Biografía Liébeault Ambroise Auguste (1823-1904)

Biografía Liébeault Ambroise Auguste (1823-1904)

Liébeault Ambroise Auguste (1823-1904) Médico francés

Padre espiritual de la Escuela de Nancy, Auguste Liébeault era el duodécimo vástago de una familia de campesinos loreneses. Cuando estudiaba medicina, descubrió el magnetismo en un informe de 1848 redactado por Henri-Marie Husson (1772-1853), y se entusiasmó con ese método, en una época en la que era condenado por el conjunto de la profesión en Europa. Convertido en médico de campaña en Pont-Saint-Vincent, cerca de Nancy, trataba gratuitamente a los jóvenes y desposeídos con el método del sueño artificial. Acusado de charlatanismo por sus colegas, adquirió no obstante una gran reputación como hipnotizador, atendiendo indiferentemente las enfermedades orgánicas (úlceras, tuberculosis pulmonar) y las afecciones psíquicas. Después de haberse retirado durante dos años, creó en la ciudad de Nancy la famosa clínica del doctor Liébeault, en la cual recibió a numerosos enfermos. Su técnica era siempre la misma: les pedía a los pacientes que lo miraran fijamente a los ojos, y después les ordenaba que tuvieran cada vez más ganas de dormir. Este método de sugestión mediante la fijación de la mirada y el mandato de dormir había sido creado en 1813 por el abate portugués José Custodio de Faria (1756-1819). Lo mismo que el marqués Armand de Puységur (1751-1825), Faria había abandonado toda idea de fluido magnético, por las ideas de concentración y sueño lúcido, estimando que el sueño artificial provenía de la voluntad del paciente, y no de la del hipnotizador. Así había abierto la puerta a las curas por medio de la sugestión hipnótica, sin necesidad de aducir un soporte tangible (el fluido) para demostrar la eficacia terapéutica de una relación dual que James Braid (1795-1860) había ubicado bajo la categoría del hipnotismo, y que Sigmund Freud teorizaría mucho más tarde con el vocablo «transferencia». De modo que, en la historia de la primera psiquiatría dinámica, Liébeault, después de Puységur, Faria y Braid, fue el cuarto gran pionero del abandono del magnetismo mesmeriano, y uno de los inventores de ese hipnotismo moderno que iba a dar origen a las diversas psicoterapias de la segunda psiquiatría dinámica, entre ellas la más brillante e innovadora: el psicoanálisis. Fue en 1882 cuando lo visitó Hippolyte Bernheim. Éste se convirtió a las ideas de Liébeault, se declaró su discípulo y amigo, e introdujo la sugestión en la medicina oficial hospitalaria-universitaria, oponiéndose pronto a Jean Martin Charcot, gran maestro de la Escuela de la Salpêtrière, embarcado en un nuevo enfoque de la histeria. En su autobiografía de 1925, Sigmund Freud incluyó el recuerdo de ese médico sorprendente: Con la intención de perfeccionar mi técnica hipnótica, en el verano de 1889 viajé a Nancy, donde pasé varias semanas. Vi al viejo Liébeault, que era conmovedor en el trabajo que practicaba con las mujeres y los niños pobres de la población obrera.»