Biografía Lacan Jacques Nacido Jacques-Marie (1901-1981)

En el París de la década de 1920, donde aspiraba a la gloria, se comparó con Rastignac, frecuentó la librería de Adrienne Monnier y a los surrealistas, asistió con entusiasmo a la lectura pública del Ulises de James Joyce (1882-1941) y se vinculó a escritores y pintores. Interno en el Hospital Sainte-Anne, donde era alumno de Henri Claude al mismo tiempo que su amigo Henri Ey, se orientó hacia la psiquiatría, siguiendo la enseñanza de Georges Heuyer (1884-1977), Georges Dumas (1866-1946) y Gaétan Gatian de Clérambault, cuyo estilo dejó en él una fuerte impresión. En junio de 1932 comenzó su análisis didáctico con Rudolph Loewenstein y, al final del año, publicó su tesis sobre la historia de una mujer criminal (Marguerite Anzieu), que él consideró un caso de paranoia de autocastigo (el caso «Aimée»). Magnífica síntesis de todas las aspiraciones Freudianas y antiorganicistas de la nueva generación psiquiátrica francesa de la década de 1920, el trabajo fue inmediatamente saludado como una obra maestra por René Crevel (1900-1935), Salvador Dalí (1904-1989), y particularmente por Paul Nizan (1905-1940), quienes apreciaron la utilización por Lacan de los textos novelescos de la paciente, y la fuerza doctrinaria de su posición respecto de la locura femenina. Al año siguiente, en la revista Le Mínotaure, Lacan dedicó un artículo al crimen cometido en Le Mans por dos domésticas (las hermanas Papin) que asesinaron a sus patronas. En ese acto, de intenso salvajismo, él vio una mezcla de delirio à deux, homosexualidad latente, pero ante todo la emergencia de una realidad inconsciente que se sustraía a las propias protagonistas. En ese drama Jean Genet (1910-1986) basó una pieza de teatro, Les Bonnes, y C laude Chabrol una película, sesenta años ulterior a los hechos: La Cérémonie. Si bien fuera del ambiente psicoanalítico francés se lo estimaba como a un brillante intelectual, Lacan sufría en cambio porque no lo reconociera la Société psychanalytique de Paris (SPP), donde no se tomaban en cuenta sus trabajos, y su inconformismo irritaba. Su análisis con Loewenstein duró seis años y medio, concluyendo en el fracaso y con una desinteligencia duradera entre los dos hombres. Finalmente Lacan logró ser titular en 1938, gracias a la intervención de Édouard Pichon. Éste reconoció su genio y quiso hacer de él, a pesar de su hegelianismo, el heredero de una tradición «francesa» del Freudismo: Lacan nunca obedeció a ese mandato.

En 1934 se casó con Marie-Louise Blondin (1906-1983), de sobrenombre Malou, hermana de su amigo Sylvain Blondin (1901-1975). En el viaje de bodas por Italia, Lacan descubrió con arrobamiento la ciudad de Roma, de la que se enamoró, lo mismo que Freud. Pero la ciudad antigua lo apasionaba menos que la Roma católica y barroca. Pasaba horas contemplando los éxtasis de Bernini y la arquitectura de las iglesias y los monumentos. Desde el principio, ese matrimonio había sido un malentendido. Malou creía casarse con un hombre perfecto, cuya fidelidad estaría a la altura de sus propios suenos de felicidad. Ahora bien, Lacan no era ese hombre ni lo sería nunca. La pareja tuvo tres hijos: Caroline (1937-1973), Thibaut y Sibylle. En 1936 Lacan se inició en la filosofía hegeliana en el seminario que Alexandre Kojève (1902-1968) dedicó a la Fenomenología del espíritu. Conoció a Alexandre Koyré (1892-1964), Georges Bataille (1897-1962), Raymond Queneau (1903-1976), y después frecuentó la revista Recherches philosophiques y participó en las reuniones del Colegio de Sociología. De esos años de gran riqueza cultural y teórica extrajo la certidumbre de que la obra Freudiana tenía que ser releída «a la letra» y a la luz de la tradición filosófica alemana. En 1936 