Analizado primero por Freud, a quien le regaló una soberbia estampa de Kiyoschi Yoshida que representaba el monte Fuji Yama, realizó un segundo análisis, didáctico, con Richard Sterba, y después un control con Federn. Antes de volver a su país, Kosawa le entregó a Freud un trabajo sobre el complejo de Ajás (o Azaj) que acababa de redactar, y que se convertiría en un clásico de la literatura psicoanalítica japonesa. Pero al maestro vienés no le interesó esta investigación dedicada a un príncipe mítico cuya historia provenía de la leyenda búdica del Kanmuryo jukyo. Sin embargo, esa leyenda estaba emparentada con todas las reunidas por Otto Rank en su libro capital de 1909, El mito del nacimiento del héroe. Por otra parte, reforzaba la tesis Freudiana de la novela familiar, en cuanto el personaje de Ajás se asemejaba a los héroes que fascinaban a los héroes de la Sociedad Psicológica de los Miércoles: Edipo, Hamlet, Moisés, Lohengrin, etcétera. El mito es el siguiente: en el antiguo reino de la India, la reina Ideke, esposa del rey Binbashara, temía perder su belleza y con ella el amor del marido. Consultó a un vidente, quien le predijo que un sabio que vivía en el bosque moriría al cabo de tres años y reencarnaría como hijo suyo. Impaciente y egoísta, Ideke no esperó a estar encinta, y mató al sabio. Antes de sucumbir, éste le hizo la predicción siguiente: «Tu hijo reencarnado matará al padre». Ideke quedó embarazada en el momento mismo del asesinato. Temiendo la cólera del sabio reencarnado en ella, decidió matar al hijo dando a luz en la cima de una alta torre. Pero el niño sobrevivió a la caída, aunque rompiéndose un dedo, lo que le valió más tarde el sobrenombre de Ajás: príncipe del dedo roto (en sánscrito, la palabra Ajatashatru significa a la vez dedo roto y rencor prenatal). Después de una infancia feliz, durante la cual idealizó a la madre, Ajás se enteró de la verdad por Debadatta, el enemigo de Buda. Quedó tan agobiado que trató de matar a Ideke. Entonces experimentó un gran sentimiento de culpa, y cayó sobre él una terrible enfermedad de la piel (un eccema). La peste se extendió sobre su cuerpo, haciendo imposible toda relación con los otros. A pesar de ese castigo y de los cuidados solícitos prodigados por Ideke, Ajás no recuperó el equilibrio. Trató entonces de matar a la madre, la cual, para apaciguarlo, le pidió consejo a Buda. Las palabras de Buda la sumergieron en un prolongado conflicto interior, a cuyo término, después de años de sufrimiento, Ajás quedó en paz consigo mismo. Recuperó la salud y se convirtió en un soberano respetable. Según otras versiones del mito, el príncipe Ajás, convertido en rey, encarceló al padre, y cuando éste murió, oyó su voz en el cielo. Fue entonces a ver a Buda para pedirle ayuda, pues temía ir al infierno. Buda lo recibió con compasión. Analizando este mito como Freud había analizado el Edipo, Kosawa denominó complejo de Ajás a un complejo de dependencia del hijo respecto de la madre. Encontraba su fundamento en la organización de la familia japonesa, en la cual las relaciones de dependencia, disciplina, sumisión, autosacrificio y simbiosis del niño con la madre prevalecen sobre las ideas de individualidad o libertad. De modo que, según Kosawa, este complejo proviene de un sentimiento de culpa que no tiene por origen el asesinato del padre por los hijos, sino la dependencia culpable y hostil de los hijos respecto de la madre. Pacientes japoneses influidos por la amae (o dependencia), es decir, por una tradición social todavía feudal, lo habían puesto de manifiesto en la cura. El complejo de Ajás no hacía más que demostrar que cada cultura se apropia del mito edípico de los orígenes imprimiéndole una modulación particular. Por ello, a través de él, se perfilaron las condiciones de una implantación posible del psicoanálisis fuera de la esfera judeocristiana: una especie de Freudismo oriental. El ascenso del fascismo y el estallido de la Segunda Guerra Mundial obstaculizaron la continuación de los trabajos de Kosawa, quien retomó sus actividades profesionales en 1945, en un Japón trastornado por la derrota y la capitulación del régimen militar. En adelante contribuyó al florecimiento de la psiquiatría y el psicoanálisis que marcó a la sociedad nipona durante la segunda mitad del siglo e hizo de ella una tierra acogedora para todas las doctrinas provenientes de los Estados Unidos: la Ego Psychology, la Self Psychology, la farmacología, etcétera. En 1953, a la muerte de Marui, Kosawa asumió la dirección del grupo de estudio de Senda¡ afiliado a la International Psychoanalytical Association (IPA) desde 1933, y creó la Nippon Seishin-Bunseki Kyoukai (Sociedad Psicoanalítica Japonesa), cuyo desarrollo ha sido muy limitado, puesto que en 1997 no reunía más que a una treintena de miembros. Kosawa hizo escuela precisando sus teorías sobre la amae, formó didactas y discípulos de pura obediencia Freudiana, mientras se desempeñaba como didacta, docente y clínico en la Asociación Psicoanalítica Japonesa no afiliada a la IPA, mucho más poderosa en cantidad de adherentes, y abierta a todas las otras corrientes de la psiquiatría dinámica.