se cruzó por primera vez con la historia del Freudismo internacional, al participar, en Marienbad, en el Congreso de la International Psychoanalytical Association (IPA). Allí presentó un trabajo sobre el estadio del espejo, pero al cabo de diez minutos de exposición Ernest Jones le cortó la palabra. Más tarde viajó a Berlín, donde asistió a los juegos olímpicos. El triunfo del nazismo provocó en él una sensación de repugnancia. En 1938, por pedido de Henri Wallon (1879-1962) y Lucien Febvre (1878-1956), hizo el balance muy sombrío de las violencias psíquicas propias de la familia burguesa en un artículo de la Encyclopédie française. Constatando que el psicoanálisis había nacido de la declinación del patriarcado, llamó a revalorizar la función simbólica del padre en un mundo amenazado por el fascismo. En 1937 se enamoró de Sylvia Maklès-Bataille (1908-1993). Separada en esa época de Georges Bataille, de quien seguía siendo esposa, ella había interpretado un papel en la película de Jean Renoir (1894-1979) titulada Une partie de campagne. Era madre de una pequeña, Laurence Bataille (1930-1986), que sería una notable psicoanalista. Proveniente de una familia judía rumana, Sylvia Bataille se había integrado al alegre equipo del grupo Octubre, con Jacques-Bernard Brunius, Raymond Brussiéres y Joseph Kosma. Guiados por Jacques (1900-1977) y Pierre Prévert, los octubristas querían renovar el teatro popular, inspirándose en Bertolt Brecht (1898-1956) y Erwin Piscator (1893-1966). La hermana mayor de Sylvia (Bianca) estaba casada con el poeta surrealista Theodor Frankel; la menor (Rose) se casaría con André Masson (1896-1987), y la tercera (Simone) iba a ser esposa de Jean Piel, director de la revista Critique. Cuando estalló la guerra, Sylvia se refugió en la zona libre. Cada quince días Lacan la visitaba. En París, él interrumpió toda actividad pública, recibiendo sólo a su clientela privada. Sin ser resistente, puso claramente de manifiesto su hostilidad a todas las formas de antisemitismo. Lo horrorizaba el régimen de Vichy y todo lo relacionado, de cerca o de lejos, con la Colaboración. Durante los dos primeros años de la guerra se preocupó sobre todo por su vida privada. En septiembre de 1940 su situación era insostenible. Le anunció a su mujer legítima, encinta de ocho meses, que Sylvia, su compañera, también esperaba un hijo. De inmediato Malou le pidió el divorcio, y dio a luz en plena crisis de depresión, el 26 de noviembre, a una niña a la que bautizó Sibylle: «Cuando yo nací -escribió esta última en 1994-, mi padre ya no estaba. Incluso podría decir que él ya estaba en otra parte cuando fui concebida [ … ]. Soy el fruto de la desesperación, algunos dirán del deseo, pero yo no les creo.» Ocho meses más tarde, el 3 de julio de 1941, Sylvia dio a luz al cuarto vástago de Lacan, Judith, inscrita en el registro civil con el apellido Bataille. No iba a poder llevar el de su padre hasta 1964. Esta imposibilidad de transmitir el apellido sería una de las determinaciones inconscientes de la elaboración del concepto lacaniano del nombre-del-padre. A principios de 1941 Lacan se instaló en el 5 de la rue de Lille: siguió viviendo en esa casa hasta su muerte. En diciembre, el divorcio disolvió su matrimonio con MarieLouise Blondin; en 1943 Sylvia se instaló en el 3 de la rue de Lille, con sus dos hijas: Laurence y Judith. En julio de 1953, divorciada de Georges Bataille desde agosto de 1946, se casó con Jacques Lacan en la alcaldía de Tholonet, cerca de Aix-en-Provence. Durante muchos años, por pedido de Malou, Lacan no les reveló a los hijos de su primer matrimonio la existencia de un segundo hogar donde él criaba a dos niñas, la suya y la de Bataille. Este enredo tendría consecuencias dramáticas para las dos familias.